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Entrevista

Diego Céspedes: "En tiempos tan oscuros, el compromiso del Festival de Cannes queda claro en su selección de películas"

El director chileno presenta, en Una Cierta Mirada, la película 'La misteriosa mirada del Flamenco', una especie de western pasado por el filtro de lo trans y lo minero

Cannes·Actualizado: 17.05.2025 - 06:30
El director chileno Diego Céspedes en el Festival de Cannes 2025
El director chileno Diego Céspedes en el Festival de Cannes 2025 · Fotografía: GETTY

Su discurso es nítido, su precocidad asombra y su cine deslumbra. El director Diego Céspedes (Santiago de Chile, 1995), todo un hijo del Festival de Cannes tras haber pasado por la Costa Azul con sus dos cortometrajes hasta la fecha -‘El verano del león eléctrico’ (2018) y ‘Las criaturas que se derriten bajo el sol’ (2022)-, vuelve a la Croisette por la puerta grande, compitiendo en la sección Una Cierta Mirada con el largo 'La misteriosa mirada del Flamenco'. Ambientada en 1982, con participación de la compañía vasca Irusoin, y escrita a partir de los relatos de la comunidad gay de peluqueros a los que daba trabajo su madre, la película nos transporta hasta el Chile de 1982: los últimos coletazos de la dictadura no llegan con fuerza al árido norte minero, desierto en el que un club de alterne y variedades regentado por la comunidad trans de la zona es el lugar de encuentro de todos los trabajadores del cobre. Allí, Céspedes nos presenta a Flamenco (impresionante, Matías Catalán) y a su hija adoptada, interpretada por Tamara Cortés, en un filme que es western, ensayo sobre realismo mágico, cine social y 'coming-of-age', todo a la vez.

"Para mí siempre ha sido muy estimulante narrar desde lo adolescente. Me siento mucho más cercano, porque te permite licencias artísticas y poéticas mucho más grandes. La visión de un niño siempre tiene una parte que no acaba de entender el mundo y que se puede rellenar con magia", explica elocuente Céspedes, que por tercera vez vuelve a enfocar una película desde los ojos de la juventud. Y sigue, sobre la conexión de ese punto de vista con lo fantástico: "Eso es lo que permite que tanto yo como la audiencia veamos lo irreal como algo más natural. Hace del cine un lugar mucho más interesante", añade el realizador, que aquí tira de inventiva, leyenda y efectos especiales para acercarse a la realidad de los primeros años de expansión del sida.

Sobre jugar desde el principio en primera división, el director no se deja embelesar: "Suena muy lindo. Por eso yo no me lo creo mucho todavía. He tenido el privilegio de poder mostrar todos mis trabajos acá y siento que la recepción siempre ha sido súper linda. Además ha sido algo continuo. Y eso pasa porque Cannes quiere estar en los tiempos de hoy, en el ahora. Justo cuando estamos en un momento tan oscuro como humanidad, cuando estamos retornando muchas viejas y horribles costumbres, el festival se mantiene firme", apunta Céspedes, no sin antes mandar un mensaje claro. "Y ese compromiso no necesariamente tiene que llegar por una carta pública y explícita, también se puede hacer a través de una selección de películas y que quede claro", añade certero sobre el más que evidente viraje de este año en cuanto a criba progresista se refiere por parte de Frémaux y su equipo.

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