Antonella Sudasassi: "Hay que dignificar canas y arrugas y decir 'estamos vivas y tenemos pleno derecho a sentir y desear'"

A Antonella Sudasassi le quedaron conversaciones pendientes con sus abuelas, pero a través del relato de tres mujeres entre los 68 y 71 años, entabla una suerte de diálogo intergeneracional sobre el amor, la sexualidad, los deseos, la violencia, la maternidad y la vejez. En ‘Memorias de un cuerpo que arde’ se plantean esos temas que callaron las mujeres de otras generaciones, haciendo cada vez más impenetrable el muro de silencios alrededor de las féminas. En esta docuficción que forma parte de la sección oficial de la 50 edición del Festival de Huelva Cine Iberoamericano, las vivencias de esas mujeres, que al fin y al cabo también son las de muchas, están encauzadas en la actriz y bailarina Sol Carballo.

Sudasassi esta vez va más allá en su misión de derribar tabúes y visibilizar temas que conciernen a las mujeres, tal como lo hizo con su primer largometraje ‘El despertar de las hormigas’ (2019), que aborda el control del cuerpo femenino. En Huelva la directora y guionista narraba sobre su intención al embarcarse y desarrollar ‘Memorias de un cuerpo que arde’, siendo uno de sus objetivos el desmitificar la creencia de que la edad es directamente proporcional a un proceso de desaparición de la plenitud de la vida en las mujeres.

"Indiferentemente de la edad, las mujeres todavía sienten, están vivas, tienen ganas, deseo, placer", comentaba en esta entrevista para Kinótico, por lo que "es importante seguir visibilizando esos cuerpos que de repente pasan desapercibidos si se ven desde otro lugar. Dignificar esas canas, esas manchas, esas arrugas y decir aquí estamos, estamos vivas y tenemos el derecho pleno a sentir, desear".

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Desde su estreno mundial en la Berlinale, esta coproducción entre Costa Rica y España ha venido dejando huella y excelentes críticas en cada lugar donde se ha presentado, no solo por la temática sino también la narración cinematográfica, que además implicó un verdadero trabajo colectivo, "como un ejercicio coreográfico", tal como como lo describe Sudasassi. "La gente nota sobre todo esa propuesta de poner todo en un mismo lugar e incluso jugar con los tiempos, de que el pasado y el presente se entremezclan en un mismo espacio", comentaba, "la película hace un esfuerzo por salirse un poco de lo conocido y trata de explorar cómo sería ese espacio de la recreación de la mente, de la memoria, de estas mujeres".

En la recién iniciada temporada de premios, ‘Memorias de un cuerpo que arde’ desde ya figura entre las cuatro películas iberoamericanas en los Premios Forqué, también destaca entre los 17 largometrajes seleccionados por la Academia española de cara a las nominaciones a Mejor Película iberoamericana en los Goya, cuya gala de premiación se celebrará el próximo enero. Así mismo, esta película es la representante de Costa Rica para los Oscar a Mejor Película internacional.
Sobre las opciones de ‘Memorias de un cuerpo que arde’ en la temporada de premios, Antonella Sudasassi se muestra más bien pragmática. "Es difícil saberlo, pero la verdad que ya representar al país en estos espacios para nosotras es superimportante, es una oportunidad para la película para que se siga viendo y hablando de ella. Es un honor, sin duda alguna, poder estar nominadas a los premios".