Entrevista | Festival de Sevilla

La revelación de Luis (Soto) Muñoz y 'Los restos del pasar': "Acabo de descubrir la no ficción"

El director de 'Sueños y pan' vuelve a Sevilla con 'Los restos del pasar', un extraordinario trabajo de no ficción con la Semana Santa como telón de fondo

Sevilla·Actualizado: 15.11.2024 - 05:00
El director Luis (Soto) Muñoz, a su paso por el set de Kinótico en el Festival de Sevilla
El director Luis (Soto) Muñoz, a su paso por el set de Kinótico en el Festival de Sevilla · Fotografía: KINÓTICO

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La fotografía en blanco y negro parece crepitar, por momentos, en la impresionante 'Los restos del pasar'. La película de Luis (Soto) Muñoz y Alfredo Picazo, que comenzó a ver la luz hace ya un año en el último Festival de Gijón y que luego pasaría con éxito por las paralelas de Cannes, tiene estos días una última ventana a su propia tierra, a Andalucía, de la mano de la 21 edición del Festival de Sevilla. Muñoz, que también está de actualidad en estos últimos meses del año por haber estrenado 'Sueños y pan' (ya disponible en Filmin) de la mano de la misma productora, Mubox Studio, pasó por el set de Kinótico en la capital hispalense para discutir los mimbres de la no ficción, el acceso total que ha conseguido su película para con las festividades y parafernalias de la Semana Santa y el camino de uno de esos filmes que deberían estar destinados a marcar la no ficción en la temporada de premios que acaba de arrancar.

"Es una sensación un poco extraña, nos pasa que ya como que la despersonalizamos muchísimo", confiesa Muñoz, en el espacio Platea del festival sevillano, sobre el año largo que lleva paseando el filme. Y sigue: "Nosotros, desde que la presentamos la primera vez, intentamos abrir un hueco y no volver a ver la película. Sobre todo por un tema de seguridad, por tener claro mi discurso y no reformar mi discurso entero. Justo esta peli, como trata cosas de mi pueblo, cosas personales, no diluye el cariño con la peli a pesar de haberla hecho hace año", completa el codirector. Abrazando la forma de un documental más canónico y la fuerza narrativa exógena de la vanguardia, 'Los restos del pasar' encuentra su mejor definición en su máximo responsable: "Hibridamos ficción y documental, y está este término, que es el de la no ficción y no conocía antes de hacer la película. La metemos ahí por lógica, pero es algo que he descubierto hace unos meses, no más", bromea Muñoz.

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Rodada en Baena (provincia de Córdoba), pueblo de los codirectores, la película ofrece una mirada sincera, cuidada en lo estético pero poco impostada, lejos de lo etnográfico de la Semana Santa. De sus cofradías, de sus trompetas y de sus señoras del pueblo presentando a su nuevo bebé ante el Cristo correspondiente. "Hay dos tipos de bloqueo. Uno que depende de la Iglesia, de las instituciones... Y otro de la gente, donde muchos no estaban seguros de que la película fuera buena para el pueblo, para el retrato en sí. Lo que ocurre es que nosotros somos de allí, entonces hay amistad y hay buen trato. Entendieron que nuestra predisposición era buena y que no había ninguna intención de retrato cínico", apunta Muñoz, orgulloso también de que no apelar a las altas instancias de la institución religiosa les permitiera también poder ofrecer un acercamiento más cercano, más real incluso a la parafernalia del fervor.

Fotograma de 'Los restos del pasar', película de no ficción dirigida por Luis (Soto) Muñoz y Alfredo Picazo
Fotograma de 'Los restos del pasar', película de no ficción dirigida por Luis (Soto) Muñoz y Alfredo Picazo · Fotografía: MUBOX / LES FILMS DE LA RESISTANCE

Aunque en lo narrativo 'Los restos del pasar' se explica como un recuerdo, el de un niño que se hace amigo de un pintor ermitaño, la contemporaneidad de su forma es lo que la eleva desde la anécdota a la solidez del gran cineasta en ciernes que hay en Muñoz: "Queríamos buscar cierto contraste, autoridad en la imagen y posición plástica. Nos gustaba mucho la imagen de la iglesia barroca de pueblo, pintada en oro, con retablos que parece que duelen de ver. Hay belleza, sí, pero como que hay demasiada por momentos. Queríamos conseguir una imagen que suscitase esa sensación, que estuviese tan sobretexturizada que fuera bella pero que estuviera y se sintiera sobrecargada", apunta el codirector apoyando el mérito en ese descubrimiento estético de Picazo y en la dirección de sonido de Laura Gantes.

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