El talento de la ESCAC triunfa en los Feroz y va a por el Goya: "Lo de los Feroz no es cosa de un día"

La Escuela Superior de Cinematografía y Audiovisuales de Cataluña - ESCAC lleva más de 30 años formando a profesionales de la industria audiovisual. Desde el gran empuje que supuso el éxito de 'El orfanato', de J. A. Bayona, alumno de la escuela, el centro ha cosechado éxitos y ha formado a toda una nueva generación de voces y autores/as. El pasado sábado 25 de enero, los Premios Feroz celebraban el talento de la ESCAC premiando a 'Salve María', coproducida por Sergi Casamitjana y dirigida por Mar Coll; a 'Casa en llamas', con Dani de la Orden en la dirección y con Toni Carrizosa, Kike Maíllo y Ana Eiras en la producción; a 'Querer', con Eduard Sola y Júlia de Paz entre sus guionistas; 'Celeste', codirigida Elena Trapé; o 'The human hibernation', dirigida por Anna Cornudella. Estos nombres tienen algo en común, todos ellos han sido alumnos de la ESCAC. Con tres de ellos hablamos en esta ocasión para analizar este triunfo del talento salido de Cataluña, las sinergias que se producen en la ESCAC y la mirada optimista al futuro, incluyendo los inminentes Premios Goya, para toda una generación.

Alumna aventajada

Júlia de Paz es una de las creadoras de 'Querer' y firma uno de los guiones del año, junto a Eduard Sola y Alauda Ruiz de Azúa, ganadores los tres del Premio Feroz al Mejor Guion de serie. Con tan solo 24 años co-escribía y dirigía su primer largometraje, 'Ama' -Biznaga de Plata a Mejor Actriz protagonista (Tamara Casellas), Premio Feroz Puerta Oscura a Mejor Película y nominada al Goya a Mejor Guion adaptado- y se encuentra finalizando el que será su segundo largometraje. "Estoy en la recta final con muchísimo cansancio, con esta ambivalencia de querer terminarla y miedo a terminarla", nos cuenta. Y todo después de no haber asimilado del todo la victoria Feroz. "Fue una sorpresa enorme y, bueno, un sentimiento de agradecimiento e incluso de privilegio por la calidad de las series nominadas", reconoce.

La celebración del talento catalán, y de la ESCAC, es motivo de orgullo para la realizadora pero considera que no es un fenómeno exclusivo pues "se está haciendo muchísima producción de calidad en el País Vasco o Galicia"; pero sí considera que hay una bonita sensación de comunidad en Cataluña que permite el florecimiento de esta nueva generación: "Creamos entre nosotras, quiero decir, que formamos mucha familia. Sea porque venimos de la misma escuela o porque al final el núcleo es bastante pequeño y todas nos conocemos entre todas, nos pedimos ayuda y hay una cierta magia de que compartimos nuestras experiencias, nuestros intereses, nuestros conocimientos entre entre todas nosotras". Una red de relaciones que en muchos casos surge de la propia universidad: "Lo mejor y lo más bonito que me llevo de esa etapa de estudiantes es esto, haber conocido y haber creado mi equipo". Un hecho que la ayudó, "a entender el cine, sobre todo, como colectivo. A aprender a comunicarte con el equipo, a respetar las voces y entender que no estás en una posición superior por el hecho de que la idea provenga de ti".

En los dos lados

'Tres días con la familia' le otorgó el Premio Goya a la Mejor Dirección novel en 2010 y en 2024 Mar Coll estrenaba su tercer largometraje, 'Salve María', Premio Feroz a la Mejor Película de drama y nominada a dos premios Goya. Coll pertenece a una generación puente, ha sido alumna y profesora en la ESCAC, que recoge ahora los frutos de su trabajo. El Feroz le llegó por sorpresa, "no tiene una historia épica, un héroe maravilloso, ni tiene muchos asideros y ni siquiera es una película complaciente", y con mucha adrenalina: "No hay nada mejor que recibir un premio que no te esperas", reconoce. "El hecho de que vosotros, desde los medios y la crítica, la reivindiquéis como lo habéis hecho desde el principio ha sido importantísimo". La directora calibra sus opciones al Goya con serenidad: "Laura tiene algunas opciones en revelación, pero es una película que no ha tenido el impacto a nivel de público que deseábamos, con lo cual ya sabíamos desde el estreno que iba a ser muy difícil tener opciones en las temporadas de premios".

Mar Coll reconoce que siempre ha tenido "la suerte", o que "justamente por estar apoyada por la ESCAC, que ya tenía cierto renombre, entre otras cosas gracias al éxito de 'El orfanato'", de no tener problemas en sacar sus proyectos adelante. "La ESCAC está íntimamente ligada con mi carrera. Es mi casa. Es donde estudié, pero también donde conocí a la gente con la que después he trabajado", recuerda. "Y también ha sido donde he dado clase. He tenido alumnos brillantísimos como Júlia de Paz, aunque muy brevemente, con los que después he seguido relacionándome y trabajando con ellos. En 'Esto no Suecia', una serie con Aina Clotet, he trabajado con Celia Giraldo y Sara Pantoja. Ambas fueron alumnas mías". Para hacer cine "no es imprescindible pasar por una escuela o universidad", pero para Coll sí "facilita entrar en el engranaje": "En ESCAC conocerás al equipo. Cine no puedes hacerlo solo, necesitas gente y ahí tienes 4 años para ver con quién te llevas bien, con quién sintonizas y te llevas un equipo de gente con la que trabajar".

