Entrevista

Mia Hansen-Love: "Deberíamos tener mucho cuidado con que el cine se acabe usando como punto clave de la batalla cultural"

La directora francesa, responsable de 'El porvenir' o 'Una bonita mañana', ha sido galardonada con la Espiga de Honor de la 70 edición de la Seminci de Valladolid

Valladolid·
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La directora Mia Hansen-Love a su paso por el set de Kinótico en la Seminci de Valladolid 2025
La directora Mia Hansen-Love a su paso por el set de Kinótico en la Seminci de Valladolid 2025 · Fotografía: SAMUEL DE ROMÁN / KINÓTICO

Es una de las voces autorales más reconocibles en Europa y su cine, uno delicado y siempre sutil, punta de lanza de una generación de directoras que ha llegado para cambiarlo todo desde la cuna más festivalera. Mia Hansen-Love (París, 1981), ganadora del Oso de Plata en Berlín y habitual de la selección del Festival de Cannes, ha sumado esta semana un reconocimiento más a su carrera con la Espiga de Honor que le ha concedido la 70 edición de la Seminci de Valladolid, un galardón que recogió en el Teatro Calderón y que explicó como "un estímulo para continuar con esta búsqueda indefinida que espero que me siga toda la vida". Unas horas antes de ser aplaudida de pie por Pucela, la realizadora francesa, responsable de 'El porvenir', 'Una bonita mañana' o 'La isla de Bergman' se sentó con Kinótico para reflexionar acerca de su filmografía, las políticas culturales del cine o su próxima película, que lleva 3 años intentando sacar adelante.

"La llamada me pilló sufriendo por la financiación de mi nueva película, por lo que recibir el premio no pudo ser más que una alegría enorme. Te devuelve la confianza en ti misma", confesó la directora en el set audiovisual de Kinótico, acerca de un premio que recibe con apenas 44 años y que la iguala con maestros y maestras del cine como Charlotte Rampling, Jim Sheridan, Vittorio Storaro o su admirada Isabel Coixet. Preguntada acerca de su próximo filme, puesto que lleva desde 2002 sin rodar, Hansen-Love se sincera: "Siempre es difícil, ser una directora o intentar conservar tu voz y tu ambición. Cualquiera que lo haya intentado lo sabe. Pero creo que las dificultades de esta película pasan porque es lo peor en el sentido industrial. Es ambiciosa, es cara, es una película de época y que encima involucra a un montón de localizaciones. Es mi película más cara hasta la fecha, pero sigue siendo mía, no es que lo haga más comercial ni nada así. Está fuera de lo que la gente ha catalogado como una película mía pero, por fin, empezaremos a rodar en 2026", cree la realizadora, que también añade haberse sentido muchas veces encasillada por la propia industria francesa.

Otrora vergel del cine de autor del continente, Francia está pasando por un momento complicado: esta misma semana se ha debatido en el Parlamento si conviene recortar los incentivos fiscales a los rodajes en el país, medida que, aunque rechaza, pone de nuevo en el centro de la batalla cultural al séptimo arte. "No podemos subestimar la importancia que la cultura tiene para los políticos en un momento en el que la extrema derecha está intentando aglutinar el máximo poder en las democracias alrededor del mundo. Todos deberíamos tener cuidado de que el cine se esté usando como uno de los puntos claves de la batalla cultural (...). La cultura, lo queramos o no, es algo más sensible que nunca en el contexto actual. No he leído acerca de los incentivos fiscales, pero sí puedo decir que la situación actual me ha llevado a quizá no rodar en Francia aunque parte de la película ocurra allí. ¿Por qué? No hay suficiente dinero. Hemos acabado en una situación rarísima, recogiendo dinero de toda Europa. No puedo rodar mi próxima película en Francia solo con el dinero que consigo allí", remata la realizadora, herida.

"Ser crítica de cine, aunque fuera por un período corto de tiempo, fue muy importante en mi proceso para convertirme en directora"

Antes de despedirse, Hansen-Love también tiene tiempo para reflexionar sobre sus orígenes en el medio, unos que pasaron por 'Cahiers du cinema' mientras buscaba su propia voz: "No sé si llegué a ser realmente una crítica de cine. Sigo intentado serlo, creo. Para mí, realmente, fue mucho más obvio convertirme en directora. Estuve intentando ser crítica de cine durante dos o tres años pero lo pasé mal intentando articular mis ideas. Me interesa mucho la discusión, sí, y encontrar las palabras, pero es un proceso que también me importa como directora. Ser una crítica de cine, aunque fuera por un período corto de tiempo, fue un aspecto muy importante en mi formación, en mi proceso de convertirme en directora. Todavía, eso sí, me cuesta encontrar las palabras cuando una película me ha gustado. Es mucho más fácil ser crítica con lo que no te ha apelado", bromea la directora, desde ya historia de la Seminci de Valladolid.

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