Ruben Östlund sorprende como presidente del jurado de Cannes. ¿Cómo? ¡Acertando!

Había prometido que no contemplaba la existencia de un consenso en el jurado, que tenía un plan para las deliberaciones, que se enfrentaría a la dirección del festival si era necesario para defender sus decisiones... aunque fueran inéditas. Y el palmarés que ha ofrecido Ruben Östlund al mundo tras casi dos semanas de Festival de Cannes ha sido realmente sorprendente: ¡porque ha sido acertadísimo! Cualquiera de los periodistas que haya visto al completo la competición de este 2023 podrá proponer su propio orden de premios, pero todas las películas bendecidas por los premios son de notable calidad y definen esta edición -que ha presentado una sección oficial muy desigual, todo hay que decirlo. Ha habido cintas olvidables y justamente olvidadas esta noche.

La Palma de Oro para 'Anatomía de una caída', de la francesa Justine Triet, es una decisión indiscutible. Se trata de un drama -más bien un 'whodunit'- juidicial inteligentísimo, con una Sandra Hüller en estado de gracia. Es de esas películas bien hechas, bien cocinadas, bien paridas, bien cimentadas. Todo bien, todo muy bien. Desde la música hasta el perro, ganador de la Palme Dog. Y la otra película de Hüller en competición, 'La zona de interés' de Jonathan Glazer, es un Gran Premio del Jurado merecidísimo para un siniestro retrato de la maldad nazi, que agarra al espectador por el cuello y no lo suelta hasta muchas horas después de abandonar la sala. La masacre desde el punto de vista de quienes masacraron. ¿Podrían haberse alternado estos galardones? Quizá. Pero también están muy bien así.