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Crítica

'Las cuatro estaciones', una simpática y tierna aproximación a la crisis de los cincuenta (y de pareja) desde la cotidianidad

La miniserie de ocho episodios, creada por Tina Fey, Tracey Wigfield y Lang Fisher basándose en la película de Alan Alda, ya está disponible en el catálogo de Netflix

Madrid·Actualizado: 03.05.2025 - 06:30
Fotograma de la miniserie 'Las cuatro estaciones', con Marco Calvani, Colman Domingo, Tina Fey y Will Forte
Fotograma de la miniserie 'Las cuatro estaciones', con Marco Calvani, Colman Domingo, Tina Fey y Will Forte · Fotografía: Netflix

En un mundo, el seriéfilo, donde abundan los ‘coming of age' y multitud de versiones de crisis existenciales a los treinta y a los cuarenta (que son los nuevos treinta por razones socioeconómicas), no deja de ser de agradecer que, de pronto, en el plagado catálogo de Netflix emerja una serie que aborda la crisis de mediana edad. En ‘Las cuatro estaciones’, miniserie que actualiza y revisa lo contado por Alan Alda en la película de 1981, se juntan un grupo de actores en la cincuentena (no todos) para interpretar a personajes en la cincuentena con problemas y dilemas propios de su edad y, todo sea dicho, de su posición acomodada. La nueva creación de Tina Fey -junto a Tracey Wigfield y Lang Fisher y ya disponible en Netflix– puede no ser redonda ni perfecta, pero sí es una miniserie simpática y tierna sobre esa parte de la población que no siempre encuentra reflejo en las historias.

La estructura de ‘Las cuatro estaciones’, como ocurría con la película, está íntimamente ligada al título. En total, ocho capítulos de media hora de duración agrupados dos a dos por estaciones (primavera, verano, otoño e invierno) para recorrer un año en la vida de tres parejas a través de sus viajes juntos. Sí, son parejas con el suficiente poder adquisitivo para pagarse cuatro viajes al año, incluido uno a un resort ecológico y bucólico y otro a un retiro nevado con jacuzzzi. Los protagonistas son, emparejados, Kate (Tina Fey) y Jack (Will Forte), Nick (Steve Carell) y Anne (Kerri Kenney-Silver) y Danny (Colman Domingo) y Claude (Marco Calvani). Algunos, Kate, Danny y Jack, son amigos desde la universidad. Otros se han ido sumando por el camino. Forman un grupo heterogéneo en cuanto a personalidades, intereses y gustos, pero bien avenido. Al menos hasta que sus relaciones son puestas a prueba tras la decisión de Nick de separarse de Anne justo cuando cumplen 25 años de casados. Ahí es cuanto entra en la ecuación el personaje de Ginny (Erika Henningsen), una treinteañera con más energía que todos los demás juntos que funciona como disparador del choque generacional, como elemento disruptor y ofrece otro punto de vista.

Con esta premisa, el desarrollo de ‘Las cuatro estaciones’ transcurre por la cotidianidad de esas tres parejas (una de ellas pronto convertida en expareja) y plantea cuestiones tan prácticas como legítimas sobre si, llegado un punto de la relación/matrimonio, el aburrimiento vence a todo lo demás; si separarse es una cuestión de egoísmo, de valentía o incluso de supervivencia; qué es un matrimonio y cómo se logra prolongar en el tiempo; si polos opuestos pueden funcionar; los achaques sobrevenidos por el paso de tiempo; las limitaciones físicas de la edad… En definitiva, una retahíla de cuestiones a abordar a través de unos personajes que no buscan encontrar la empatía al otro lado ni en todo momento ni en todas las situaciones demostrando que, a veces, la madurez no la da cumplir años.

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