Julianne Moore: "Ver a Carmen Maura sollozando en un taxi me cambió la vida como actriz"

Sus voces sobrevuelan la estancia, familiares pero apabullantes de un modo extraño y pomposo. Siempre estuvieron ahí. Una dándole el rostro protestante que han necesitado los directores 'queer' para financiar sus películas; la otra peleando el 'underground', y el derecho a la muerte digna, al lado de iconos como Derek Jarman. Julianne Moore y Tilda Swinton, las protagonistas del primer largometraje de Pedro Almodóvar en inglés, nos dicen, se acaban de poner cómodas para atender a la prensa escrita. Cuando acceden, desde el espacio contiguo para hablar de 'La habitación de al lado', la entrevista evoluciona hacia el contexto honesto, hacia un intercambio de ideas en el que las propias estrellas se atreven a preguntar a los juntaletras y hacia un ejercicio de sinceridad, política y moral, en el que tienen cabida la eutanasia, el cambio climático y hasta la verdadera esencia de lo almodovariano. Si es que eso existe.

"Ni Julianne [Moore] ni yo pensamos nunca que podríamos aparecer en una película de Almodóvar. Somos pelirrojas naturales y no hablamos español. No tenía mucha pinta de que fuéramos a encontrar hueco", bromea Swinton, aquí una enferma de un tipo de cáncer incurable que, decidida a optar por una muerte en sus propios términos, se reencuentra sin pretenderlo con el personaje de Moore, amiga de otro tiempo a la que acaba convenciendo para que la ayude a organizar sus últimos días. "Ha sido un proyecto que me ha ayudado a entender la soledad. Y también la amistad, sobre todo esa que damos por hecha. Pedro, a su manera, ha elevado lo ordinario de la relación entre estas dos mujeres y hace reflexionar al público sobre ello. No hay manera de verla y no revaluar tus relaciones de amistad", explica Moore emocionada.