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Crítica | Series

'Mamen Mayo' se lanza en brazos de Silvia Abril como mediadora de herencias (y de la comedia)

La serie de Eduard Sola se estrenó este lunes en SkyShowtime con una mediadora de herencias de ideas disparatadas y que rompe la cuarta pared como protagonista

Madrid·Actualizado: 20.11.2024 - 05:38
La actriz Silvia Abril en un fotograma promocional de la serie 'Mamen Mayo'
La actriz Silvia Abril en un fotograma promocional de la serie 'Mamen Mayo' · Fotografía: SkyShowtime

‘Mamen Mayo’ acaba de llegar a SkyShowtime como un soplo de aire fresco para una categoría, la de comedia, donde este año se han estrenado varios títulos (de los que suelen, o deberían, contar para los premios) ambientados en espacios o situaciones a priori poco propicios para la risa. Primero fue la funeraria de ‘Muertos S.L.' (Movistar Plus+). La semana pasada, la investigación tributaria en clave de thriller de ‘Celeste’ (Movistar Plus+). Y, ahora, el despacho de una mediadora de herencias. La serie se llama ‘Mamen Mayo’, su protagonista está interpretada por una Silvia Abril en estado de gracia cómica y viene firmada por Eduard Sola, un guionista igualmente en estado de gracia que este año ha estrenado también otros títulos como ‘La virgen roja’, ‘Querer’ y ‘Casa en llamas’.

En ese universo seriéfilo expandido que es el cerebro de quienes consumen series de manera compulsiva –ya sea por gusto, deber o un poco de ambas– un crossover entre Mamen Mayo y Paquita Salas sería posible. Ambas se encontrarían en la cola de la panadería (una comprando palmeras y la otra, magdalenas) y se amenizarían la espera contándose batallitas de sus representados. En el caso de Mamen Mayo, que es la que ocupa este texto, herederos mal avenidos que, por rencillas del pasado, no están de acuerdo con el reparto suscrito en el testamento y han sido enviados por los de arriba (ese despacho donde ejercen los abogados de postín) a su humilde, pero espaciosa, oficina. Allí, tras el rótulo de ‘Mediaciones Mayo’, ejerce de mediadora el personaje de Silvia Abril, asistida por un ayudante que es el hijo desterrado del jefazo de arriba y por una tasadora que bien podría ser la John Wayne de las tasaciones. Al primero, de nombre David, le interpreta Pablo Cruz, resabido de puertas para afuera que en realidad solo quiere que le valoren. La segunda es Sebastiana, a la que da vida una Mona Martínez capaz de despertar las ganas de un spin-off centrado en su personaje como ya ocurría con su Mariajo de ‘La novia gitana’. El cuarto pilar de ‘Mamen Mayo’ es Clara Sans (también en ‘Celeste’), igualmente divertida como Clara, excompañera de clase de David, en plantilla en el despacho de arriba y mensajera encargada de llevar los casos que requieren de mediación a los de abajo.

Ellos son el núcleo duro de ‘Mamen Mayo’. En cada capítulo de los cuatro vistos (la temporada se compone de ocho) se van tejiendo sus dinámicas, que mutan a medida que la serie y su relación avanza. Mamen, Clara, Sebastiana y David ejercen de puntos cardinales de una serie con una estructura episódica muy marcada. Cada entrega arranca con un caso a resolver y dando entrada a nuevos personajes. Con un planteamiento así, no es sencillo enganchar. Y, sin embargo, uno de los grandes aciertos de la serie creada por Sola –que comparte el crédito de showrunner con Miguel Ángel Faura– es que en cada episodio se aborda una historia con suficiente calado como para interesar y con unos personajes con un arco tan bien escrito e interpretado como para empatizar. Esto lo hace en capítulos cortos, de alrededor de media hora. El reto salta a la vista. En solo 30 minutos se hace un viaje completo de la risa a la emoción/emotividad.

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