José Luis Cienfuegos: "Lo que nos dijo el actual equipo de gobierno es que Seminci no se tocaba y que estaba por encima de todo"

En Kinótico, durante nuestra cobertura especial de la Seminci 2024, hemos charlado con José Luis Cienfuegos, el director del festival vallisoletano. Con él hemos abordado el arranque de la edición número 69, que es la segunda bajo su mandato tras su llegada desde el Festival de Cine Europeo de Sevilla. La conversación gira en torno a las líneas maestras del certamen que deben ir asentándose, el futuro de un certamen clave en el panorama cinematográfico español, su relación con el ayuntamiento del Partido Popular o su preocupación por encontrar la forma de apelar a la nueva generación de espectadores".

“Nos movemos en esas 200 películas programadas, que es la medida habitual de estos festivales si quieres hacer también una retrospectiva rigurosa, si quieres programar no ficción y sobre todo es lo que necesitas si quieres presentar el panorama del cine que se está haciendo ahora mismo dentro del cine de autor”, defiende Cienfuegos cuando le preguntan sobre el debate tan actual del exceso de programación en los festivales de cine, un tema que ya han abordado en el pasado José Luis Rebordinos o Juan Antonio Vigar, directores de los festivales de San Sebastián y Málaga, respectivamente. Esa cifra incluye también a los cortometrajes, uno de los motivos de orgullo del director. “Es un mundo que se está dejando bastante de lado y que nosotros queremos poner en primer plano, sobre todo porque tenemos una extraordinaria selección de cortometrajes nacionales e internacionales. Voy a dar mucho la matraca con esto, permíteme la expresión”, bromea.

Desde Seminci también se pone en valor el potencial de Punto de encuentro. “Es la joyita de este año y a partir de esta edición nadie va a decir que es una sección paralela”, dice sobre un programa que en 2024 incluye títulos como ‘Familiar touch’ (la gran sensación de Orizzonti en la Biennale), ‘Universal language’ (Premio del público en la Quincena de Cineastas), ‘Viet and Nam’ (una película muy celebrada en Un Certain Regard en Cannes y prohibida en Vietnam debido a su “visión negativa” del país y su gente) y ‘A real pain’ (una ‘buddy movie’ con Jesse Eisenberg y Kieran Culkin que amenaza con llevar al actor de ‘Succession’ a los Oscar), entre otras.

Una de las preocupaciones que ocupan la mente del gestor es cómo acercar a las nuevas generaciones de espectadores a películas que podrían encajar en sus intereses, siempre y cuando sean capaces de conocer su existencia. Pone como ejemplo a ‘The sweet east’, estrenada en el Festival de Valladolid el pasado año antes de llegar a los cines el pasado verano o a Filmin el próximo 29 de noviembre. “Seguimos insistiendo en reflexionar sobre esto e intentamos plantear nuevas estrategias de comunicación al respecto”, reconoce. “Estamos empezando a atraer a un nuevo público, sin contar a los 300 estudiantes de cine de toda España que se van a acercar estos días a Seminci. Estamos trabajando pico y pala pico para atraer a la gente joven”.

Según el director, “el cine español se siente como en casa en un festival que tiene casi un recorrido de siete décadas a sus espaldas”, destaca en referencia a la participación en la competición de las nuevas películas de Javier Rebollo, Mar Coll o Carlos Marqués-Marcet, el encargado de inaugurar el festival ayer con la proyección de ‘Polvo serán’, premiada en el Festival de Toronto en la prestigiosa sección Platform. “Seminci tiene potencia y tiene músculo. El tamaño importa y este es un gran festival. ¿Cuántos pueden permitirse el lujo de tener tres grandes teatros llenos a las 9 de la mañana? San Sebastián, por supuesto, Sitges y Málaga”, presume.

Cienfuegos cree que su festival tiene un potencial muy importante de cara a las nominaciones de los Goya en particular y a la temporada de estrenos de otoño, pero también defiende un legado histórico que viene desde muy atrás. “Seminci siempre ha sido un festival relevante para el estreno en salas comerciales, tradicionalmente ha apoyado a la distribución en este país. Es verdad que con la llegada de otra manera de hacer cine en este país las cosas han cambiado: los laboratorios, el equipo actual del ICAA con Ignasi Camos y el anterior con Beatriz Navas… Se ha apoyado un determinado tipo de cine con el que nosotros nos es muy fácil trabajar, porque hemos crecido juntos”.

“Todo el mundo sabe que Seminci es un festival militante y que plantea debates que a veces no son demasiado cómodos, pero [las instituciones] siempre nos han apoyado”, defiende Cienfuegos cuando le preguntan por su buena relación con el actual ayuntamiento de Valladolid, liderado por el popular Jesús Julio Carnero desde el año pasado. “Es un hombre ilustrado al que le gusta el cine, que le gusta la música y que lee mucho. Cuando tomó posesión del cargo, el primer gesto que tuvo tanto él como su equipo con Blanca Jiménez al frente, fue venir a las oficinas de Seminci. Eso ya es una declaración de intenciones. Lo que nos dijo el actual equipo de gobierno es que Seminci no se tocaba y que Seminci estaba por encima de todo y del grupo político estuviera al frente del ayuntamiento, sea Jesús Julio Carnero u Óscar Puente, actual ministro y alcalde de la ciudad hasta hace muy poco. Este es un festival al que los alcaldes vienen a ver las películas, y eso es muy importante también”.

En su conversación con Kinótico, Cienfuegos hizo también una reflexión sobre el cambio de imagen del festival, literal a través de su nuevo logo y conceptual a través de su programación, un volantazo que busca ser fiel a la Seminci de siempre pero también a la visión que tienen el director y su equipo para el futuro. “Estamos en ese proceso de ser respetuosos con la historia de este festival, porque la Seminci ha significado mucho para el cine de autor a nivel mundial, no solo a nivel nacional, y nosotros hemos de seguir esa huella que ha ido dejando a lo largo de los años”.