El modelo Atalante: un refugio viable para que el mejor cine de autor pueda resistir en las salas

¿Cómo se cuida el cine de autor en un país donde, históricamente, sí se ha cuidado el cine de autor? La respuesta, allende nuestras fronteras y nuestros programas de conservación cultural públicos es fácil de dar, puesto que iniciativas como la Criterion Collection en Estados Unidos o los esfuerzos de Mubi en Latinoamérica suponen una reivindicación del cine más autoral inmediatamente reconocible para las nuevas generaciones. De hecho, es tal el agradecimiento, que objetos tan triviales como la célebre tote bag de la distribuidora y casa de streaming se han convertido en un complemento de deseo, una marca de identidad, casi, a la hora de salir a la calle. Más allá del tribalismo, y desempeñando una labor parecida en lo moral pero mucho más viable en lo industrial, Atalante se ha venido destacando en nuestro país como la distribuidora más atrevida en su protección del cine de autor en salas, estrenando este mismo año en cines ‘Nuestro día’ e ‘In Water’, de Hong Sang-soo, la ‘Eureka’ de Lisandro Alonso o todo un clásico como la restauración de ‘L’amour fou’, de Jacques Rivette.

Esta semana, a partir del 18 de octubre, la distribuidora dirigida por Ramiro Ledo vuelve a defender el acercamiento más estrictamente artístico a las salas de la mano de dos maestros: ‘Las hijas del fuego’, cortometraje más reciente del portugués Pedro Costa, y ‘Tráiler de la película que no existirá jamás: guerras de broma’, trabajo póstumo de Jean-Luc Godard en el que el mito galo elucubraba sobre una próxima película incompleta, se estrenarán en salas de todo el país como un combo, ‘Costa+Godard’, con una duración aproximada de 30 minutos. “Nuestra prioridad siempre es buscar proyectos viables laboralmente y a nivel de proyecto. Somos un equipo de cinco personas, que ya es importante en una distribuidora, y nuestro objetivo principal es que las películas funcionen en taquilla, en los cines. Lo que pasa es que esto se une a nuestra trayectoria. Somos gente que, por una razón u otra, está vinculada al cine de autor, estamos unidos a un cine que ya no se exhibe demasiado en salas”, explica Ledo a Kinótico.