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Avelina Prat: "No debemos perder la capacidad de asombro ni dejar de mirar lo que nos rodea"

Hablamos con la directora y guionista valenciana sobre su peculiar camino a la dirección, su relación contradictoria con premios y festivales y su futuro inmediato

Madrid·
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Avelina Prat, Maria de Medeiros y Manolo Solo, en el rodaje de 'Una quinta portuguesa'
Avelina Prat, Maria de Medeiros y Manolo Solo, en el rodaje de 'Una quinta portuguesa' · Fotografía: Filmax

Es tentador afirmarlo: Avelina Prat no es una directora al uso. Arquitecta de profesión y con una larga trayectoria como script (incluso interpretó a una frente a las cámaras en 'La reina de España'), esta valenciana no estrenó su primera película, 'Vasil', hasta después de cumplir los 50. “Eso me ha ayudado a contar las cosas desde otra perspectiva. Con 20 o 30 años no tenía nada que contar o no había reflexionado lo suficiente sobre la vida como para poder contar algo yo misma. Ahora sí que me siento en esa posición. Es bonito encontrar tu propia forma de contar las cosas, porque las historias en sí están todas ya muy contadas”. Las casualidades de la vida han querido que su segunda película, ‘Una quinta portuguesa’, hable de alguien que cambia de profesión después de ‘dar la vuelta al jamón’. “Con el tiempo me di cuenta de que había algo de mi experiencia en esa idea”, reconoce Prat.

En un mundo con tendencia a la infantilización y a la sublimación de la juventud, Avelina Prat prefiere hablar de problemas y vivencias adultas. “A partir de cierta edad, la vida está más o menos clara, pero me parece muy bonito hablar de que con los años sigamos siendo capaces de tener esa capacidad de asombro o de que nos ocurran cosas que no esperamos. Del desconcierto, al fin y al cabo. No debemos perder ni la capacidad de asombro ni dejar de mirar lo que nos rodea. Yo voy cumpliendo años y cada vez me extraña más el mundo y lo que veo alrededor”. Llegar más tarde a la dirección no la he excusado de batallar con sus propias dudas e inseguridades. “He tenido mucho síndrome de la impostora, por supuesto. Todavía lo tengo un poco, pero hacer películas es un privilegio. Mientras pueda, voy a intentar seguir en esto”.

"Trabajar como script me ha servido mucho. Es una posición privilegiada para entender cómo hacer películas y trabajar con los actores. Ha sido mi escuela"

Prat se pasó casi 20 años en los sets de otros directores antes de poder entrar en el suyo propio. En su filmografía aparecen nombres como Fernando Trueba, Cesc Gay, Víctor García León, David Trueba, Javier Rebollo, Jonás Trueba y Manuel Martín Cuenca, entre otros. “A mí trabajar como script me ha servido muchísimo. Es una posición privilegiada para entender cómo se hacen las películas y cómo se trabaja con los actores. Esa ha sido mi escuela”. Su experiencia previa le permitía estar tranquila en lo que se refería al día a día del rodaje, la planificación, los tiempos o el trabajo de cada departamento. Sin embargo, los actores eran su mayor fuente de dudas. “Era lo que más me preocupaba. Me he dado cuenta que el casting era lo más importante. Elegir bien a los actores es gran parte del trabajo. El resto es hablar con ellos previamente es muy útil para que todos entendamos los personajes de la misma manera”.

Avelina Prat ya había trabajado hace casi 10 años en un cortometraje con Manolo Solo. Desde el principio supo que el ganador del Goya por ‘Tarde para la ira’ era el elegido. “Es la única vez que me ha ocurrido, pero ya escribiendo el guión pensaba en él. Al principio buscaba alguien que diera este aspecto de tipo corriente, un hombre cualquiera al que le puede suceder de repente algo increíble pero que no tiene un perfil de héroe. Nadie hace eso como Manolo”. Maria de Medeiros también llegó de forma orgánica a un proyecto que tenía a Portugal en su corazón. El mayor reto a nivel de casting era Olga, un personaje que aparece en el tercer acto de la historia que debía mantener el interés a pesar del cambio de foco del relato. “A Branka Katic la encontramos haciendo un casting en Serbia. Es una actriz muy reconocida en su país y que ha hecho también muchas películas internacionales, incluso en Hollywood, pero aquí era desconocida”, recuerda la cineasta. “Hicimos un casting por internet que preparó una productora serbia. Vimos a unas quince actrices. Branka preparó un par de secuencias en español, aunque no hablaba ni una palabra del idioma. Se lo aprendió todo fonéticamente. Además de ser buenísima actriz, tenía esta cosa aniñada, contrastaba mucho con el resto de personajes de la película”.

