'La noche dentro': Antonio Cuesta reivindica a los sanitarios en un espectacular plano secuencia

Una luz cenital nos descubre el rostro herido de una joven (Clare Durant). Parece haberse golpeado y está recuperando el conocimiento. Su vestimenta nos advierte, primero, de que se trata de personal médico y, segundo, de que estamos en un hospital. La acusación primero es un eco y luego, casi, una sentencia: un niño acaba de morir por un ejercicio de negligencia médica y todos los dedos apuntan a la protagonista. A partir de ahí, 24 minutos en los que el director Antonio Cuesta nos lleva de la mano hacia la ansiedad y a las condiciones draconianas de trabajo que tienen que abrazar los sanitarios como propias. Todo, en un espectacular y laberíntico plano secuencia que, además de hilar denuncia y emoción pura, es el cuerpo cinematográfico sobre el que se erige 'La noche dentro', cortometraje con casi 80 selecciones internacionales, 28 premios y candidato a los Premios Goya en la categoría de ficción.

"Hay como dos orígenes. Uno, que yo llevaba mucho tiempo soñando con hacer un plano secuencia. Viéndolo en cine de todo tipo, hasta en cortos, como en 'Madre', de Sorogoyen, veía el impacto que dejaba y tenía una gran ilusión por seguir esa estela. No dejar escapatoria al espectador ante algo que tuviera la suficiente fuerza para justificar el plano secuencia. Es una decisión estilística muy contundente y había que tenerlo claro", comienza a explicar Cuesta, inmerso en una semana de votaciones de los premios más importantes del cine español que terminará este 13 de diciembre. Y sigue, sobre el otro gran germen de su cortometraje: "Después de pasar por varias ideas, que no terminaban de tener la fuerza necesaria, empecé a implicarme en las reivindicaciones de los sanitarios. Me di cuenta de que no eran manifestaciones frívolas, hablaban de dolor, terror y lo enferma y rota que podía llegar a estar nuestra sociedad del bienestar", confiesa el realizador, responsable también de 'La plaza' (2016).

Cuesta, que empezó a escribir el guion en tiempo real, solo se dio cuenta de que su dispositivo podía funcionar al terminarlo. Así añadió la acotación del plano secuencia al principio del libreto y así fue como se empezó a levantar 'La noche dentro': "Ha sido muy, muy complicado. Siempre he hecho crowdfunding, pero aquí nos ayudó también la Junta de Andalucía. Lo curioso es que nosotros teníamos ya todo listo en enero de 2020... así que te imaginarás cómo paró todo. Aparcamos el proyecto y seguimos buscando financiación", apunta ya irónico y después de que todo haya salido bien Cuesta, que entremedias levantó el exitoso 'La vida entre dos noches' (2022). "De los premios pude ir guardando para el presupuesto, pero el corto es muy ambicioso. Ahora recién me estoy recuperando y hemos entrado en la lista provisional del ICAA a cortos ya realizados", apunta.

Volviendo a lo narrativo, al agobio en el que nos sumerge su cortometraje de la manera más cinematográfica posible, Cuesta responde sobre las pequeñas decisiones que han acabado ensanchando la película. Desde la elección del set que funcionaría como hospital hasta el encuentro con la actriz Clare Durant, rostro y pulso mismo del corto: "Es el cuento de nunca acabar. Tenía claro que necesitaba a una actriz muy especial para soportar el peso de la trama y repetir toda la secuencia varias veces. Yo no veo a los actores como malos o buenos, sino como apropiados o no apropiados. Hay actores que son grandes improvisadores y otros que brillan ciñéndose a lo que tú les planteas. Yo conocí a Clare [Durant] en el estreno de 'Ánimas', allá por 2018. Y al verla, vi que era muy técnica pero muy emocional, cualidades que creía fundamentales para este proyecto. Ella, además, conoce todo el proyecto desde un principio. Nos ayudó incluso a hacer los 'teasers' para encontrar financiación", cuenta el director, que tuvo sustituir a la madre del niño que centra la trama en el último momento porque la actriz original sufrió una caída el día inmediatamente anterior al rodaje.

"Nos ofrecieron hospitales reales pero los tuvimos que desechar. De hecho, era una de las estrategias iniciales de producción. Pero cuando ibas allí, la logística era imposible. No podías dar de comer a la gente ni esconderme, como director, en el combo. Así fue como dimos con un centro cívico, que nos acogió tanto a nosotros como al rodaje. Da bastante el pego, porque cuando llegaron los figurantes, que eran vecinos del barrio, creían que se estaba habilitando como un hospital de verdad", recuerda Cuesta, capaz de iluminar la estancia de un modo completamente realista de la mano de Manuel Montero "Monty", su director de fotografía y, María de la O Prieto, Jefa de producción. "Una cosa que no me gustaba mucho de los hospitales reales es que no eran muy laberínticos, que es el estado emocional de los personajes. A hacer un corto así, solo puedes llegar a través de un gran equipo", reivindica el realizador.

"Cuando tienes cine social en las manos, ser panfletario es lo peor que te puede pasar. Tiene que ver con cuestiones del guion, de que algunos diálogos son más explícitos que otros y que los explícitos solo salgan una vez. Eso pasa aquí cuando ella está en la farmacia, y empieza a enumerar los turnos, las horas que lleva hechas. Pero es cuando está absolutamente desconcertada y agotada", apunta Cuesta, sobre un cortometraje capaz de ejercer de denuncia y no resultar demasiado obvio, no olvidarse de la historia de desesperación que en realidad está contando. "Robo mucho, en realidad, porque veo mucho cine. Una película que me ayudó en cuanto al tono fue 'El hijo de Saúl'. Y fíjate que nos pilla lejos el Holocausto como tema, pero me gustaba cómo dosificaba la información, qué mostrar y qué no mostrar para no resultar demasiado obvios", se despide Cuesta, con esperanzas de que 'La noche dentro' también pueda encontrar hueco en las 'shortlist' de los Premios Oscar del próximo día 17 de diciembre.