Entrevista

Frédéric Hambalek desmonta la moral de la familia alemana en la socarrona 'Marielle lo sabe todo'

El realizador alemán, que compitió en la última Berlinale, pasa ahora por el 63 Festival de Gijón para ahondar en su deconstrucción de la privacidad germánica

Gijón·
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El director alemán Frédéric Hambalek a su paso por el Festival de Gijón 2025
El director alemán Frédéric Hambalek a su paso por el Festival de Gijón 2025 · Fotografía: FICX

Se ha dicho de su cine que bebe de Haneke, que se permite imitar la estética de Von Trier y que escribe con la gracia que le sobra a Östlund y la mala leche que le falta a Lanthimos. El director y guionista alemán Frédéric Hambalek sorprendió a propios y extraños haciéndose un hueco en la Sección Oficial de la última Berlinale con 'Marielle lo sabe todo', una deconstrucción de la familia de clase media alta germana y un estudio socarrón sobre la moral a juicio. Protagonizada por el célebre Felix Kramer como patriarca, Julia Jentsch como madre y 'girlboss' y Laeni Geiseler como la niña adolescente que da nombre al filme, la historia comienza con un bofetón: tras pelearse con su mejor amiga en el patio del instituto y recibir el golpe, Marielle comienza a ver y escuchar absolutamente todo lo que hacen sus padres a lo largo del día. Absolutamente todo. "Es mi mayor crítica, pero no se tomó a mal que la gente pudiera entender que, en cierto sentido, también estaba hablando de nuestro matrimonio", confiesa entre carcajadas el cineasta de Karlsruhe, sobre cómo se tomó su esposa el primer visionado de la película. Carismático, el director compite con su filme en la 63 edición del Festival de Gijón (FICX), donde se entrevistó con Kinótico.

Fría y calculadamente cómica, un chiste de tiempos perfectos, 'Marielle lo sabe todo' juega a ser contemporánea con mimbres éticos que en realidad nos hay acompañado toda la vida. Ese nexo, de hecho, se deduce también del origen del proyecto que explica su director: “Tuve la idea hace muchos años, en realidad. Un amigo le regaló a su hija un peluche con cámara y me enseñó cómo podía ver desde su ordenador a su hija durmiendo en su cama. Me pareció muy perturbador, me pareció muy mal, pero me puso a pensar en la privacidad en la familia y si realmente existe. Luego, simplemente le di la vuelta a la perspectiva”, cuenta Hambalek. Y sigue, sobre las comparativas con los maestros del hoy que ha despertado su filme: “Me gustan todos los nombres con los que me comparan, pero no, no les miro más que con una reverencia. A mí también me gusta, como espectador, encontrar conexiones con otros cineastas o filmografías”.

Julia Jentsch y Felix Kramer en un fotograma de 'Marielle lo sabe todo', de Frédéric Hambalek
Julia Jentsch y Felix Kramer en un fotograma de 'Marielle lo sabe todo', de Frédéric Hambalek · Fotografía: KARMA

Respondiendo acerca del elenco, Hambelek dibuja lo que para él es en realidad el corazón de la película, una “alemanidad” -si se nos permite el palabro-, que está implícita en su pareja protagonista. “Los dos padres son muy conocidos en Alemania. Con Julia Jentsch la idea era subvertir las ideas de los espectadores. Siempre ha interpretado papeles de mujer simpática y amable, y aquí iba a transitar por la antipatía, por caerle mal a la gente, incluso. Y con el padre, con Felix Kramer, pasó algo parecido. Siempre hace de policía, de tipo duro, y aquí era un intelectual blandito. Era un juego más de los que plantea la película”, apunta el realizador, que solo permitió una lectura grupal del guion entre sus actores para seguir tejiendo en la extrañeza durante el propio rodaje. “Me aseguré de que el verdadero tiempo lo tuviéramos a la hora de filmar, porque ahí es donde ellos iban a poder probar sus aportaciones personales y ver qué nos funcionaba mejor”.

Incómoda y autoconsciente, todo un regalo para aquellos que estén hartos de la seriedad con la que el Viejo Continente se mira a sí mismo cuando va a desnudar a las familias -te apuntamos a ti, querido cine español-, 'Marielle lo sabe todo' es también un retablo sobre la violencia asimilada, esa propia de las civilizaciones más avanzadas en la que todos los gases de la confrontación son de liberación lenta. “Nadie me había preguntado sobre eso y me parece clave. Todo empezó con la primera pregunta. ¿Cómo obtiene Marielle esos poderes? No quería un accidente aparatoso o algo demasiado complicado o médico, quería algo muy simple. Así llegamos al bofetón. Fue cuestión de ir desenredando la película e ir encontrando los puntos de fuga de esa violencia contenida”, completa Hambelek, que insiste en que “jamás escribiría una escena que solo se pueda interpretar como dramática o solo se pueda interpretar como cómica”, lo que en el filme nos devuelve una de las escenas más entretenidas al presentar a la madre intentando comprobar si los poderes de su hija son ciertos “saliendo a fumar” con uno de sus compañeros de trabajo.

"Me encantaría ver qué hace Hollywood con ella, y es una posibilidad que se ha vuelto muy real"

La película, que se estrenará en España de la mano de Karma Films próximamente, es una de esas historias que es fácil imaginarse adaptadas en otros países, otras realidades: "Me encantaría ver qué hace Hollywood con ella, y es una posibilidad que se ha vuelto muy real. Sería muy divertido ver qué hacen con el humor, o hasta qué punto son capaces de llevar las situaciones más exageradas del guion", completa Hambelek, que no ha perdido el tiempo durante su estancia en Gijón, donde está rematando el libreto de su siguiente largometraje. "Creo que la primera en verlo será mi mujer", bromea.

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