Honestidad, lógica, instinto y otras claves de IsLABentura para llegar a escribir el mejor guion

¿Cómo se ayuda a aprender a escribir? La quinta edición del laboratorio de guiones IsLABentura llegó a su fin este sábado, 26 de octubre, después de seis meses en los que un total de siete tutores han supervisado a los 15 participantes: Diana Rojo, David Muñoz, Joaquin Oristrell, Isa Sánchez, Marta Buchaca, Pepe Coira y Yolanda García Serrano. Su experiencia les ha servido para guiar a estos "protag(ui)onistas" en la misión de llegar al objetivo final, un 'pitch 'en el que han tenido la oportunidad de presentar sus historias ante un nutrido grupo de productores. Antes, en Kinótico hemos tenido la oportunidad de conocer algunos de los consejos, trucos y claves que les han servido en esta aventura para poder hacer realidad el sueño de ver sus proyectos en la pantalla o, al menos, intentarlo.

Una de las personas encargadas de guiar y orientar a los guionistas ha sido Marta Buchaca, para quien lo más importante de la escritura es la "honestidad", no solo porque permite hablar de lo que funciona en el guion, sino porque permite escuchar lo que el guionista quiere contar. Si bien considera que "el mundo del guion es muy de manual", su técnica a la hora de ponerse el traje de mentora consiste en extraer una historia propia del autor. Sus claves, por lo tanto, pasan por "huir de la fórmula y confiar en la vida, en las preocupaciones". "Cuando me ha ido bien ha sido al hablar de cosas mías pequeñas que son universales", afirma Buchaca, encargada de tutorizar a guionistas con más experiencia.

En su caso, David Muñoz eligió guiones "más trabajosos" aunque también "estupendos". Tal y como cuenta, optó por "historias de cine fantástico que trabajan con mundos nuevos" en las que es necesario "crear unas reglas nuevas", lo que supuso "un trabajón que lleva meses". "Esas reglas tienen que permitirte contar la historia que quieres contar y no incurrir en problemas de lógica. Cuando por fin resuelves el puzle, merece la pena y es muy satisfactorio. Más que tutorías, han sido unas convivencias", destaca este guionista veterano, quien no niega haber tenido la tentación de "vampirizar la energía de sus alumnos tutorizados".

Para Muñoz, el principio del proceso siempre consiste en "entender no solo qué quieren contar, sino decidirlo" entre las posibilidades que plantean. Para ello hay un componente "muy instintivo" en un proceso que requiere "charlas", orden y domesticación para encontrar un "sentido". "Quienes nos dedicamos a escribir somos un poco neuróticos, y no te digo cuando estás empezando. Hay una parte de terapeuta o cura en la que te acabas contando la vida simplemente para desenterrar esa historia que está un poco oculta", recalca. A esto se suma un elemento esencial: "Tener un método". "Aunque no soy de escaletas exhaustivas, tener un mapa para saber adónde vas es una manera de conservar la energía creativa y la física", asegura Muñoz.

Choque generacional

Para Joaquin Oristrell, el "choque" entre tutor y alumno es "complicado", especialmente cuando uno tiene delante "gente que tiene mucho futuro y lo que uno tiene es pasado". Por ello, su misión pasaba por "encontrar ese hueco entre no cortarles el rollo, la improvisación, las ganas y el talento, dejarles la libertad que necesitan, y darles lo que necesitan, que es lógica y cierto orden". Asimismo, otra clave que a su juicio "cuesta mucho" es saber qué está contando uno entre tanto personaje. "Todas las historias cuentan algo y no suele estar muy visible, suele estar por debajo de las historias. Hay que jugar con las piezas y que encajen", sostiene.

En este sentido, hace referencia a un tópico que ve a menudo, y que tiene que ver con la intención de "querer ser original y huir de los lugares comunes". "Está bien, pero ser original es ir al origen, que significa ir a la infancia y a las cosas que te afectan, a las que no te han contaminado con la educación y con el paso del tiempo. A lo sincero y a lo honesto, y eso está escondido. Ser original muchas veces es querer que luego el periodista diga unas cosas muy bonitas sobre ello que no tienen nada que ver con la historia, sino con el postureo de la historia", señala.

Para Oristrell, una de las debilidades de los autores noveles es "desenfocar" lo que se cuenta. "Te están contando la historia de alguien pero se olvidan de ella al minuto tres. Viene una madre, tres perros, dos gatos y un turista. Aparecen ocurrencias que son graciosas, pero no cuentan el personaje. El problema es la falta de foco, que somos muy dados los latinos porque nos gusta mucho la coralidad. Está muy bien, ahí está Berlanga, pero contaba un señor que no quería ser verdugo y no lo abandonaba en ninguna secuencia. Hay que tener mucho talento para eso y no abandonarlo", apunta el guionista acerca de una de las claves más importantes para escribir el mejor guion.

Además, añade que en IsLABentura existe más libertad de la que se respira en los últimos tiempos y critica cierta uniformidad y conservadurismo en las propuestas. En su opinión, la gente que llega a la profesión "quiere trabajar en el mercado, que está dominado cada vez más por unas plataformas, que lo que hacen no es buscar originalidad, ni talento ni cosas especiales, sino que las cosas se parezcan a las cosas y entonces las cosas se acaban quedando ralas, rectas". "Comparo las comedias con las que se hacían en los 90 y me parecen muy poco ambiciosas. Los chavales vienen pensando donde pueden colocar sus cosas. Hay hambre. No de comida, sino de trabajo", lamenta.