Entrevista
Osgood Perkins: "El privilegio de poder regrabar escenas es lo más parecido a la Navidad constante"
El director de 'Longlegs' y 'The monkey' cierra su trilogía de lo prolífico con 'Keeper', un ejercicio de atmósfera sobre el amor tóxico junto a Tatiana Maslany

A ojos de la cultura pop, su condición de 'nepo-baby' es una de las más extrañas del planeta cine. Osgood 'Oz' Perkins, hijo de Anthony Perkins y heredero de la mirada más perturbadora de toda la filmografía de Alfred Hitchcock, empezó a hacerse un hueco en esto del cine como actor. La expiación de los pecados de su progenitor, portante del VIH cuando ello implicaba un sello escarlata para con las relaciones sociales y profesionales, le reveló a principios de los 2000 como un secundario de lujo, en 'Una rubia muy legal' (2001) o 'Secretary' (2002). Sin embargo, sus casi dos metros y el fallecimiento de su madre, la mítica modelo Berry Berenson, en los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 hicieron que Perkins diera un vuelco a su carrera: quería ser autor del susto. Tras casi una década de intentonas, consiguió sacar adelante el guion de 'Removal' (2010), donde ya jugaba a plantar el terror gótico en una de muertes industriales. No sería hasta 2015, con la siempre recomendable 'La enviada del mal', cuando conseguiría agarrar el megáfono de director y, desde entonces, no ha parado: tras el taquillazo de 'Longlegs' y el fenómeno viral de 'The monkey', Perkins cierra su trilogía de estrenos en poco más de un año con 'Keeper', un estudio perturbador sobre las relaciones de pareja y el veneno que pueden llevar dentro.
Por videoconferencia, y junto a una Tatiana Maslany a la que ha convertido en actriz fetiche por la buena relación que han desarrollado en el set ('Keeper' se rodó antes que 'The monkey', pese al desorden en el estreno), Perkins atiende a Kinótico con la soltura de lengua que le caracteriza y aterriza la entrevista explicando el proceso industrial del filme. Concebida como milagro independiente, "una película entre desconocidos sin dinero", como apunta Maslany, 'Keeper' es un ejemplo de la manera de trabajar de la distribuidora Neon: después de un corte inicial satisfactorio, la compañía ofreció a Perkins la posibilidad de rodar más escenas con un mayor presupuesto. "¿Sabes quién más se mete con las películas? La gente que no sabe cómo se hacen. Los críticos, para estar hablando de algo todo el día, todos los días, tienen muy poco sentido artístico. Tener la capacidad y el privilegio de poder volver a rodar ("reshoots") es lo más parecido a una Navidad constante. Que te den esa oportunidad de volver a lo que has hecho, hacerlo mejor, ser más inteligente.. ¿Qué tiene de malo? Es increíble. Disculpa que me encienda, pero es que no entiendo la manía de la industria contra las regrabaciones. Estamos intentando hacer algo que pueda impresionar, que sea increíble. Si no sale a la primera, agradezco poder intentarlo una segunda vez. No soy perfecto, no quiero serlo. Me encantan las regrabaciones", apunta sincero y meridiano el director, sobre las dos etapas de rodaje.

"La mejor manera de aprender sobre la película siempre será mientras la estás haciendo. Cuando la montas sabes más que cuando estabas preparando la banda sonora. En la mayoría de ocasiones, esas regrabaciones te hacen levantar una película mucho mejor que la que tenías en tu cabeza. Y eso se sobredimensiona más aún en una película como esta, en la que todo parecía un experimento. Ni siquiera sabía cómo iban a lucir algunas de las criaturas de la película hasta que la vi terminada. Tenemos que aprender a ser un poco más elásticos en el cine", explica Maslany, que había defendido en entrevistas anteriores el proceso de regrabaciones también cuando afectaron a 'She-Hulk: Abogada Hulka', en una liga industrial mucho mayor. Y es que en 'Keeper', la celebrada actriz de 'Orphan Black' interpreta a una mujer que celebra su primer aniversario junto a su pareja (Rossif Sutherland). Una escapada rural, y algunas tiranteces en la relación después, es el clima obsesivo el que toma el protagonismo para que los manierismos terroríficos hagan el resto y la asfixia por susto, y por temor a la masculinidad más violenta, se convierta en el mecanismo principal para que avance la trama.
"Más allá de las dinámicas de género, esta es una película sobre no confiar en las corazonadas por lo que te está diciendo la realidad, lo real y demostrable. Sobre dónde está el límite, dónde están las barreras de lo racional cuando decides obviar tus instintos. Quizá, también vaya sobre no saber ver bien las banderas rojas ("red flags") y sobre sentirte realmente sola, aunque estés en una relación", apunta Maslany, sobre un pensamiento que recoge también su director. "Es una sensación que mi esposa me ha descrito muchas veces, la de saber que algo es cierto, o tener la intuición de que puede serlo, y decidir obviarlo porque no está del todo demostrado, o hay una pequeña sombra de duda. Solo espero que no conmigo", bromea Perkins, que aquí se aleja del guion en favor de Nick Lepard, al que acabamos de ver en cines como responsable de la divertidísima 'Dangerous animals', estrenada en el último Festival de Cannes.
Antes de despedirse, y de seguir rodando 'The young people', proyecto en el que cuenta con toda una Nicole Kidman como protagonista, Perkins se detiene con Kinótico a hablar acerca de su construcción de atmósferas, donde se ha demostrado maestro del género en clave contemporánea: "Por favor, déjaselo claro a los críticos. Yo, rodando, me siento como un labrador. Salgo ahí fuera a recoger todo lo que me sea lanzado y lo devuelvo. Mi amo, en realidad, es mi montador. Como director, vives para llevarle lo mejor, bien sean caras, reacciones, imágenes o ambientes. Tu trabajo es el de pescador de arrastre. Vas al fondo del mar y, claro, te vas a llevar alguna botella de plástico y cosas que no se pueden comer, pero también algún que otro tesoro. Si tienes algo de suerte, tu montador es bueno y, si tienes algo más de suerte, haces una buena película transformando todo aquello que te has ido encontrando. Así funciona el cine independiente. Pero, si por ejemplo es Disney quien te pide la película, vas a ser mucho más selectivo con lo que pescas, te vas a dejar muchas cosas importantes por el camino solo porque no te las han pedido", remata el director.
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