Entrevista

Carlos Saiz: "He necesitado a Lionel y su familia para hacer una película y ellos a mí para estar juntos a través del cine"

Hablamos con el director y guionista sobre su ópera prima, una 'road movie' rodada con actores no profesionales que compite por la Espiga de Oro en la Seminci

Valladolid·
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El director Carlos Saiz presenta la película 'Lionel' en el set de Kinótico en Seminci
El director Carlos Saiz presenta la película 'Lionel' en el set de Kinótico en Seminci · Fotografía: KINÓTICO

La primera vez que José Luis Cienfuegos se quedó prendado de ‘Lionel’ fue durante su participación en Atlàntida Mallorca Talents Lab, el laboratorio del festival de cine que organiza cada verano Filmin. “Recuerdo que hicimos un ‘pitch’ y un ‘one to one’ en el Atlàntida de Mallorca y Cienfuegos estuvo en una de las mesas, y entonces ya le gustaba el proyecto”, recuerda Carlos Saiz durante la presentación de su ópera prima en la 70 edición de la Seminci de Valladolid. ‘Lionel’ es la única ópera prima española que compite por la Espiga de Oro junto a ‘Golpes’, el debut de un peso pesado del audiovisual español como Rafael Cobos.

Han pasado muchos años desde que el cineasta murciano conoció a su amigo Lionel, hoy inspiración y protagonista junto a su familia de su primera película tras rodar videoclips de canciones como ‘Islamabad’ de Los Planetas o ‘Espacio vacío’ de Carolina Durante y Él Mató a un Policía Motorizado. Conocer al entorno de su amigo le hizo preguntarse qué es exactamente eso que llamamos familia y hasta dónde estamos dispuestos a llegar por ella. En su primera película, dos polos opuestos, padre e hijo, se interpretan a sí mismos en una película a medio camino entre la ficción y la no ficción, en la que afloran sentimientos y conversaciones pendientes.

Esta película nace de un corto que hiciste sobre tu amigo Lionel y su familia. ¿Ya entonces tenías claro que el corto era un primer paso a una película o es algo que surgió después trabajando con la familia?

En ese momento había pocos planes. Es verdad que hubo personas que al verlo decían que parecía el primer acto de una película. Yo no lo pensé mucho, pero tenía todo el sentido. Por dinero no podíamos hacer el viaje, pero el cortometraje sí mostraba el intento de arrancarlo. La verdad es que todo fue muy fácil. El cortometraje funcionó muy bien en festivales y el que ha terminado siendo el productor principal de la película me escribió para ver si queríamos empezar a desarrollar el largometraje.

‘Lionel’ es una propuesta muy particular en la que los actores interpretan a una versión de sí mismos o a sí mismos. ¿Tú cómo la calificas? ¿Es una película de ficción o un docudrama?

Para mí es una película de ficción, pero con ciertas notas documentales, sobre todo en el registro de las emociones. Casi todas las emociones que se generaron en el rodaje eran reales, porque al final ellos son familia de verdad y necesitaban contarse y decirse muchas cosas. Es fuerte porque Lionel y su padre tienen dificultad para estar a solas juntos y gracias a este proceso, aunque yo no lo he hecho aposta porque obviamente, han podido conectarse de alguna manera. Yo los he necesitado a ellos para hacer una película y ellos me han necesitado a mí para estar juntos a través del cine, porque ellos mismos solos no pueden. Empecé a ver esto cuando Lionel me llevaba a la casa del campo a ver a su padre porque él solo no quería, así que yo empecé a decir: "Wow, aquí hay algo". Entonces empecé a grabar con mi naturaleza de cineasta y todo esto empezó a crecer. Al principio empecé a grabar yo solo con mi móvil.

¿Qué crees que está pasando en el cine español ahora con los padres? Porque se están explorando mucho estas estas relaciones que igual no estaban tan presentes antes o se está haciendo desde otro lugar. Pienso en el cine de Alauda Ruiz de Azúa o este mismo año también en ‘Maspalomas’, de los Moriarty. ‘Lionel’ es otra mirada a ese vínculo en crisis por cómo se han educado los hombres durante generaciones en España.

Es verdad y es interesante, pero no había pensado tanto en que hay una serie de películas que tratan sobre esto. Supongo que hay un momento fuerte de choque generacional, hay una especie de promesa del siglo XX acerca del sistema en el que vivimos que no está funcionando y que choca mucho con las nuevas generaciones. Quizás en mi película no se habla mucho directamente, aunque sí está presente esa idea sobre el trabajo y el esfuerzo que no siempre trae la recompensa prometida. Creo que ese choque generacional está haciendo que los cineastas nos preguntemos por las generaciones pasadas, de dónde venimos, cuál es nuestra herencia y cuánto podemos soportar ese peso.

Fotograma de 'Lionel', la ópera prima de Carlos Saiz
Fotograma de 'Lionel', la ópera prima de Carlos Saiz · Fotografía: Sideral

¿La ‘road movie’ siempre estuvo en la génesis de ‘Lionel’?

