Iberseries & Platino Industria

Iberseries & Platino Industria: Del guion a la pantalla, así se presupuestan los efectos visuales

Carlos Puchol, coordinador y productor de efectos digitales en Alive (ELAMEDIA), ha contado en Iberseries & Platino Industria cómo funciona el mundo de los VFX

Madrid·Actualizado: 06.10.2023 - 12:22
Carlos Puchol, coordinador y productor de efectos digitales (Alive - ELAMEDIA) en la tercera edición de Iberseries & Platino Industria
Carlos Puchol, coordinador y productor de efectos digitales (Alive - ELAMEDIA) en la tercera edición de Iberseries & Platino Industria · Fotografía: Tamara Arranz / Iberseries & Platino Industria

La tercera edición de Iberseries & Platino Industria, la de la consolidación según sus responsables, ha echado este viernes, 6 de octubre, el cierre en el Matadero de Madrid. Atrás quedan cuatro jornadas de idas y venidas por el empedrado del recinto reconvertido en espacio cultural y de eventos, de keynotes, conferencias, entrevistas, encuentros y proyecciones. En esta última jornada, en el Terrario, una de las citas era con el mundo de los efectos visuales para conocer un poco más cómo funciona de la mano de Carlos Puchol, coordinador y productor de efectos digitales en Alive, en palabras suyas, el “brazo digital” de ELAMEDIA. En su presentación hizo un interesante recorrido sobre el proceso de creación de los VFX, de la presupuestación a la pantalla del cine o televisión.

Todo empieza, claro, con en el guion literario. Y eso, en el caso de los efectos visuales, puede suponer un problema. Básicamente porque, como ha contado Puchol, hay que tirar mucho de imaginación: "Arrancar solo con descripciones es muy difícil”. De ahí que resulten capitales las reuniones con el equipo de producción y con el director o directores para perfilar qué es exactamente lo que se quiere y necesita.

Algo que ayuda mucho a elaborar un plan de trabajo y, con él, un primer presupuesto –porque habrá varios a lo largo del proceso– son las animáticas previas, los stories y los concepts. Todo eso “puede abaratar costes”. Porque, volviendo a lo mismo, trabajar solo a partir de descripciones por escrito es mucho más complicado. El primer presupuesto es el más complicado de todos. Y aquí, una frase a tener en cuenta: “Tener un gran presupuesto no es garantía de llegar a todo lo que quieres”.

Este tipo de procesos se entienden mejor con ejemplos prácticos. El que pone Puchol, que ha acompañado toda su charla con imágenes, de manera muy visual y clara, es un proyecto ficticio en el que, tenido todo en cuenta, se parte con un primer presupuesto de 103.000 euros para VFX. Luego llega la realidad, las necesidades sobrevenidas y los problemas, que puede ser muchos y variados, a tenor de lo que se cuenta.

Todos los problemas que pueden solucionar los VFX

Empieza su enumeración con los animales, que, como cabe esperar, son impredecibles. Pongamos que se decide contar con animales reales –los hay entrenados para ello–, pero son animales y puede pasar que justo el día que toca no quieran hacer lo que toca hacer. “Nos ha pasado en mogollón de rodajes”. En ese caso, los VFX entran en acción. Los especialistas pueden ser otro problema. No por ellos, obviamente, si no porque su trabajo requiere muchas veces de cables y, como explica Puchol, luego hay que borrarlos en postproducción: “Por bien que coloques la cámaras, siempre hay que eliminar una tonelada de enganches”.

Tercera variable que puede encarecer un primer presupuesto de VFX, los drones. “Han mejorado una barbaridad” con respecto a hace cinco años, pero a veces se ven cosas que no deberían verse y hay que “retocarlo en postproducción”. Cuarta, las explosiones, efectos físicos… En este punto, vaya por delante una confesión: “Destruir es más divertido que construir”. Pero, claro, tiene su lado negativo. Una explosión controlada puede salirse de cuadro o no ser tan espectacular como tenía en mente el director.

Que en los rodajes los responsables de la producción se pasan el día mirando el pronóstico del tiempo es sabido. También que, por mucho que se consulte, puede haber sorpresas. Como que se tenga una “escena dramática perfecta, pero la mitad con lluvia y la mitad sin lluvia” o que “falle la máquina de niebla”. Este, los fenómenos atmosféricos reales o creados, sería el quinto problema.

El sexto son los figurantes. Cosas que pueden pasar… que se contrate a un número determinado y que no sea el suficiente para cubrir todos los huecos. Entonces hay que crearlos por ordenador, pero, como explicaba Puchol, “los muñecos digitales tienen sus limitaciones”, así que “intentas que no estén en primer término”. Que estén en primer término, a la vista, “es muy caro y no siempre sale bien”.

Carlos Puchol, en un momento de su exposición
Carlos Puchol, en un momento de su exposición · Fotografía: Tamara Arranz / Iberseries & Platino Industria

Otra variable son los accidentes, que “es más raro que pase”. Y el último, el octavo, serían los decorados. Porque no cumplan las expectativas, porque a la hora de rodar el plano sea más abierto y cubra más allá de lo diseñado… ¿Solución? Un efecto extra.

Todo esto puede ocurrir en un rodaje, problemas que están a la orden del día y que en muchos casos son imprevisibles. Todos se pueden solucionar a toro pasado, con efectos visuales. Y todos implican un aumento en el presupuesto inicial. Lo normal, apuntaba el “que aumente el presupuesto".

El desglose exhaustivo es el que sale después de rodaje. En el ejemplo puesto al inicio de su intervención, de los 103.000 euros se pasaría a los 137.000. Entonces entra en juego la negociación, los medios disponibles y se cierra en 121.000 euros.

Y llegaron los QC

Aunque no todo acaba ahí, porque luego entran en juego los QC (Quality Control). En esos controles puede ocurrir que de pronto encuentren un detalle en una esquina de un frame y se pida su intervención. Un pelo, un cable... lo que sea. La paradoja, muchas veces, es que se busca la perfección en ese plano y luego resulta que la película “al final acaba viéndola una persona en su casa en un móvil”.

La escena de la batalla de 'Irati', película de Paul Urkijo
La escena de la batalla de 'Irati', película de Paul Urkijo · Fotografía: Filmax

Aún así, el trabajo bien hecho y reconocido siempre es gratificante. En el caso de Puchol y ELAMEDIA, ‘Irati’ es un buen ejemplo. Trabajaron muchísimo en ella, “aquella película tenía de todo”, y hubo recompensa: Premio a los mejores efectos especiales, visuales o de maquillaje (ex aequo) del Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges. Que no le dieran el Goya también es un misterio.

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