Desarrollo de largometrajes

Finaliza la octava edición de La incubadora, el programa de la ECAM para desarrollar largos que empuja al cine emergente

En Kinótico hemos hablado con Rafa Alberola, responsable de ECAM Industria y director de la iniciativa, sobre una edición que califica de "exitosa"

Madrid·
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Fotograma promocional de 'El dilema de las anguilas', de Elena Molina
Fotograma promocional de 'El dilema de las anguilas', de Elena Molina · Fotografía: ECAM

'Cinco lobitos', 'Ane', 'O corno' o '20.000 especies de abejas'. Estos son solo algunos de los frutos que ha dado el programa La incubadora en sus ochos años de trayectoria, una iniciativa pionera de la ECAM que busca acelerar el cine emergente desde la creación y redirigir los esfuerzos de sus responsables hacia lugares desde los que despegar para alcanzar el destino soñado: los espectadores. Para ello, dirige esta propuesta a directores, guionistas y productores españoles, tanto a óperas primas como a segundas o terceras películas del director o directora, con ayudas de 10.000 euros para el desarrollo de los proyectos.

Hace apenas unos meses, los responsables anunciaron los cinco proyectos seleccionados, que durante este tiempo han disfrutado de mentorías y clases magistrales: 'Bai bai', de Alba Esquinas, con producción de Alejandro González (Mubox Studio), un 'coming of age' que habla de la ruptura de una amistad durante la infancia; 'Cara de santa', de Anna Martí Domingo y Laura Santos Martí, con producción de Mayca Sanz (Nocturna Pictures, Allegra Films), una comedia negra que narra las consecuencias de una agresión de una mujer a un hombre; 'El dilema de las anguilas', de Elena Molina, con producción de Montse Pujol (Boogaloo Films), un drama social que transcurre en una casa de acogida de menores; 'El (gran) desgarro', de Rai María (María Pérez Sanz), con producción de Cristina Herguera (Garde), una comedia existencialista sobre una escritora que busca publicar su primera novela y que aborda la precariedad de los millenials; y 'Respirando fuego', de Carmen Jiménez, con producción de David González Marcelo y Tatiana Villacob (La Filmahora), que aborda el universo agresivo de las cocinas al tiempo que profundiza entre las dinámicas de poder.

Rafa Alberola, responsable de ECAM Industria y director de La incubadora, describe este programa en declaraciones a Kinótico como "el lugar al que llegan proyectos en un estado incipiente, y en el que en un periodo corto de cinco meses se aceleran”. Lo que este programa proporciona, pues, son "conocimientos, contactos y recursos", casi como "un chute de todo lo que necesitan para acelerar un proceso que suele ser muy largo". En esta ocasión se ha contado, entre otros, con mentores como Carlos Marqués Marcet (director de ‘Polvo Serán’), Valérie Delpierre (productora de ‘Los destellos’), Alex Lafuente (productor de ‘Los aitas’), Marisa Fernández Armenteros (productora de ‘Un amor’), Belén Funes (directora de ‘Los tortuga’), Luis Ferrón (productor de ‘Tardes de soledad’), Lina Badenes (productora de ‘La inocencia’) o Celia Rico (directora de ‘La buena letra’).

Alberola matiza que, si bien los cinco proyectos están capitaneados por mujeres, esto no se debe a ninguna política de cuotas ni a ningún sistema para promover la igualdad, sino que es consecuencia del impulso que se ha dado gracias a la "voluntad política" y "desde las instituciones" para "romper una brecha" que a su juicio "estaba tardando en romperse". "Se está viendo en que cada vez hay más películas dirigidas por mujeres y un cine muy diverso. Se rompe con esa idea de que las películas dirigidas por mujeres tienen que ser íntimas y pequeñas, y para esto es fundamental la aparición de referentes. Ahora en la ECAM vemos que cada vez hay más chicas que quieren estudiar dirección y tiene que ver con eso", agrega.

"En la ECAM vemos que cada vez hay más chicas que quieren estudiar dirección" (Rafa Alberola)

El responsable de este programa, que última sus últimas sesiones estos días, destaca que el balance de estas ocho ediciones es "muy bueno" y pone de relieve la consolidación de un "tejido industrial emergente", según destaca. "Lo notamos en cómo vienen armados los proyectos, la solidez de las propuestas. Esto tiene mucho que ver con el trabajo que llevado a cabo desde laboratorios", apunta Alberola, que pone de relieve cómo las películas que salen de La incubadora terminan en "festivales internacionales de mucha relevancia" y llegan a las salas, donde conectan con el público, que al fin y al cabo es "el objetivo final de las películas".

Experiencia reveladora

Una de las protagonistas de esta edición es Elena Molina con su proyecto 'El dilema de las anguilas', la historia de cuatro chicas jóvenes de entre 19 y 20 años que se ven obligadas a compartir piso en una casa tutelada, lo que supone un último paso en el sistema de protección de menores, según explica la propia responsable del título. "Estos pisos son muy exigentes, solo entran aquellas chicas que hayan estado en centros de menores pero tengan un curriculum perfecto", cuenta Molina sobre una película que muestra a través de sus protagonistas cómo "la juventud más vulnerable se puede ver arrastrada a ideas de extrema derecha y cómo el populismo se está infiltrando en la juventud".

En su caso, pasar por La Incubadora ha sido una experiencia "reveladora" y ha puesto un "antes y un después" en su trayectoria. Molina califica el proceso como una experiencia "360" que, por un lado, tiene "todo lo bueno de ser un programa muy estructurado y rígido", en cuanto a que uno tiene que "cumplir la asistencia a ciertas sesiones y está muy enfocado también a la producción". A la vez, es un programa muy permeable a los proyectos y a las personas que lo componen, algo en su opinión "fundamental" porque los procesos de creación son diferentes entre sí. "He encontrado que es un programa que equilibra muy bien esas dos cosas: la contundencia en cuanto al programa, contenidos y obligaciones, pero a la vez la flexibilidad de adaptarse a cada proyecto y cada persona, que es muy importante", recalca.

En su caso, ha contado con Belén Funes como mentora de dirección, mientras que Álex Lafuente ha sido su mentor en el apartado de producción. Además, el programa ha ofrecido el contacto con otros participantes en las masterclasses o pequeños seminarios para la lectura y revisión de contenidos o diseños de audiencias, en los que se ha puesto énfasis, entre otros asuntos, en aspectos como la campaña, algo vital en el recorrido de un largometraje y que, sin embargo, puede no estar entre las prioridades del creador. "El marketing no era algo que a mi a priori me interesara pero me ha ayudado mucho", afirma.

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