Objetivo Goya 2026. 'A la cara' y el cine como camino de redención (posible) ante la cultura del odio

Ni ‘Josefina’, debut en el largometraje de Javier Marco y triple nominada al Goya, ni los 13 minutos de ‘A la cara’ que ganaron en 2021 el Goya a Mejor Cortometraje de ficción, fueron solo el principio. Primero porque antes de ‘Josefina’ –y de una forma parecida a la que Alauda Ruiz de Azúa lleva 40 años dirigiendo ficciones breves–, Marco había cultivado una nutrida carrera de cortometrajes con intérpretes de primer nivel: Pedro Casablanc, Belén Cuesta o Gorka Otxoa. Otro de esos grandes nombres es el de Sonia Almarcha, con la que lleva ya cuatro colaboraciones y que en 'A la cara' (el corto y el largo) es una presentadora estrella que enfrenta a uno de sus detractores más rabiosos en internet. Aquel cortometraje triunfó con apenas una localización, unas pocas líneas de diálogo y dos actores de portento: Almarcha, el rigor enfundado en una flamante 'blazer', y Manolo Solo, puro incel.

En Kinótico, en nuestro esfuerzo por acercarte las producciones más destacadas en la temporada de premios a través de nuestros Objetivo Goya, entrevistamos a Odile Antonio-Baez, productora del largometraje con Pecado Films. La responsable de 'Cerrar los ojos' o 'Mamacruz' explica cómo la necesidad de saber qué más sucedía a esos personajes emergió de manera orgánica: “Durante la larga vida que tuvo el corto en festivales, mucha gente comentaba: ‘Qué guay, pero ¿qué pasa después?’. Y había un interés claro por entender mejor a esos personajes. A partir de ahí, ellos [Javier Marco y la coguionista Belén Sánchez-Arévalo] decidieron dar el paso y ponerse a escribir la puesta en largo, aprovechando el encierro por la pandemia”, apunta, señalando el libreto como una de las bazas del filme de cara a la votación académica.

Para Antonio-Baez, la mejor baza del guion pasa por dar espacio al redimirse a pesar de los pesares. Lo compara con ‘Josefina’: “Sentía claramente esa ansia o esa búsqueda del contacto humano y del perdón. Creo que en ‘A la cara’ hay algo de eso, aunque también aparecen otros temas que funcionan en paralelo, como la relación entre la esfera pública y la privada, y una empatía que nace desde otro lugar, desde la culpabilidad y la imperfección”. A pesar de lo grande que vienen estas 'buzzwords', la productora de Pecado apunta a la contención extrema de una película pequeñísima, que camina otra vez sobre apenas una pareja de personajes en un espacio cerrado: “El guion insistía en el mucho tiempo que pasan en la casa, lo que hace de esta una película deliberadamente claustrofóbica”.

Sobre la pareja protagonista, valora: “Tuvimos muchísima suerte de contar con dos actores tan involucrados, que leyeron muchísimas versiones del guion y que, además, pudieron ensayar mucho”. Odile Antonio-Baez reconoce en Manolo Solo un abanico interpretativo bien cincelado en los silencios de ‘Cerrar los ojos’ (2019), película por la que trabajó con él poco antes de repetir en ‘Sevillanas en Brooklyn’ (2020). Pero el 'cabezón' a Mejor Actor de reparto, Solo lo consiguió por su papel en ‘Tarde para la ira’, en 2017. En ‘A la cara’, sobre la periodista a la que Pedro debe acoger en casa, la responsable del film se fascina: “En este papel veo muy poco a Sonia. La veo y pienso: 'Vale, no es Sonia, es otra persona'. Y creo que eso ha sido fruto de un trabajo muy profundo por parte de ellos, de interiorizar al personaje y buscarlo desde dentro. Eran personajes que, además, tenían una complejidad importante”.

Detrás de la construcción de ese microuniverso que ofrece 'A la cara', tan pequeño y tan grande a su vez, hubo mucho de documentación. “En su preparación", cuenta la productora, "Javi y Belén hablaron con muchas personas que habían recibido odio en redes sociales. Investigaron mucho, porque el perfil del 'hater' es algo difícil de abordar: nadie se te presenta diciendo: ‘Hola, doy odio por internet’”, explica, aunque “a medida que el corto, y luego el largometraje, se fue mostrando al público, muchas personas se nos acercaban sintiéndose muy interpeladas por el tema, especialmente quienes lo han sufrido en primera persona”.

El personaje de Sonia Almarcha en la película es una sosias de la frialdad de Bárbara Lennie en ‘Magical girl’, por la que fue premiada con la estatuilla a Mejor Actriz protagonista en 2015, y sufre acoso primero, de parte de Pedro y sus semejantes anónimos por las redes sociales, si bien puede trampearlo con menos dificultad. Pero la mayor presión sobre ella viene de los paparazzi en la puerta de casa: “El odio en redes tiene una dimensión pública muy concreta. En España, además, con la prensa del corazón y ciertos programas o cadenas que históricamente han trabajado desde el sensacionalismo, esto se ha intensificado. Y con la llegada de las redes sociales y del teléfono móvil, se ha producido una especie de invasión en que se traspasan límites que antes eran más privados. Hay una sensación clara de intromisión constante”.

***Este artículo es posible gracias la película 'A la cara', dirigida por Javier Marco, producida por Pecado Films, LaCima Producciones, Langosta Films, Odessa Films, Biograf Capital AIE, Suculenta Producciones y LaCima Entertainment, en coproducción con la belga BulletProof Cupid, y distribuida por Sideral.