Temporada de Premios
Objetivo Goya 2026. 'La deuda', un "cine social y thriller" hecho con "veracidad" y "credibilidad"
Daniel Guzmán, guionista, director, actor y productor de ‘La deuda’, y Pedro Hernández Santos, también productor, repasan sus bazas a los Goya 2026
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El pasado mes de octubre ‘La deuda’, tras su paso por el Festival de Málaga, irrumpía en la cartelera española con una propuesta que aunaba en una misma película el thriller y el cine de corte social. Y así, en las salas de cine, llegaba a la meta deseada después de un complicado viaje del que su guionista, director, protagonista y también productor, Daniel Guzmán, habló con Kinótico en el set del mencionado festival. Ahora, en plena temporada de premios española y con el foco puesto en las nominaciones a los Goya, tanto Guzmán como el también productor de ‘La deuda’, Pedro Hernández (Aquí y Allí Films), analizan cuáles son los puntos fuertes de la película de cara a una posible presencia en los premios de la Academia de Cine y cuáles son las categorías en la que les haría una especial ilusión una o varias menciones, como pueden ser la de Rosario García, el trabajo del reparto en general y el del equipo técnico.
Empezando por el todo, por lo general, lo primero que destacan ambos productores es que uno de los puntos fuertes de ‘La deuda’ es que “contiene varios elementos de cierta solidez como son la veracidad y la credibilidad que desprende” a varios niveles. Además, destacan “la factura técnica que posee esta película”. Bajando a lo concreto, a las categorías en las que la película puede tener más opciones de nominación, Mejor Película, Dirección, Guion original o las del reparto pueden ser las más obvias, “algunos de los puntos fuertes y destacables” de la película, como apuntan. Pero también quieren poner el foco en la parte más técnica.
En el caso de Mejor Película explican ambos que ‘La deuda’ “reúne los elementos artísticos y técnicos necesarios para aspirar a esta nominación. El carácter social y los temas que aborda e impregnan esta película (la relación con nuestros mayores, el proceso de gentrificación de nuestras ciudades, la supervivencia de los más vulnerables...) junto al tratamiento veraz y humano que desprende el guion, la dirección actoral y visual y las interpretaciones llevadas a cabo por parte de todo el elenco artístico han conectado con el público consiguiendo superar los 120.000 espectadores/as con un boca a boca sorprendente y significativo”. Una conexión con el público que la “ha definido y colocado por sí misma como una película necesaria, con una gran fuerza emocional y humana que sobrecoge y que invita a la reflexión en tiempos tan necesarios”. Un tipo de cine que abarca “lo social y lo humano” y que, añaden, “debe tener cabida y presencia en los premios de la Academia de Cine”. Sin olvidar, apuntan, “el valor comercial que también posee ‘La deuda’”.
En el caso del guion, según Daniel Guzmán, su principal valor reside en “la veracidad, la humanidad y la fuerza emocional que desprende esta historia, así como por su marcado carácter social”. A esto hay que sumar lo compleja que es su estructura narrativa al mezclar “dos géneros tan diferentes entre sí, el cine social y el thriller”. Conseguir “equilibrar ambos géneros, articular y combinar varias tramas principales en la historia” fue para él, como guionista, “un reto narrativo”. Para buscar la convivencia entre ambos de manera orgánica y sin que la película perdiese credibilidad para el espectador, Guzmán tomó la decisión de que “el carácter social se manifestara desde el contexto, sin subrayar ni adjetivar, para que los personajes respiren verdad y que las situaciones creadas y los diálogos fueran creíbles, orgánicos y veraces”. Por todo lo anterior, espera “que este guion conecte con los académicos y académicas que puedan ver esta película”.

En cuanto a la dirección, que también recae sobre los hombros de Guzmán, Pedro Hernández Santos define su labor tras la cámara como “intencionada y precisa” y pone en valor la dirección de actores “llevada a cabo para equilibrar la mezcla de actores/actrices no profesionales, sin experiencia previa, como el caso de Rosario García (92 años) junto a grandes nombres de nuestra cinematografía”. Y, ahí, en el capítulo de la dirección, destaca también “la narrativa visual, la puesta en escena y el punto de vista personal que han dado forma y han hecho realidad este proyecto desde su dirección”.
El valor y peso de las interpretaciones y la técnica
Uno de los puntos fuertes de ‘La deuda’, sobre los que se sostiene, es su reparto. En el caso de Itziar Ituño, tanto Guzmán como Hernández Santos, ponen el foco en su “composición de un personaje sumamente complejo, a nivel emocional, carente de imposturas y alejado de lugares comunes con un nivel de veracidad y organicidad realmente significativo y valorable que hacen de este trabajo preciso una merecida nominación a Mejor Actriz protagonista”. En revelación, sin duda, la gran apuesta de ‘La deuda’ es Rosario García. “La vulnerabilidad, la fragilidad, la humanidad y el sentido del humor que transmite Rosario, a sus 92 años y sin ninguna experiencia previa, ha generado en la crítica y en el público una conexión y una empatía digna de cualquier reconocimiento” señalan ambos productores. De hecho, su nominación, junto con las del equipo artístico y técnico en general, les “haría una ilusión inmensa por el gran trabajo que han hecho en esta película con total sinceridad”.