María de Medeiros, la directora Avelina Prat y Manolo Solo, en el photocall de 'Una quinta portuguesa' durante el Festival de Málaga 2025
María de Medeiros, la directora Avelina Prat y Manolo Solo, en el photocall de 'Una quinta portuguesa' durante el Festival de Málaga 2025 · Fotografía: GTRES

La cineasta se siente atravesada por su pasado como arquitecta. “Los procesos similares entre un mundo y otro son muy similares. Una persona empieza haciendo un primer boceto en casa de lo que será un edificio y otra escribiendo las primeras líneas de una idea para un guión, pero después el viaje para que se conviertan en un edificio o una película son muy parecidos”, defiende la valenciana. “En los dos trabajos tienes que coordinar a personas muy diferentes que entran en el proyecto de otro a aportar su experiencia y sus ideas. Tu trabajo es que al final ese edificio o esa película sean fieles y mantengan el espíritu original de la idea con la que se inició”. Avelina cree que esa mochila de arquitecta ha dejado más huellas en sus películas, aunque sea involuntariamente. “Lo veo mucho en la composición de los planos, en el cuidado por el detalle y en la forma de filmar las cosas. Pero es que también está en la estructura del guión, por ejemplo. Necesito tener una base sólida antes de lanzarme a rodar. Puede que esa estructura después pase desapercibida, pero el esqueleto está ahí escondido”.

De la misma forma que el protagonista de ‘Una quinta portuguesa’ necesita un cambio de aires y profesión para encontrar su verdadero hogar, la segunda película de la cineasta también ha seguido su propio camino después de quedarse fuera del palmarés del Festival de Málaga. “Lo que ha sucedido es muy bonito. La película se ha ido viendo poco a poco. El boca a oreja ha funcionado y ha hecho que la gente siguiera yendo al cine. Ha sido algo progresivo, pero ayudó también que a la crítica le ha gustado mucho. Poco a poco hemos ido sumando espectadores y encontrando nuestro sitio. Ha sido una alegría tremenda, porque no nos lo esperábamos para nada”, admite, humildemente.

Entrevista con Avelina Prat y María de Medeiros en el Festival de San Sebastián

‘Una quinta portuguesa’ ha llegado a los 703.000€ y 108.000 espectadores, superando los datos de la mayoría de películas que se presentaron en la cita andaluza. Durante su segunda vida en Filmin, el éxito ha continuado. Con casi 19.000 puntuaciones, el drama mantiene su ocho de media. “Es muy bonito ver la respuesta de los espectadores porque son ellos los que completan lo que han visto en la película a partir de su sensibilidad, su vida y sus ideas. En los coloquios me sorprendían a veces con las preguntas. Es bonito ver que han entendido cosas de otra manera a las que yo las planteé. Eso me gusta, porque eso significa que la película deja un poco de umbral para que cada uno la complete a su manera”.

Hace una semana, ‘Una quinta portuguesa’ arrasaba en la VIII edición de los Lola Gaos, los premios del audiovisual valenciano, siendo reconocida en categorías como Mejor Película, Dirección, Guion y Actor, hasta un total de siete estatuillas. A Prat le emocionó ser reconocida en su casa, pero admite sentir contradicciones con el impacto de la temporada de premios en la vida de las películas. “Una desearía que la película tuviera otra marcha propia, pero es verdad que hay que darle un empujón. Para mí los premios son una promoción general del cine que hacemos aquí y no como una rivalidad entre compañeros. Creo que los premios son un buen apoyo para que se sigan viendo durante una temporada más larga y que no pasen desapercibidas, que estén solo dos o tres semanas en los cines y después se acabe todo”.

El equipo de 'Una quinta portuguesa', con Avelina Prat en el centro, en los Premios Lola Gaos 2025
El equipo de 'Una quinta portuguesa', con Avelina Prat en el centro, en los Premios Lola Gaos 2025 · Fotografía: AVAV

Esa importancia en la vida de las películas también puede tener un reverso tenebroso. “Creo que los premios pueden estar algo sobredimensionados. También nos estamos pasando un poco de rosca con los festivales”, lamenta la directora a pesar de haber presentado sus dos primeras películas en Seminci y Málaga, respectivamente. “Una película puede estar muy bien sin haber sido seleccionada en grandes festivales. Quizás tiene que ver con haber empezado en esta industria con cierta edad, pero intento despegarme de todo eso y simplemente pensar en hacer una buena película. Después, si funciona, la acompañaré todo lo que pueda y ya está”.

"Una película puede estar muy bien sin haber sido seleccionada en grandes festivales. También creo que los premios pueden estar sobredimensionados"

Pase lo que pase en la temporada de premios, Prat ya ha superado el fantasma de la segunda película, a menudo insalvable en la industria audiovisual española. “Soy muy afortunada, porque no fue una película difícil de levantar y siento que he dado un paso adelante como directora. He tenido mucha suerte de coincidir con una productora con la que me he entendido muy bien, como es Miriam Porté”. Avelina cree que la clave de su buena relación es que las dos han creado un sistema de trabajo que les funciona a las dos. “Creo que Miriam entiende muy bien el cine que quiero hacer y me deja la libertad suficiente para que lo pueda desarrollar. Yo también soy capaz de entender lo que requiere su trabajo como productora. Intento no salirme de su forma de trabajar, así que juntas hemos encontrado una metodología común”. No es una forma de hablar. Productora y directora ya están trabajando en su tercera película juntas. “Tenemos una versión del guion y estamos empezando la financiación. Ya lo hemos presentado a varios sitios y en menos de un año tendremos la financiación completada. La idea es rodar a principios del 2027, seguramente”.

***Este artículo es posible gracias a la película 'Una quinta portuguesa', dirigida por Avelina Prat, producida por Distinto Films y distribuida por Filmax

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