‘Ant-Man y la Avispa: Quantumanía’, un comienzo de Fase 5 un tanto descafeinado

Todo comienzo es, casi por definición (y cuando implica voluntad, claro), esperanzador e ilusionante. En el caso de Marvel y su inmenso universo, también. Aunque solo a medias. Es decir, que la Fase 5 del MCU que se abrirá este viernes con el estreno en cines de ‘Ant-Man y la Avispa: Quantumanía’ supone una continuación de la 4. No se trata de una página en blanco a rellenar con total libertad o un reinicio del MCU como el que pretenden hacer James Gunn y Peter Safran con el DCU. No, Marvel está a otra cosa y, a estas alturas, lo que se le pide es que por lo menos sus películas y series sean entretenidas. Algo que no ocurre con el título elegido por Kevin Feige y su equipo para inaugurar la Fase 5.

Peyton Reed se pone tras la cámara y al frente del abundante croma de la tercera aventura de Ant-Man –segunda para la Avispa– proponiendo un viaje a un universo en el que se podría haber dejado volar aún más la imaginación. Los avances que se habían hecho con anterioridad de ese mundo cuántico prometían otra cosa y, aunque hay aspectos deslumbrantes, seres extraordinarios (también extraños) y diseños fascinantes, sabe a poco lo visto en sus dos horas y cuatro minutos de duración. El diseño no cumple con las expectativas, como tampoco el humor presente. Ambos pecan de falta de fuerza y/o repetición. El chiste a costa de M.O.D.O.K. funciona la primera vez. La segunda flojea. La tercera y sucesivas cansan.

Como ocurre con Peter Parker, Scott Lang es un tipo simpático, con tendencia a la incontinencia verbal y con muy buen fondo. Un personaje al que Paul Rudd le cogió la medida desde el principio llegando a rivalizar en carisma con el Spider-Man de Tom Holland. Parker y Lang son personajes que no pueden caer mal. Con Tony Stark y con Steve Rogers puede haber bandos. Con ellos, no. El problema en ‘Quantumanía’ es que tampoco hay suficiente cantidad de esos chascarrillos marca de la casa y Lang pierde fuerza. Alguna píldora aquí y allá (no sería Marvel sin un toque en ese sentido), pero poco más. Y, pese a todo, Rudd sigue siendo un gran Ant-Man que se toma con humor ser un Vengador de segunda línea para muchos.