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CRÍTICA

Con ‘La Parra’ Alberto Gracia nos invita a un thriller pastiche en un Ferrol desolador pero humano

Alberto Gracia presenta hoy en el Festival de Róterdam una valiosa pieza neonoir ambientada a finales de los noventa en el mapa del posthumor español

Róterdam·Actualizado: 26.01.2024 - 05:12
Fotograma de la película 'La Parra', de Alberto Gracia
Fotograma de la película 'La Parra', de Alberto Gracia · Fotografía: IFFR

‘La Parra’ empieza sin que la veamos. El negro continúa tras una cita introductoria algo vaga del autor guatemalteco Augusto Monterroso, y durante un par de minutos oiremos sólo el rumor de un grupo que camina por la montaña. Cucú-tras: se trata de una excursión de personas ciegas, guiada por un hombre a través de un camino estrecho hasta lo alto de un pico rocoso. Luego el tipo se aparta y se suicida, tirándose por un barranco. Está anocheciendo, ¿pero acaso importa? Están ciegas.

Si la escena inicial de la película que presenta hoy mismo Alberto Gracia en el Festival de Rotterdam (donde fue Premio FIPRESCI por ‘O Quinto Evanxeo de Gaspar Hauser’ en 2013), es un chiste, no tiene ningún encanto. Si se trata de una tragedia, va envuelta en una ocurrencia negrísima. Para encararla, entonces, lo mejor es abrazar el carácter roto y descreído del humor absurdo. Bajo esa estrella regresa a Ferrol un apocado treintañero, interpretado por Alfonso Míguez (lo recordaremos como el Nene de ‘Quien a hierro mata’). Damián viene para enterrar al padre, ese guía de la montaña de antes, con quien no paran de confundirlo y que ha dejado sólo un apartamento ruinoso tras de sí (un apunte: le da vida el propio Alberto Gracia, también de treinta y largos, lo cual complica entender que era su padre, pero qué más da).

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