En el caso de los actores y actrices de reparto, destacan tanto “el impresionante trabajo” que hace Susana Abaitua en la construcción del personaje de Mara”, porque “su presencia, frescura y creación sutil y no explícita generan la organicidad y la credibilidad necesaria en cada momento”; como el de Mona Martínez, porque el suyo “es uno de los personajes más difíciles de componer y de llevar a cabo” y ella consigue que funcione “sin irse a la forma, a la impostura y a lugares comunes”. Y, aunque ellas destaquen en este repaso, los productores no se olvidan de mencionar como justos nominados a Francesc Garrido, Luis Tosar o Fernando Valdilvieso. A todas estas opciones y merecimientos de nominación responden ambos.
En el caso de actor protagonista, por razones evidentes, solo responde Pedro Hernández Santos: “El trabajo que ha llevado a cabo Daniel en la interpretación de Lucas, el personaje masculino protagonista, es en mi opinión y por parte de la crítica, su mejor trabajo actoral conseguido hasta la fecha. Creo que la precisión, la veracidad, el peso interpretativo y la carga emocional que ha proyectado a lo largo de todas y cada una de las secuencias de la película, a través de la construcción de un personaje sumamente complejo, con múltiples aristas, hacen de su último trabajo una de las interpretaciones destacables de este año con la dificultad absoluta que era estar delante y detrás de la cámara en un proyecto tan arriesgado y ambicioso”.

En el apartado técnico, destacan que “el trabajo como de operador de cámara que ha hecho Ibon Totorika es espectacular y de un nivel asombroso. Contiene una narrativa, una elegancia y una personalidad tanto lumínica, como de encuadres y de una personal visualización de los espacios que entendemos que debería estar nominado por este trabajo”. Y dan más nombres a ser tenidos en cuenta por los académicos y académicas a la hora de votar: Antón Laguna en la Dirección de Arte, Sergio Burman en sonido y el montaje de Nacho Ruiz Capillas y Pablo Marchetto.
“La decisión de seguir haciendo cine o no”
Una nominación siempre tiene valor. Significa reconocimiento al trabajo hecho. En el caso de los Goya, además, viene de compañeros de profesión. También es ruido, una forma de estar en la conversación, de llamar la atención sobre la película. Pero, a título personal y siendo un proyecto que ha costado tanto levantar, ¿qué significaría para Daniel Guzmán estar presente en la lista de nominados a los 40 Premios Goya? “Sería un reconocimiento personal y profesional de gran importancia para todo el equipo y para nosotros. En en mi caso, quizá, marcaría, en parte, la decisión de seguir haciendo cine o no. Dedicar cinco años a un solo proyecto de manera ininterrumpida con un coste de cinco millones de euros de presupuesto para que el resultado final no tenga que ver del todo con el resultado técnico y artístico de la propia película es duro y frustrante”, se sincera el ganador del Goya a Mejor Director novel en 2016 por ‘A cambio de nada’.
“Hacer este tipo de película”, continúa en su análisis de la industria y su funcionamiento, “es de un riesgo tan extremo. Por mucho que funcione y conecte con el público y con la crítica, si no tiene una repercusión en salas o en la campaña de premios y no consigue ocupar el lugar que, según lo que ha expresado el público, le corresponde, acaba siendo, obviamente, duro. Sé que son las reglas del juego. Por eso, justamente, te planteas seguir haciendo este tipo de cine. No es una visión derrotista ni mucho menos, es la realidad del mercado y del sector en estos momentos y hay que ser consciente de ello”.

Y enlaza su visión de una industria y un sector que conoce con el argumento de de la realidad que refleja ‘La deuda’, una película que, “como la historia de los personajes” que la habitan, es “frágil y vulnerable” y a la que “le afectan numerosos aspectos ajenos al resultado del propio trabajo realizado”. Uno de esos aspectos tiene que ver con “las corrientes que generan una parte de la prensa especializada que elige y decide, según sus gustos subjetivos y ciertos intereses editoriales, las cuatro o cinco películas que deben estar y participar de manera activa en la temporada de premios. Excluir y quitarle oportunidades y presencia en sus medios al resto de películas no solo es injusto, si no que hace un daño irreparable a un tipo de cine como el que representa ‘La deuda’”.
Esto a título personal, como guionista, actor, director y productor. A nivel más global, para la propia película, la presencia en las nominaciones de la edición 40 de los Premios Goya serviría para “darle una oportunidad para que pueda volver a las salas”. Y destacan ambos productores que “el tiempo que ha estado en las pantallas de cine ha funcionado por sí misma de manera clara por la conexión que ha demostrado con el público mayoritario, aún con un número de copias y de pases se ha limitado mucho dado la avalancha de estrenos en octubre y la posición dominante de las majors”. Tanto Hernández Santos como Guzmán consideran que ‘La deuda’ se ha visto perjudicada por esta coyuntura y que “no ha tenido el tiempo que necesita una película de estas características”. Estar nominada podría servir para darle una segunda vida y “colocarse y revelarse en el lugar que entendemos que le corresponde”.
Y, para acabar, una petición, que los académicos y académicas vean ‘La deuda’. “Con eso, nos conformamos (…) Sabemos que son muchas películas las que hay que ver en poco tiempo. Por eso, les agradecemos a los compañeros y compañeras que puedan ver ‘La deuda’ y, a partir de ahí, que decidan”, cierran.
***Este artículo es posible gracias la película 'La deuda', dirigida por Daniel Guzmán, producida por El Niño Producciones, Aquí y Allí Films y La Mirada Oblicua con la producción asociada del Grupo San Pablo y distribuida por Wanda Visión

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