Fin de fiesta

Los Oscar deciden ser ‘Todo a la vez en todas partes’ en una noche histórica que volvió al pasado para mirar al futuro del cine

La película de los Daniels arrasa con siete estatuillas en las categorías principales, más que ninguna otra en las 95 ediciones de los premios de la Academia

Málaga·Actualizado: 13.03.2023 - 04:43
Key Huy Quan, Michelle Yeoh, Brendan Fraser y Jamie Lee Curtis posan con el Oscar
Key Huy Quan, Michelle Yeoh, Brendan Fraser y Jamie Lee Curtis posan con el Oscar · Fotografía: The Academy

La 95ª edición de los Oscar siempre será recordada como el año en la que la Academia de Hollywood decidió mirar al pasado para abrir las puertas al futuro. De una ganadora tan conservadora y tradicional como ‘CODA’ pasamos a la tormenta perfecta de ‘Todo a la vez en todas partes’. En la histórica victoria de los Daniels se dan la mano lo viejo y lo nuevo, provocando una dicotomía fascinante: la película que ha devuelto las victorias autoritarias a los Oscar con sus siete premios hace tan solo diez años seguramente ni siquiera se hubiera producido. Y si por algún milagro -del multiverso- hubiera salido adelante, la Academia la hubiera relegado automáticamente a los premios técnicos y artísticos. Es lo que sucedió hace 23 años cuando la organización dio cuatro estatuillas a la visionaria ‘Matrix’ mientras la dejaba fuera de las categorías principales en favor de cintas como ‘Las normas de la casa de la sidra’.

Daniel Kwan y Daniel Scheinert son los primeros directores de la generación millennial en ser abrazados por la Academia. Las votaciones de Scheinert a la última edición de la encuesta de Sight & Sound que cada diez años busca la lista de las mejores películas de la historia son reveladoras. En su top hay espacio para animes, comedias de instituto y melodramas, pero no para películas anteriores a 1986. Si el eléctrico montaje de ‘Todo a la vez en todas partes’ te recuerda a Tik Tok o los reels de Instagram, es por algo. Su forma de interpretar, consumir y generar imágenes es la misma que la de esa generación de espectadores que durante los últimos años se han alejado de los Oscar de una forma que parecía irremediable. Hasta ahora.

Hasta 16 películas han recibido más estatuillas que la producción de A24 en la historia de la Academia, pero una simple contextualización ayudará a entender el verdadero alcance de la aplastante victoria que se ha consumido cuando Harrison Ford, el eterno gruñón de Hollywood, ha anunciado la coronación de la película que ha devuelto la carrera a un actor con el que había compartido plano en ‘Indiana Jones y el templo maldito’ hace hoy 39 años. Nunca en la historia de los Oscar una película ha ganado tantos premios en las categorías principales como ‘Todo a la vez en todas partes’.

'Todo a la vez en todas partes' arrasó en los gremios
'Todo a la vez en todas partes' arrasó en los gremios · Fotografía: Producer Guild Awards

En casi 100 años solo dos títulos habían recibido tres premios para sus actores. Que la película de los Daniels vaya a compartir ese honor con dos clásicos de un Hollywood que ya no existe como ‘Un tranvía llamado deseo’ y ‘Network, un mundo implacable’ es un giro tan loco como los que vemos en una película que reserva su clímax emocional a una escena en la que dos rocas subtituladas representan la distancia emocional y existencial entre una madre y una hija que se han alejado hasta el punto de poner el mundo en peligro por ello.

La diferencia es que únicamente ‘Todo a la vez en todas partes’ recibió además los Oscar a Mejor Película y Dirección. Su éxito no tiene una explicación racional, pero esta historia sobre la insatisfecha dueña de una lavandería que es capaz de recorrerse incontables universos para salvarse a sí misma, a su hija y al mundo ha sido capaz de captar el "zeitgist" cultural en Estados Unidos de los últimos años.

