Obituario

Muere el icónico actor y director Robert Redford a los 89 años

Creador del Festival de Sundance y ganador del Oscar, fue también activista y alcanzó la fama con 'Todos los hombres del presidente' o 'Dos hombres y un destino'

Madrid·
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El actor Robert Redford en una foto de archivo de 2024
El actor Robert Redford en una foto de archivo de 2024 · Fotografía: GETTY

El actor Robert Redford, ganador del Oscar al Mejor Director por 'Gente corriente' (1981) y célebre por sus interpretaciones como actor en 'Todos los hombres del Presidente' o 'Dos hombres y un destino', ha fallecido a los 89 años. También activista por los Derechos Humanos o el medio ambiente y creador del Festival de Sundance, habría muerto mientras dormía en su rancho de Utah, según adelantan medios como The New York Times. Icónico por sus papeles de hombre impertérrito e impasible, Redford firmó también apariciones notables en 'El golpe' (1973), 'El mejor' (1981) o 'Cuando todo está perdido' (2013), ya en la última etapa de su carrera. Todo ello le valió el Oscar honorífico de la Academia de Hollywood en 2002, premio que recogió de manos de su amiga Barbra Streisand. A esos reconocimientos sumó dos Globos de Oro (uno de ellos también honorífico), un BAFTA y los premios a toda una carrera tanto del Festival de Venecia como de la academia francesa, a través de los César.

La carrera de Redford comenzó en la televisión a principios de la década de los sesenta, lugar al que llegó después de intentarlo en el tenis amateur y ser expulsado de la universidad. A sus papeles de reparto en series como 'Brigada 8' o 'Tate', sumó su debut en Broadway, una pasión que le acompañó durante toda su ilustre carrera. Su primera aparición en el cine llegaría en 1962 con 'El que mató por placer', aunque su primer gran papel lo firmó en 1967 en la mítica 'Descalzos por el parque' (haciendo tándem con Streisand). De la mano del director Gene Sacks, Redford se convirtió en todo un icono de la belleza masculina de la época, protagonizando numerosas campañas publicitarias y convirtiéndose en el canon americano junto a Paul Newman. Los ojos azules de ambos se encontrarían por primera vez en 'Dos hombres y un destino', filmada dos años después y que le puso en el mapa de las grandes producciones de Hollywood como un actor en el que la taquilla -y también los premios- podía confiar.

Robert Redford y Paul Newman en un fotograma de 'El golpe', de George Roy Hill
Robert Redford y Paul Newman en un fotograma de 'El golpe', de George Roy Hill · Fotografía: UNIVERSAL PICTURES

A partir de la década de los setenta, Redford se convirtió en todo un referente del nuevo cine estadounidense, protagonizando clásicos como 'Las aventuras de Jeremiah Johnson' (1972), 'Tal como éramos' (1973) y, en el mismo año, 'El golpe', donde volvió a coincidir con Newman. En 1974 fue Gatsby en la adaptación del clásico de F. Scott Fitzgerald y en 1976 daría un golpe de efecto a su filmografía gracias a 'Todos los hombres del Presidente', que contaba la caída en desgracia del gobierno corrupto de Richard Nixon a través de los dos periodistas que destaparon el Watergate. Desde entonces, Redford siempre se significó como votante y donante del Partido Demócrata y como un firme defensor de los Derechos Humanos y el Medio Ambiente. Así, pasada la treintena y consagrado como uno de los grandes del cine contemporáneo, el actor volvió al registro romántico en la mítica 'Memorias de África' (1985) -junto a Meryl Strep- o 'Una proposición indecente' (1993) -junto a Demi Moore-, que inaugura de algún modo su período más crepuscular delante de las cámaras.

Detrás, la gran aportación de Redford al cine americano pasa por su labor como director y por la creación del Festival de Sundance. En 1980, gracias a 'Gente corriente' ganó el Oscar y su película fue reconocida como la mejor del año para la Academia. En 1994 volvería a los titulares de la temporada de premios con 'Quiz Show (El dilema)' y también fueron notables sus trabajos como realizador en 'El hombre que susurraba a los caballos' (1998) y 'La conspiración' (2010). Esta pulsión, la de crear un cine distinto al del cauce de los grandes estudios, le llevó a crear a finales de los setenta un lugar en el que el cine independiente pudiera florecer. Ubicado cerca de los terrenos que compró tras su primer rodaje con Newman, en pleno Estado mormón, Redford comenzó a dar forma a partir de 1987 a una de las citas más importantes en el calendario de festivales, haciendo crecer a Sundance hasta el punto de hacerlo ineludible como pistoletazo de salida al año cinematográfico internacional.

Con el adiós de Robert Redford, acaso el último galán de la última época dorada del cine en pantalla grande, se va también un referente de la otredad del séptimo arte en Estados Unidos. Capaz de ser honrado por el mismo Donald Trump contra el que pidió el voto en las últimas elecciones ("Se ha ido uno de los grandes", dijo el Presidente) y, a la vez, mito de lo independiente, Redford era la picaresca y la sobriedad, la elegancia y lo salvaje. "Se ha ido uno de los leones" ha escrito, mejor que nadie, Meryl Streep en su despedida al actor, haciendo referencia directa al mejor lavado de pelo de la historia del cine pero también condensando en una sola frase la vida inmensa de un hombre que sí supo tenerlo todo.

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