¿Ya eres parte de Kinótico? Inicia sesión

Sigue leyendo este artículo por solo

0,70€

¡O únete a la comunidad Kinótico con una de las siguientes opciones!

Kinótico Pro

  • 3.99

    / mes

  • 39.99

    / año

Kinótico Industria

  • 9.99

    / mes

  • 99.99

    / año

* Sin compromiso de permanencia. Podrás cancelar cuando quieras

Críticas

'El chico y la garza', una última lección de vida de un sabio discreto llamado Hayao Miyazaki

El japonés ha abierto el 47 Festival de Toronto después de su histórico estreno sin campaña de promoción en Japón. Se trata de una despedida tranquila y digna, que ribetea la lucha del maestro contra la malicia

Toronto·Actualizado: 09.09.2023 - 07:00
'El chico y la garza' han tenido su premiere norteamericana en Toronto antes de inaugurar San Sebastián
'El chico y la garza' han tenido su premiere norteamericana en Toronto antes de inaugurar San Sebastián · Fotografía: Studio Ghibli

Hayao Miyazaki escribe una carta de despedida con la claridad y la discreción de un maestro. Su adaptación de la novela de Genzaburo Yoshino ‘How do you live?’ es absolutamente libre y mágica, pero apoya firme los pies en el suelo de sus temas esenciales: cómo vivir, cómo entender y habitar un mundo que es inherentemente complejo y cómo contemplar sus luces y sombras con serenidad, sin arrogancia. Si en ‘El viento se levanta’ Miyazaki invocaba los sueños como metáforas para ilustrar la ligereza de los cambios más importantes en una vida, aquí el cineasta mira de frente a la evanescencia de los mundos que invoca. Por ello, hace una película que avanza a saltitos, como los andares de un pájaro o un cuento infantil, pero que nunca pierde pie.

De la novela de Yoshino prácticamente solo quedan las vértebras de una historia de pérdida y superación. Mahito Maki (Soma Santoki) asiste impotente a la muerte de su madre en un incendio, una pérdida gratuita que tragará junto con todas sus lágrimas. Pronto, el padre de él, rico propietario de una fábrica de piezas para avionetas, se trasladará fuera de Tokio para vivir con su nueva pareja, Naoki. El niño, sin voz ni voto, tendrá que aceptar la reestructuración de su familia y el ingreso en una nueva escuela, donde les hijes del campesinado local le ven como el hijo del enemigo. La miseria en tiempos de Segunda Guerra Mundial lo ha contaminado todo de recelo e interés, por lo que, siendo Mahito suficientemente aguerrido e irresponsable como para abrirse él mismo la cabeza con una piedra –en busca de venganza, quizás para volver a la ciudad–, esperamos que, en cuanto la madriguera de Alicia se abra, saltará de cabeza hacia lo que sea que el mundo mágico puede ofrecerle.

Sin embargo, el chico nunca caerá por una madriguera. El conejo es hoy una garza haraposa con pico desgarbado y cuerpo elástico, que desafía a Mahito para raptarlo y llevarlo a sus dominios, dentro de una misteriosa torre cercana. Una vez dentro, Mahito avanza por un universo que cambia de pantalla sin que él pueda mover un dedo. Allí conocerá a Kiriko, una ballenera con la que descubre una civilización marina habitada por sombras y el pueblo de los warawara, unos granos de arroz vitalistas (folklore esencial para tiempos de hambruna). También una enigmática muchacha, Himi, que es capaz de invocar el fuego y rasgar sin esfuerzo las estructuras de los universos que habita.

También te puede interesar