Entrevista | Festival de Huelva

Lucía Garibaldi, directora de 'Un futuro brillante': "Los uruguayos no ven cine uruguayo, está en los números, no lo estoy inventando"

La cineasta uruguaya compite en la sección Oficial del Festival de Huelva de Cine Iberoamericano con su segundo largometraje, una historia de ciencia ficción

Huelva·
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Lucía Garibaldi, directora de ‘Un futuro brillante’, en la rueda de prensa de presentación de su película en el Festival de Huelva de Cine Iberoamericano
Lucía Garibaldi, directora de ‘Un futuro brillante’, en la rueda de prensa de presentación de su película en el Festival de Huelva de Cine Iberoamericano · Fotografía: Festival de Huelva

Lucía Garibaldi (Montevideo, 1986) relativiza eso que llaman éxito. Si bien no niega las tantas alegrías que le supuso su primer largometraje, ‘Los tiburones’ (2019), con sus premios, excelentes críticas y más de 50 festivales internacionales recorridos, le puede la realidad de las dificultades de hacer cine. Aquella inesperada y abrumadora acogida no la paralizó, y se lanzó a desarrollar ‘Un futuro brillante’, una historia de ciencia ficción, estrenada mundialmente y premiada en Tribeca, y con la que opta por el Colón de Oro en la 51 edición del Festival de Huelva de Cine Iberoamericano.

El relato va de Elisa (Martina Passeggi), 18 años, curiosa pero contenida en emociones. Allí donde vive las hormigas son una amenaza, se han extinguido los perros y los gatos, y en los desolados espacios de su barrio grisáceo, los pájaros sólo se escuchan a través de altavoces. Elisa es la única joven en su entorno envejecido, apocalíptico, monótono, y un día se le presenta la oportunidad de marcharse al Norte, vendida como la tierra prometida, un lugar al que todos quieren ir, pero del que nadie regresa.

Con la idea de un tercer largometraje haciéndose grande en su mente, y tomando cuerpo en forma de guion, Lucía Garibaldi nos cuenta sobre sus intenciones y el proceso de ‘Un futuro brillante’, las querencias de las audiencias en Uruguay y la difícil – pero no imposible – misión de mantener el espíritu resiliente ante las dificultades de hacer cine.

‘Un futuro brillante’ es una película bastante anómala en lo que se refiere al panorama cinematográfico. ¿Qué tiene la ciencia ficción que no te permite la ficción?

Puedo inventar absolutamente todo, me permite absoluta libertad, pero mi intención inicial tampoco fue hacer ciencia ficción. Quería contar esa historia, lo que pasa que en realidad si vos quitás la ciencia ficción muchas veces, lo que estás contando es una historia muy universal, muy humana, y es interesante el recorrido de enrarecer tanto el mundo para, al final de cuentas, contar una historia sencilla.

En Latinoamérica, existen autoras que escriben ciencia ficción pero en el cine es raro que una directora lo toque. ¿Te sientes pionera?

"No quería hacer una película rara, original, anómala, pero fue lo que terminó sucediendo"

Pionera no. No se está haciendo tanto cine en mi región, hay un país congelado [se refiere a Argentina], [mientras que] Uruguay, por suerte, sí está haciendo cada vez más películas. En cuanto al género, creo que la literatura ha abordado más la ciencia ficción que el cine, es cierto; quizás hay una idea, sobre todo más europea, de lo que es el cine uruguayo o lo que elige Europa ver del cine latinoamericano, que no va por ese lado, sino más bien por otras temáticas que reiteradamente hemos visto. No quería hacer una película rara, original, anómala, pero fue lo que terminó sucediendo.

Coescribes el guion con Federico Alvarado. ¿Cómo fue la creación en conjunto?

Me gusta escribir con otras personas, no me gusta escribir sola, como lo hice en mi primera película. Con ‘Un futuro brillante’ toda la gestión de la idea, de las primeras versiones y de levantar los fondos fueron solitarias, pero en un momento necesité a alguien para hacer de esta locura algo tangible. Toda la estructura, moldear unas ideas medio locas en una estructura clásica, es difícil hacerlo sola y es muy disfrutable hacerlo con alguien. Es como que entrás en un mundo paralelo, tenés un testigo, hablás con alguien de ese mundo distinto, y si te escucha, no piensa que estás loco. Compartir la fantasía con alguien en la escritura es divertido.

Esta es tu segunda película, aquí también has querido tener actores no profesionales o naturales. ¿Qué te ofrece una actriz natural, en particular en el rol de Elisa?

Por lo general es una edad donde no hay tanta formación, lo cual es lindo; hay una cierta frescura para con la cámara, el set y el encuentro con el cine, con la historia, con el guion. Justamente todo eso sirve porque estás hablando de las primeras veces, de las primeras tomas de decisiones, de apropiarte de tu vida, entonces hay algo que es real cuando es un ‘no actor’. En el caso de Martina [Passeggi], ella había tenido algunas experiencias con la actuación, sobre todo con la danza, y eso fue muy útil. A mí me gusta mucho ver el cine como una coreografía de diálogo, de movimiento de la cámara, del foco, con la música, con todo. Tener a una bailarina que siempre te hace las tomas iguales, que registra el momento de la cámara, dónde está, dónde tiene que poner los ojos, es muy útil, preciso, muy necesario.