Sí. La película nace de un viaje que hicieron en la vida real. La idea viene de antes del corto, ahora que me lo preguntas. Yo estaba estudiando guion en un máster de cine y Jonás Trueba nos puso como ejercicio hacer un argumento de una película. Era un trabajo que teníamos que hacer durante el verano. Eso coincidió con un viaje que hizo la familia para llevar a Alicia a una ciudad donde iba a hacer un máster para hacerse profesora. Lionel me contaba el viaje y era una serie de locuras. No hemos integrado tantas en la película al final. Por ejemplo, se tuvieron que quedar unos días más en un hotel de mala muerte porque el padre se equivocó y echó diesel en vez de gasolina. Era una historia muy cinematográfica. Al volver me lo contó y ese fue el inicio de todo. La idea de la ‘road movie’ me encajaba porque la energía cuando te vas de viaje se parece un poco a la energía que hay cuando estás en un rodaje, que hay una especie de excitación en el ambiente. Eso me ayudaba a que las situaciones partieran de una energía particular que yo estaba buscando. No quería una película apagada o lenta. Quizás en otro momento sí, pero ahora quería hacer algo mediterráneo, fuerte y con mucha energía.

¿Cómo te planteaste el trabajo de la puesta en escena? ¿Había ahí también una mezcla entre ficción y no ficción a la hora de plantear el estilo de la película

Más que puesta en escena pensaba en una puesta en situación, en cómo generar una situación y una energía. Si de repente había que hacer una escena un poco más densa y el rodaje empezaba por la mañana con mucha risa, yo tenía que generar una energía diferente. Luego había mucha libertad y es verdad que el dispositivo de rodaje con el director de fotografía estaba muy diseñado para no invadir y para que ellos pudieran moverse con libertad. Nosotros estamos todo el rato siguiéndolos y viendo a ver qué pasaba con ellos. Es verdad que hay un registro que en algunas situaciones se parece más al documental, pero creo que hay una ambición que tiene más que ver con mi estilo y mi deseo de que la forma al final se pareciera más a la ficción con códigos de ‘road movie’, quizá para compensar estos personajes tan particulares y tan poco vistos en el cine. Creo que era para que el público pudiera seguir mejor la historia. Tampoco me apetecía trabajar con la cámara en mano como en los documentales. Quería compensar las diferentes partes de la película.

'Lionel' ha pasado por muchos programas de desarrollo. ¿Cuál ha sido tu experiencia con los laboratorios? En los últimos años ha habido mucho debate sobre su impacto en los proyectos que llegan a los cines.

Por suerte yo tenía un compañero de viaje en el guion como Raúl Liarte, que escribió ‘El año del descubrimiento’ o ‘La mala familia’. Es alguien que, por naturaleza, lucha mucho por sus ideas y eso me ha ayudado mucho. Los laboratorios me han enseñado a ser desobediente de manera educada. Nosotros no hemos dado mucho nuestro brazo a torcer. Hemos escuchado mucho y hemos intentado no llevarlo a lo emocional, porque entonces ahí la cosa puede explotar un poco. Hemos entendido muchas cosas que nos decían y hemos cogido algunas ideas, pero no tantas. He tenido mucha suerte de trabajar con un compañero y eso es algo que quiero repetir. Escribir con alguien y no viajar solo durante tanto tiempo ha facilitado las cosas. Gracias a él ha sido más fácil mantener la fe en lo que queríamos hacer.

Lionel es amigo en la vida real del director Carlos Saiz
Lionel es amigo en la vida real del director Carlos Saiz · Fotografía: Sideral

Lionel y su padre llegan a una especie de conclusión en la película y es que las cosas buenas y las cosas malas pasan igualmente. Todo es fugaz de alguna forma y tenemos que abrazar eso. ¿Qué lecciones vitales te llevas tú de Lionel y de todos estos años que has dedicado a esta familia?

He aprendido muchas cosas, pero todavía me quedan muchas por descubrir gracias a conversaciones como esta entiendo mejor la película. Ha sido una película hecha desde el corazón. Creo que lo que más me vincula con la película, aunque mi familia y la de Lionel no se parecen de cara al exterior, es una necesidad que tengo de comunicarme con mi familia y que mi familia tiene conmigo. Es fuerte el contraste entre lo cerca que estamos mi familia y yo físicamente, y lo lejos que estamos a veces emocionalmente. No somos capaces a veces de decirnos las cosas. En mi casa se habla mucho de otra gente, pero de nosotros se habla menos y creo que es algo pasa en muchas casas. Me ha hecho pensar mucho en eso y en los tipos de apegos que he tenido a lo largo de mi vida con con mucha gente. Me gustaría organizar mejor mis apegos y creo que la película me va ayudar a entender lo que debo priorizar a la hora de relacionarme con cierta gente a la que quiero.

Siempre cuesta mucho sacar adelante las óperas primas. ¿Qué aspecto tiene una segunda película de Carlos Saiz después de esta presentación de sociedad?

"Me gusta que hacer películas sea una necesidad interior y también una necesidad práctica porque quiero vivir de esto"

Tengo muchísimas ganas y con una necesidad. Hacer películas es mi oficio y tengo que ejercerlo para poder vivir. Necesito hacer otra película. Estoy muy ilusionado con otro proyecto. Estoy empezando a desarrollarlo y hablando precisamente sobre el choque generacional y el sueño frustrado de nuestro sistema actual. También es una historia real de una chica que estoy conociendo en Barcelona, una artista que tuvo una adolescencia muy particular. Estamos investigando y tengo muchas ganas de seguir trabajando. También he sentido ese miedo de no tener nuevas ideas al estar tanto tiempo trabajando en ‘Lionel’. Pero esto es un oficio también y hay que pensar en eso. A veces nos preguntan por qué hemos hecho una película y la respuesta también es que porque nos ganamos la vida con ello. Me gusta que sea una necesidad interior y también una necesidad práctica porque quiero vivir de esto.

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