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VIDEOCOLUMNA

'La homilía' de Vallín. Salvación, manual de instrucciones

Pese a la acusación de que el cine occidental es individualista, el héroe cotidiano, arrojado al caos, prueba que nadie se salva si no se vincula al resto de humanos

Madrid·
Publicado:
El periodista Pedro Vallín, durante la nueva edición de su video semanal 'La homilía'
El periodista Pedro Vallín, durante la nueva edición de su video semanal 'La homilía' · Fotografía: KINÓTICO

Hace unos días os hablaba del héroe cotidiano como ladrillo indispensable en la construcción de la fortaleza de la sociedad moderna. Sin embargo, personajes como los que encarna a menudo Tom Hanks, por ejemplo, el Jim Lowell de 'Apolo XIII' (1995), de Ron Howard, o el mencionado Chuck Noland de 'Náufrago' (2000), de Robert Zemeckis, son citados por los libertarios con seguro privado y sótano con toneladas de leche en polvo (pero sin agua potable) como ejemplo del infinito poder de la determinación individual y de la capacidad del hombre libre para salvarse por sí mismo. Pero lo cierto es que estos individuos, colocados al borde del caos, de la muerte, encarnan justo lo contrario: la subordinación del individuo a la especie, la imposibilidad de sobrevivir sin vincularse al resto, como parte de una liturgia laica.

Lo vemos en las historias que se presentan en otras versiones de los náufragos, como 'Cuando todo está perdido' (2013), de J. C. Chandor, o 'Gravity' (2013), de Alfonso Cuarón. En la aventura náutica de J. C. Chandor, Redford no tiene nombre, ni diálogo, ni psicología, es puro gesto, pura praxis, pero no actúa en solitario, actúa como depositario de una sabiduría colectiva. En vez de rebelarse contra el mundo, lo habita y lo respeta desde el conocimiento acumulado por la humanidad, como si obedecer lo aprendido fuera una forma de honrar a los demás. Cada nudo que ata, cada vela que ajusta, cada uso del sextante o del desalinizador, no es un acto individual sino la ejecución ritual de un saber transmitido y mejorado desde hace milenios por una generación tras otra. Es de hecho, una forma laica de oración, una letanía de respeto. Ese marinero octogenario no es un héroe, es un oficiante. No lucha contra la naturaleza, no busca un triunfo épico; simplemente se somete al procedimiento correcto. Solo, en el océano Índico, Redford no se salva, lo salva la humanidad.

Robert Redford en un fotograma de la película 'Cuanto todo está perdido', de J. C. Chandor
Robert Redford en un fotograma de la película 'Cuanto todo está perdido', de J. C. Chandor · Fotografía: LIONSGATE

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