Martina Passeggi en un fotograma de la película 'Un futuro brillante'
Martina Passeggi en un fotograma de la película 'Un futuro brillante' · Fotografía: Ibermedia

¿Qué tanto te deslumbró el éxito de tu primer largometraje, ‘Los tiburones’? ¿Te facilitó las cosas para hacer la segunda película?

Ese primer éxito, digamos, es relativo. Fue interesante porque nos llevó a muchas pantallas del mundo, pero no es que te cambia, no es un ‘ahora tenés dinero’. Se hizo un poco más fácil financiar la segunda película, pero igual le aplicamos a los mismos fondos, o sea, no es que vino Netflix después de [ganar Mejor dirección en] Sundance (se ríe). Por eso es relativo lo del éxito, lo de qué esperar, lo de la competencia, lo de los festivales; creo que hay algo que se puede leer más en Google que no tiene correlación en la vida real.

"La gente piensa que los premios son dinero, y muy pocas veces lo son, es un reconocimiento"

Además la gente piensa que los premios son dinero, y muy pocas veces lo son, [más bien] es un reconocimiento. Lo más lindo es llegar a pantallas y a festivales del mundo, y que se vea la película, ese es el objetivo, y para eso ayudan estos premios. Pero también se construye una narrativa de competencia que es bastante dañina en el arte, perversa, te diría, poner la competencia permanente para financiar, para proyectar, para las selecciones. ¿Por qué una película es mejor que otra? No tiene sentido, es totalmente subjetivo por qué conectás con una o con otra. Insisto mucho con eso porque lo veo cada vez más, en todas las etapas de la construcción de una película estás compitiendo, y eso es un poco agotador.

¿Cómo se insertan películas como las tuyas en el público uruguayo? ¿Uruguay ve cine uruguayo?

¿Digo la verdad o no? No, los uruguayos no ven cine uruguayo, eso está en los números, no lo estoy inventando. Tenemos que hacernos cargo de eso y ver cómo llegar al público porque sí van al cine, pero tenemos que ver cómo hacer para que miren el cine uruguayo.

¿Y qué ven los uruguayos?

Ven Hollywood, Hollywood y Hollywood. Buenas y malas, ¡qué sé yo!, ven mainstream, películas europeas también. Tenemos una cinemateca espectacular que programa mucho cine europeo, pero con las películas uruguayas siempre estamos con los peores horarios. Es difícil… No sé si el pueblo se quiere ver en la pantalla, es algo que a mí me cuesta entender porque me fascina reconocer lugares. Me acuerdo de ver ‘Whisky’ (Juan Pablo Rebella y Pablo Stoll, 2004), me formé amando el cine uruguayo. Pero creo que también es un problema global, que la gente no va tanto al cine ahora, que se perdió un poco el cine. Estamos viendo más películas en celulares, además sostener la atención durante tanto tiempo también es difícil. Hay muchas problemáticas para el cine.

Y luego está el dinero ¿Cuánto cuesta hacer una película como ‘Un futuro brillante’?

No tengo el número exacto, pero estamos cerca del cerca del millón [de dólares], poco menos, y mucho con fondos nacionales que por suerte hemos conseguido, con la coproducción Argentina que en su momento existía, ahora ya no, y con un apoyo también del World Cinema Fund de Alemania. Con fonditos y fonditos vas armando un presupuesto para poder pagarle al equipo durante seis semanas de rodaje.

Parece increíble que teniendo el factor humano supercreativo, la pelea sea con la precariedad.

Sí, claro, eso es. Igual para mí es muchísimo dinero, y hay mucho derrame en el cine, es decir, ese dinero va para muchas áreas. Entonces, es interesante esa inversión como a nivel de Estado, de política de Estado, pero sí es verdad que no te alcanza. Lo que lo que hay, se agradece, pero no alcanza, y todo es cada vez más caro.

‘Un futuro brillante’ habla de la resiliencia de la juventud, que también es el espíritu de hacer cine. ¿Qué tanto te ha servido ese espíritu y mantenerlo?

Me entretengo con lo que hago, amo lo que hago. No pasa el tiempo cuando estoy conectada con el trabajo que elegí, no me pesa. Por momentos, uno tiene que trabajar en otras cosas, entonces se sienten más como un trabajo, pero aparte me parece que es una herramienta hermosa para comunicar ciertas ideas, para intentar generar un cambio, conectar, conmover. Creo que no hay nada tan poderoso como el cine, es como meterse en un sueño, en una sala llena, a oscuras, con una pantalla que te hipnotiza. Es muy poderoso.

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