El triunfo de Mar Coll en los Goya con 'Tres días con la familia' fue un claro precedente de la ola de nuevas directoras que iba a llegar. Unas nuevas voces con las que la directora y guionista se siente más ligada que con las anteriores a ella: "Me siento más cerca de lo que puede ser Elena Martín. Somos las primeras generaciones formadas en escuelas de cine, sea en la Pompeu Fabra o en la ESCAC". En esta última considera que es donde se ha empujado con más fuerza "esta cuestión de las cineastas mujeres" y en la que había una preocupación "no solamente de formar alumnos, sino de tender puentes entre ellos y la industria". La explosión de nuevas realizadoras la atribuye en parte al hecho de que "simplemente por pagar la matrícula tienes derecho a rodar. Tienes tu oportunidad por ser simplemente alumno. Nadie te puede negar ese derecho" y considera que el siguiente paso será "el acceso de las mujeres a las películas grandes", poniendo de ejemplo a Arantxa Echevarría, y "la llegada de propuestas más ambiciosas a nivel comercial".

Desde la dirección y la producción

Sergi Casamitjana, coproductor de 'Salve María' (Escándalo Films) y director de la escuela de cine ESCAC, no pudo estar en Pontevedra y reconoce que en "ningún momento se planteó la posibilidad de la victoria". Celebra el premio para la película "a pesar de haber pasado muy por debajo del radar" y agradece que los Feroz "premien a otras cosas que no están dentro del 'mainstream' generalizado". También aprovecha la ocasión para hacer autocrítica: "Es sorprendente que hayamos estrenado tan mal. Y es algo que va en mi contra, pero la distribución de esta película no la hemos hecho todo lo bien que la teníamos que haber hecho o todo lo bien que esta película merecería. Quizá de haberla estrenado ahora ya con el ruido que ha hecho posiblemente iría mucho mejor".

Los Goya, los Gaudí, los Feroz... llevan años reconociendo el talento ESCAC y validando, en cierta medida, el programa formativo y a las personas formadas en la escuela. "Yo no puedo pedir más", reconoce Casamitjana, "la gente de los Feroz entiende perfectamente lo que hacemos y porqué lo hacemos". El éxito en la edición de este año en Pontevedra refuerza una tendencia que venía siendo habitual, para el director de la ESCAC estos premios "no son cosa de un día" y recuerda que el año pasado los Goya encumbraron a J. A. Bayona, con 'La sociedad de la nieve', y a Estibaliz Urresola Solaguren, con '20.000 especies de abejas', ambos formados en la escuela afincada en Barcelona.

La ESCAC ha sido clave en los últimos 30 años como punto neurálgico para el intercambio de talento y el descubrimiento de nuevas voces: "El gran cambio de la entrada de las mujeres, sobre todo en el cine español, parte del hecho de que el cine nunca fue paritario entre hombres y mujeres, pero la universidad hace muchos años que es paritaria. O sea, hace muchos años que en las universidades hay tantas o más mujeres que hombres", reflexiona Casamitjana, que añade: "Y este hecho ha empujado al cine hacia la paridad. Al cine le falta mucho terreno, pero cuando Mar Coll y Elena Trapé, ola infinidad de mujeres que hay en la ESCAC, dirigen películas es porque en sus clases hay tantas mujeres como hombres, con lo cual tienen las mismas oportunidades, tienen las mismas posibilidades de hacer las cosas. Y, al final, cuando los números son paritarios, las oportunidades también lo son. Ahora hay una infinidad de mujeres talentosas porque hay muchas más oportunidades y todo esto viene del concepto universitario".

El hecho de que el cine haya entrado en la universidad ha sido "muy positivo", considera Casamitjana, "los estudios tienen que ver con el trabajo en equipo, con el trabajo en comunidad, con no hacer las cosas tú solo. En el momento en que aparecen las universidades empieza a crearse este caldo de cultivo, este trabajar juntos, estar 5 o 6 años estudiando, ir a clase, compartir momentos, compartir el aprendizaje, compartir el proceso de no saber y los vínculos que se han creado en ESCAC". Aunque también admite que hay mucho camino por andar en cuanto al acceso a la propia universidad: "Estamos potenciando muchísimo las becas y el acceso universal, que aún no lo es ni mucho menos. Tristemente, estudiar en ESCAC cuesta 12, 13 o 14.000€, que son cantidades que no puede pagar cualquier persona. Aún así, la ESCAC tiene un programa muy intenso de becas, en el que estuvo Lucía G. Romero sin el más lejos, que ganó el año pasado en Berlín". Y sigue existiendo un problema de base para Casamitjana: "El hecho de que vengan otras miradas tiene más que ver en este momento con la democratización de los sistemas de rodaje, con que las cámaras son mucho más baratas, los sistemas de montaje son mucho más accesibles... que con el acceso a la universidad, porque en el acceso a universidad sí que es verdad que aún hay un tema pendiente con el sistema de becas y con el sistema de intentar que sea más transversal. Hoy por hoy el sistema de becas llega al 15% de los estudiantes, pero el otro 85% son gente que se lo tiene que financiar. Muchos de ellos con muchísimo esfuerzo, pero necesitaríamos que no fuera un 15%, necesitaríamos que fuera un 40% para que muchas más voces y mucha más miradas pudieran explicar sus cosas. Y el cine español le queda muchísimo aún por integrar a colectivos.