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Opinión

El vestuario de ‘The crown’ viaja entre la recreación arqueológica y la exploración imaginativa

El final de 'The crown' nos empuja a analizar el vestuario de una serie que equilibra con maestría la realidad histórica con la profundidad emocional de los personajes

Madrid·Actualizado: 18.12.2023 - 05:12
Fotograma promocional de la serie 'The crown', con la actriz Elizabeth Debicki en el centro de la imagen
Fotograma promocional de la serie 'The crown', con la actriz Elizabeth Debicki en el centro de la imagen · Fotografía: Netflix

Que soy el público objetivo de ‘The crown’ lo saben hasta los mayas. Ni en mis mejores sueños habría podido imaginar una serie que cumpliera con tantas de las expectativas y esperanzas que deposito en cualquier 'period drama'. Al margen de mis opiniones sobre esta última temporada, ‘The crown’ nos ha dado tanto que podemos extraer muchas reflexiones de su excelente trabajo de vestuario. ‘The crown’ se erige como un monumento visual que desentraña los secretos de la Familia Real británica. Y gran parte de su magia radica en la meticulosa labor de recreación que ha llevado a cabo el equipo de vestuario liderado por Michele Clapton en la primera temporada, Jane Petrie en la segunda, y el tándem formado por Amy Roberts y Sidonie Roberts a partir de la tercera.

Por un lado, tenemos el trabajo prácticamente arqueológico de algunos trajes. Pienso en los vestidos de boda de Isabel II y Lady Di, prácticamente calcados a los originales, o en el traje de la coronación de la primera, una reproducción exacta que, de chiripa, ya existía antes de la filmación de la primera temporada, puesto que fue encargada por Swarovski, con motivo de una exposición, para el Jubileo de Diamante de la reina en 2012, con lo que no se tuvo que confeccionar expresamente para Netflix. Por no hablar de las joyas: algunas especialmente bien copiadas, como la diadema Jorge IV, tradicionalmente llevada por la Reina durante la apertura del Parlamento, o la tiara Poltimore, que lució la princesa Margarita en su boda. Otras convencen menos, como es el caso de la tiara Vladimir en su versión con esmeraldas.

"La gracia del trabajo de vestuario de ‘The crown’ está en equilibrar los looks icónicos con los looks jamás divulgados"

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