Mesa redonda

El cine vasco reclama que "más películas nazcan" de la cultura de Euskadi en la mesa redonda industrial de Kinótico

Los productores Nahikari Ipiña, Marian Fernández, Xabier Berzosa y Koldo Zuazua han participado en un foro de debate sobre el estado del cine vasco

San Sebastián·
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Nahikari Ipiña, Marian Fernández, Xabier Berzosa y Koldo Zuazua participaron en una mesa redonda dedicada a la producción en Euskadi
Nahikari Ipiña, Marian Fernández, Xabier Berzosa y Koldo Zuazua participaron en una mesa redonda dedicada a la producción en Euskadi · Fotografía: Kinótico

Desde el 19 al 27 de septiembre, la agenda de industria está siendo una de las patas clave de la cobertura de Kinótico en el 73 Festival de San Sebastián. En total, hasta 10 mesas redondas para repasar el estado de la industria tanto en España como en Latinoamérica. Estaremos hablando con directores, productores, distribuidores, agentes de venta y periodistas de temas que van desde las coproducciones entre España y Latinoamérica hasta la diversidad como elemento de integración en los rodajes, pasando por el futuro de los festivales de cine o el rol de los periodistas de cine dentro de todo este engranaje. La séptima de las mesas redondas ha explorado el momento actual del cine vasco en un encuentro patrocinado por Zineuskadi que ha contado con la participación de Nahikari Ipiña (Sayaka), Marian Fernández (Txintxua), Xabier Berzosa (Irusoin) y Koldo Zuazua (Kowalski).

Todos los productores invitados por Kinótico a la charla han estrenado proyectos durante los últimos días en el Zinemaldia. Txintxua ha presentado la película ‘Karmele’ y la miniserie de EITB y RTVE Play ‘Bocas de cielo’ (‘Zeru ahoak’ en su versión original en euskera), las dos exhibidas dentro de las Proyecciones especiales - Fuera de concurso. Irusoin también tiene dos títulos en la programación: ‘Maspalomas’, una de las aspirantes a la Concha de Oro en la Sección Oficial, y ‘La misteriosa mirada del flamenco’, la ganadora de Una cierta mirada en Cannes que cerrará este año Horizontes Latinos. Kowalski es una de las productoras de ‘Los tigres’, una de las cuatro películas españolas en la competición de este año en la cita donostiarra. Por último, Sayaka recuperó dos películas ya estrenadas en cines dentro de Zinemira, ‘Daniela forever’ y ‘Los aitas’, y enseñó por primera vez ‘Los domingos’ en la Sección Oficial.

En Euskadi se produce bien. Es cierto que el nivel técnico y el talento de todos nuestros profesionales está reconocido y viene de muchas décadas atrás. Cuando empezábamos la única manera de hacer carrera era ir a Madrid porque aquí no había un tejido que sostuviera financieramente los proyectos. Este año se ha dado un premio a una película, ‘¡Aupa, Etxebeste!’, que fue la primera película en euskera que dijo de alguna manera que aquí se podía hacer cualquier tipo de cine, de muy buena calidad, con ambición de llegar al público y de poderse distribuir a nivel estatal, incluso internacionalmente”, ha recordado Marian Fernández.

“Eso ha sido fruto de décadas de trabajo, a pico y pala, de todos nuestros compañeros y compañeras. Los incentivos han sido la guinda de los últimos años, porque han facilitado realmente una llegada de dinero fundamental para completar nuestras producciones. Eso ha hecho que se está rodando mucho, muy diverso y muy bien. ¿Se puede mantener esto en el tiempo o no? Esa es la cuestión”, plantea la productora de Txintxua.

“Es verdad que se hace mucho”, coincide Xavier Berzosa. “Hay que tener también la visión de todo lo que se hace, por qué se hace, para qué se hace y a qué responde, y si las herramientas que se nos han dado desde la financiación pública se están utilizando bien teniendo en cuenta las finalidades que que buscan las instituciones públicas. Creo que hay dos pilares clave respecto a la producción en Euskadi. Por un lado, películas que nazcan de nuestra cultura, de nuestras problemáticas, de nuestra sociedad y que hablen de eso y reflexiones sobre eso, y por otra, un movimiento industrial como sector que genere trabajo y que genere retorno para las arcas públicas. De lo primero nunca se ha hecho demasiado, en mi opinión. En el lado industrial tenemos que vigilar entre todos si las herramientas que se nos han dado se están utilizando de manera responsable. Independientemente de que automáticamente genere números positivos en las arcas públicas. Aun así hay que ser exigente”. Sobre esa idea, insiste Koldo Zuazua en que “es importante que estos incentivos se reviertan a largo plazo. Si lo que se pretende es generar un tejido industrial sólido, no puede ser algo circunstancial y temporal y debe tener una continuidad a largo plazo para que las empresas pues se establezcan y desarrollen su trabajo aquí”.

“Con la proliferación de plataformas y de agentes que han surgido en los últimos años, derivando en una transformación digital, ha pasado una cosa que nadie se esperaba”, continúa Zuazua. En lugar de generar supuestamente productos de un perfil más internacional, todas las multinacionales han apostado por contenidos locales. Ha habido una descentralización de la industria en España notable. Madrid ha dejado de ser el foco único de producción gracias a buscar temáticas mucho más locales y se está diversificando muchísimo el contenido en distintas partes del estado. Eso ha sido algo bastante enriquecedor para todo el país y creo que ha sido determinante en el reflujo que hemos vivido en Euskadi”. Nahikari Ipiña cree también que el soporte a lo largo de los años que ha habido desde las instituciones culturales “permite cantera y ayuda a que lo que se está haciendo ahora viaje bastante más que antes”.

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