¿Tiene sentido establecer por ley un sistema para respetar las ventanas de exhibición?

Las cifras de asistencia a las salas de cine en 2019 avanzaban como un cohete hasta que llegó la pandemia y el panorama cambió por completo. Quienes no sabían cómo usar una plataforma, aprendieron; y quienes no estaban suscritos, se abrieron cuentas o compartieron perfiles. En definitiva, a mediados de 2020 muchos hogares pagaban por ver películas o series en casa y cuando el confinamiento terminó y la gente empezó a salir a la calle con más o menos tranquilidad, casi todos se habían enganchado o al menos habían descubierto la comodidad de acceder a un catálogo en apariencia infinito desde su sofá y en cuestión de segundos. Este curso intensivo cambió las costumbres y las salas vieron cómo sus cifras no se recuperaban ni se aproximaban a los resultados prepandemia, mientras que otros centros culturales, como los teatros, sí volvían poco a poco a cierta normalidad, por no hablar de lugares de ocio como bares y restaurantes. Ahora que se tramita la ansiada ley del cine -prevista para finales de este año-, vuelve el debate sobre una cuestión clave para el recorrido de las películas en los diferentes soportes: ¿tiene sentido un sistema legal de ventanas de exhibición cinematográfica, es decir, un tiempo concreto desde el estreno de la película en las salas hasta su llegada a la televisión o las plataformas?

Actualmente, existe un pacto entre distribuidores y exhibidores destinado a respetar una ventana de 120 días. Sin embargo, es cierto que hoy en día existe una gran diversidad en la tipología de las películas y que cada título requiere un tratamiento especial, tanto en la estrategia de marketing como en la de distribución. ¿Es, por tanto, necesario un sistema reglado de ventanas que se respete en el cien por cien de los casos? La ley del cine aún vigente contemplaba una ventana de tres meses para las películas que habían recibido ayudas públicas, pero se anuló en 2015. En 2022, y con la mirada puesta en lo que ocurre en otras filmografías, como es el caso de la italiana (tres meses) o de la francesa (15 meses), los exhibidores españoles solicitaron una ventana de exhibición de 100 días para todas las películas que se estrenen en cines, como "medida urgente y esencial" para garantizar la recuperación de las salas de cine tras la pandemia. Aquella petición se reitera ahora que la ley de cine acaba de iniciar su tramitación parlamentaria, tras un primer intento frustrado por el adelanto electoral.