El viaje de 'Ben', el cortometraje que aspira a estar en los Goya y los Oscar que nació como una campaña 'antibalconing'

La aventura, porque es lo que ha sido sacar adelante ‘Ben’ -con sus obstáculos al más puro estilo ‘Las doce pruebas de Asterix’- empezó en un año preelectoral. Corría el año 2022 cuando a Miki Durán, curtido en el mundo de la publicidad y con algún corto ya en su currículum, se le ocurrió plantear la idea de hacer una campaña 'antibalconing' al estilo de las que hace la DGT, “dura, pero realista, un poco satírica e irónica”. Sin embargo, las puertas a las que llamó (institucionales muchas de ellas) no se abrieron, pero sí la del productor Andreu Fullana. Y así, lo que iba a ser una campaña para concienciar de un problema real se convirtió en un corto de ficción que ahora, tres años después, ha entrado en la shortlist de los Goya en la categoría de ficción y aspira también a los Oscar. Hablamos con su productor y con su director y guionista de todo ese camino, de las decisiones tomadas en él y de lo que caro que puede ser hacer campaña en temporada de premios.

Al no encontrar la manera de sacarlo adelante como se había pensado en un inicio, Durán abrió un 'crowfunding' en busca del dinero necesario para rodar el cortometraje como ficción. Un corto con dos particularidades: el tema y el tono. “Es una mezcla de tonos”, explica su guionista y director, “una especie de ‘behind the scenes’, con falso documental y finalmente con ficción. Lo hice así porque se trata de contar algo ficcionado, algo que no existe. Es una mezcla que lo que hace es que el espectador esté todo el rato preguntándose esto de qué va, a dónde me quieres llevar. Al final eś un corto de 10 minutos, pero hasta el minuto cinco estás preguntándote de qué va”.

Cuanto Fullana se sumó al proyecto comenzó la ronda para conseguir más dinero con el que sacar adelante la idea, ya como cortometraje. “Se metió Bastera Films, que le ayudó a solicitar la coproducción de IB3, de la tele local, y también a gestionar la ayuda del Govern Balear”, recuerda el productor. Al principio, tiraron con los 3.000 euros recaudados a través de las donaciones y con el dinero que pusieron tanto Durán como Fullana con el objetivo de “cubrir los mínimos para poder dar de alta a la gente y calificar el cortometraje para una hipotética carrera de los Goya, y míranos”. El proyecto echó a andar con lo puesto, como suele decirse, y poco a poco se fueron sumando más pasajeros.

Acaban de rodar cuando IB3 resolvió sus ayudas y les hizo entrega de 6.000 euros, dinero que usaron para la postproducción. “Cuando ya estaba moviéndose para festivales, resuelve el Govern y nos da 15.000 euros más. Para la distribución y recuperamos pasta”, va rememorando el productor sobre las ayudas financieras que fueron sumando. También sobre los problemas encontrados. Quizá el más insalvable, de entrada, fue toparse con conseguir que el ICAA lo reconociese la calificación de nacional para poder hacer carrera en los Goya. ‘Ben’, cabe explicar, está rodado en inglés y con actores ingleses, pero residentes en España. Cuenta Fullana que tuvo que hacerse un “experto en Brexit” y que si no llega a ser por su empeño en sacarlo adelante y su insistencia a la hora de bucear en la normativa y las leyes vigentes, el corto podría haber seguido un camino distinto. Todo para al final darse cuenta de que los primeros papeles entregados eran válidos. Finalmente le dieron la razón y empezó el periplo por festivales calificadores, uno detrás de otro (hasta 41), y la llegada de premios (12 en total, algunos económicos). Hasta llegaron a estrenar en Nueva York, gracias a Disset, abriendo la puerta a la carrera al Oscar.

Sobre devolver el apoyo con una nominación

En la que están centrados ahora es en la carrera del Goya, para la que han batallado y sufrido hasta el mismo día de la lectura, llegando a dudar si presentarse el pasado año (habrían podido) o dejarlo para este. Por suerte, como reconoce el productor, la lectura de los preseleccionados se hace por orden alfabético y el alivio llegó pronto. Pero las hora previas fueron de máxima tensión. Recuerda que venían de un acto con numerosas personalidades baleares apoyándoles y sentían que “la presión de devolverle a la sociedad balear ese apoyo pasaba por estar al menos en esa shortlist”. Sobre la vuelta a este formato, después de que el año pasado se probase un sistema que no convenció, considera “que para la industria es positivo que haya una shortlist, aunque quizá revisaría las puntuaciones y a lo mejor las ajustaría un poco más”. Una vez dentro y a unos días de conocer las nominaciones, ¿cómo afrontar la nueva etapa? “Con mucha ilusión por el respaldo recibido y por los recursos que hemos podido tener,. Evidentemente, eso ayuda mucho y es muy importante, porque nos estamos dando cuenta de que hacer una campaña para los Goya para un cortometraje, si te pones, casi es más presupuesto que muchos cortometrajes que se hacen en este país”, valora Fullana, que con ‘Ben’ suma tres cortos calificados.

De este viaje hecho con ‘Ben’ y las vueltas que ha dado, Durán, quien está detrás de la idea original y la ha desarrollado hasta convertirlo en un corto de 11 minutos, saca una 'moraleja': “Hay que hacer las cosas por que a uno le gusta la idea o le interesa hacer ese proyecto sin pensar a dónde te va a llevar. Porque nosotros empezamos esta idea como consecuencia de que no salía como una campaña de publicidad. El corto lo hicimos con la mejor de las intenciones, con poca ayuda de instituciones –se han ido sumando después– y nos ha llevado da estar en la shortlist de los Goya sin que se me pasase por la cabeza cuando escribía el guion”. Y continúa: “Pensábamos que haría ruido, que se haría viral, porque hablaba de un tema muy tabú, pero para nada pensábamos llegar a los Goya”. Sobre los premios y los festivales, dice que lo que más les interesa a ambos es la opinión de quienes lo ven, más que la opinión de un festival en el que se puede tener la “mala suerte de que lo ve alguien a quien no le interesa o que por estar en inglés no sigue la narración y decide no verlo, mientras otro festival sí lo coge”.

¿Convertir ‘Ben’ en un largo? Rotundamente, no. La historia funciona como cortometraje, pero no daría para largo, sería otra cosa, dicen. De hecho, “el debate interno ha sido, y si le hubiéramos hecho un minuto más corto”, apunta su productor. El largo llegará, adelantan. Están trabajando juntos en un nuevo cortometraje, con vistas a que se convierta en la ópera prima de Durán, para el que ya han consigo el 50% de financiación de un presupuesto de 80.000 euros.