Walter Salles regresa al cine con una rotunda, emocionante y luminosa 'Aún estoy aquí'

Un día a Rubens, ingeniero de clase media acomodada y ex diputado del Partido Laborista, la policía secreta lo viene a buscar a su casa en Río de Janeiro donde vive con su mujer Eunice y sus cinco hijos. Viven a pocos metros de la playa de Copacabana, en una casa llena de luz que se la mantiene atiborrada de amigos y de alegría, y donde el bullicio de la música y las conversaciones no parece cesar. El día que se llevaron a Rubens cambió la vida de la familia Pavia.

En 1971 la dictadura militar en Brasil entraba en una de sus fases más sangrientas. Rubens Pavia fue uno de los miles que nunca volvió a casa. "Todo el mundo está en peligro", le había dicho a su mujer unos días antes. Eunice, ama de casa, abocada a su familia y bastante ajena al horror, no se da cuenta de que ese peligro acecha también a su paraíso personal. Al desaparecer Rubens, se queda sola con sus hijos e impedida de acceder a las cuentas bancarias. Entonces toma la decisión de reinventarse.

'Aún estoy aquí' es el luminoso e inspirador, pero sobre todo rotundísimo, regreso de Walter Salles a la pantalla grande desde ‘En la carretera’ (la adaptación cinematográfica de la novela de Jack Kerouac, una de las biblias de la Generación Beat, 2012). Se trata de una historia real, basada en el libro homónimo (publicado en 2015) de Marcelo Rubens Paiva, uno de los cinco hijos de Eunice. Salles se aferra a Eunice, interpretada sublime y magistralmente por Fernanda Torres (hija de la inmensa Fernanda Montenegro, quien también tiene una pequeña pero poderosa e inolvidable participación en esta película), para contar no solo su historia a través de diferentes épocas, sino también la de un país cercenado por la dictadura militar.