Después de años de victorias por la mínima de películas como ‘Spotlight’ (la ganadora con menos premios en 63 años) o ‘CODA’ (nominada únicamente en tres categorías), el éxito de la producción de A24 recupera las victorias por goleada que siempre gustaron en la Academia. Hay que remontarse a los 8 Oscar de ‘Slumdog Millionaire’ hace quince años para encontrar una victoria contundente que se gane -merecida o inmerecidamente- la etiqueta de “película del año”.

La victoria en los BAFTA de 'Sin novedad en el frente' creó falsas expectativas
La victoria en los BAFTA de 'Sin novedad en el frente' creó falsas expectativas · Fotografía: BBC

No importa que que ‘Sin novedad en el frente’ encadenara hasta cuatro premios importantes (Película Internacional, Música, Diseño de Producción y Fotografía), un nuevo "sí-pero-no" en la hilarante relación entre Netflix y la Academia de Hollywood. El último atisbo de duda de cuál sería la triunfadora de la noche se evaporó a los 30 minutos de empezar la ceremonia cuando Jamie Lee Curtis fue anunciada como ganadora.

En un irónico giro del destino, el año en que Hollywood prestó más atención que nunca al nepotismo terminó con el Oscar a la hija de dos leyendas como Janet Leigh y Tony Curtis. Los protagonistas de ‘Psicosis’ y ‘Con faldas y a lo loco’ terminaron sus carreras sin el premio más importante de la industria. La reina del grito original (qué bonito ese recordatorio a los fans del cine de género que la convirtieron en un icono) supo explotar hasta el último segundo de su trascendental victoria en los SAG, el perfecto ejemplo de transmitir el mensaje adecuado en el momento adecuado.

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El resto de categorías interpretativas culminaron el gran éxito de las narrativas de regreso, los famosos "comeback", a las primeras ligas de Hollywood. A la Academia le gusta tanto volver a admitir en el club a viejas glorias como dejarlas sentadas en el patio de butacas en el último momento. Que le pregunten a Mickey Rourke, Michael Keaton o Sylvester Stallone. En cuestión de tres horas subieron al escenario Brendan Fraser, Key Huy Quan y Michelle Yeoh para confirmar que este año el corazón pudo con la cabeza. Ahora solo falta que la decisión de los votantes de renunciar al cinismo en favor de los buenos sentimientos no se quede solo en una serie de buenas intenciones y reciban esas oportunidades que se les negaron durante años. Pase lo que pase en sus vidas, la etiqueta de “Academy Award Winner” les seguirá para siempre… pero no les pagará las facturas ni les cubrirá el seguro médico, tal y como recordó sistemáticamente la emocional y a menudo manipuladora campaña de promoción de ‘Todo a la vez en todas partes’.

El resultado final de los Oscar debería funcionar como el recordatorio definitivo de que, aunque el juego empiece en otoño con la puesta de largo de las películas en festivales como Toronto, Venecia y Telluride, la verdadera temporada de premios empieza en enero con los premios de la industria. Hay una simple razón por la que la película de los Daniels fue celebrada por productores ,directores, actores, guionistas, montadores y diseñadores de vestuario: la adoraban. Los BAFTA nos hicieron creer que el voto internacional perjudicaría a aquella, pero en algún momento los expertos deberían plantearse dejar de prestar tanta atención a las elecciones de una organización cuestionable que solo ha coincidido con los Oscar en su premio a la Mejor Película una vez en la última década.

El arrollador éxito de esta noche confirma lo que veníamos diciendo desde hace semanas: para que una favorita pierda el Oscar, debe haber una alternativa viable. Que ‘Almas en pena de Inisherin’ y ‘Los Fabelman’, las supuestas mayores amenazas de ‘Todo a la vez en todas partes’, se hayan ido de vacío es porque nunca tuvieron opciones en primer lugar. Puede ser desafortunado que películas como 'Tár', 'El triángulo de la tristeza' y 'Elvis' se hayan quedado sin reconocimiento alguno, pero al mismo tiempo hay algo transcendental en que la gran triunfadora del año sea una película con la que sus creadores jamás pensaron llegar hasta aquí. Solo por eso el éxito de los Daniels ya sería importante. En esta versión del multiverso, sí, pero también en todas las demás.


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