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CinemaChile y el futuro del país: "Quizá la entrada de una película que costó 1M$ y la de una de 200M$ no deberían valer igual"

Juan de Dios Larraín, Javier Martín, Nayra Ilic y Matías G. Rebolledo debatieron sobre el éxito del cine chileno en el extranjero y el cambio cultural en el país

San Sebastián·
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Matías G. Rebolledo, Juan de Dios Larraín, Nayra Ilic, Javier Martín y David Martos en el set de Kinótico de San Sebastián 2025
Matías G. Rebolledo, Juan de Dios Larraín, Nayra Ilic, Javier Martín y David Martos en el set de Kinótico de San Sebastián 2025 · Fotografía: KINÓTICO

La segunda de las mesas redondas organizadas por Kinótico en el set exterior del Festival de San Sebastián 2025, patrocinado por Repsol, ha explorado el caso de estudio de CinemaChile en el crecimiento exponencial del país trasandino y el futuro de su cinematografía, y ha contado con Juan de Dios Larraín (productor de Fábula), Javier Martín (delegado para América Latina del Festival de San Sebastián), Nayra Ilic (directora de 'Cuerpo celeste') y nuestro Matías G. Rebolledo.

"He tenido la suerte de poder ir siguiendo el crecimiento del cine chileno. Antes de trabajar para San Sebastián lo hice para Berlín, para la Quincena de Cannes... Son ya unos 20 años siguiendo esta evolución y creo que coincidió el cambio tecnológico de empezar a rodar de manera digital, rápida, con poco dinero y la aparición de una generación brillante de directores. Desde un Sebastián Lelio a un Pablo Larraín. En ese sentido, el Festival de San Sebastián ha sido clave a través de lo que antes era Cine en Construcción y ahora es el WIP-Latam", comenzó a explicar Martín, sobre la cinematografía de un país que en los últimos años ya es casi fija en los Premios Oscar o en festivales como Cannes o Venecia. A su lado, Ilic valoraba la situación actual del cine en su país: "Desde hace unos años nos hemos lanzado a contar historias, a abrirnos paso. Pero lo complejo es sostener ese esfuerzo. Si bien ahora tenemos más políticas públicas que nos han ido apoyando para poder volver más estable esa estructura, esa fuerza no es suficiente si no se sostiene con el apoyo de lo privado", apuntó la directora trasandina.

Larraín, acaso uno de los productores más importantes de Latinoamérica en el contexto contemporáneo, opinó desde un punto de vista más crítico: "Nosotros, por muchos años, teníamos modelos de financiación que estaban basados en éxitos locales o en películas que viajaban con distribución en Europa y Estados Unidos. Lo que era un fenómeno local en Chile no funcionaba y viceversa. Esa idea que nos permitió hacer mucho cine se fue diluyendo hasta no quedar ninguna de las dos maneras. No quisiera ser pesimista, solo quiero que nos hagamos cargo de la pregunta de cómo hacemos que la gente vea las películas. La sala de cine, en toda Latinoamérica, ha dejado de ver cine local", explicó el productor apoyándose en datos como los presentados en el último Marché du Film en Cannes. Y en esa línea incidió también Rebolledo: "En los modelos europeos, más allá de la financiación, hay una preocupación por la creación de cultura cinematográfica. Y, en cierto sentido y por distintas razones que empiezan en lo político, al pueblo chileno se le ha ido quitando ese derecho de acceso, se ha ido minando la asistencia al cine como hábito", completó.

En ese sentido, fue interesante la queja de Larraín, una reivindicación que lleva años en el candelero y que podría ser una solución a la crisis perenne de la taquilla: "A mí me sigue llamando la atención ir a la taquilla de un cine y ver que la entrada de una película que costó 1M$ y la de una que costó 200M$ valen lo mismo. Quizá no debería ser así. Es como si una hamburguesa de cadena y una gourmet, con todo pensado para mejorar la experiencia gastronómica, valieran lo mismo. No tiene mucho sentido", dijo el productor de Fábula, que también adelantó en la mesa redonda de Kinótico que ya trabajan con Sebastián Lelio en la adaptación de 'Poeta chileno', novela de Alejandro Zambra. Un proyecto, que como 'Cuerpo celeste' de Ilic, por el momento tiene más posibilidades de éxito fuera que dentro del propio sistema trasandino: "También es cierto que ha crecido una nueva serie de cineclubs que están generando audiencia, que están buscando películas autorales. Yo soy académica, doy clases y me encuentro con mucha cantidad de jóvenes que quieren acceder a las películas. Ese público existe, aunque sea de nicho", apuntó la directora, en una charla que también miró hacia la grave situación del cine argentino, la desaparición de contraprestaciones en las coproducciones con países europeos o los retos del futuro para seguir llevando el público a las salas.

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