Industria

El reto de las coproducciones con Latinoamérica: "Tenemos un idioma común que nos convierte en un mercado único, o debería"

Alejandra Márquez Abella, Esther García y Dolores Fonzi charlaron en nuestra mesa redonda industrial en San Sebastián sobre cómo estrechar el charco en el cine

San Sebastián·
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Alejandra Márquez Abella, Esther García y Dolores Fonzi en el set de Kinótico de San Sebastián 2025
Alejandra Márquez Abella, Esther García y Dolores Fonzi en el set de Kinótico de San Sebastián 2025 · Fotografía: KINÓTICO

En Kinótico, en nuestro esfuerzo por hacerte llegar lo mejor de la información de la industria audiovisual, hemos organizado una serie de mesas redondas para entender mejor el panorama en el que se alumbran las películas. Así, y desde nuestro set audiovisual, patrocinado por Repsol, en el corazón mismo del Festival de San Sebastián, el cuarto encuentro de corte industrial desde Donosti tuvo como objeto de debate 'La coproducción entre España y Latinoamérica'. La alineación, hecha de mujeres que acuden estos días al Zinemaldia y que saben mucho de la materia, estuvo formada por Alejandra Márquez Abella (directora y guionista), Esther García (productora de 'El deseo') y Dolores Fonzi (actriz y directora). Las tres debatieron sobre el momento actual de la colaboración y las posibilidades de estrechar el charco, con moderación de David Martos.

"Con la otra orilla, tenemos un idioma común que nos convierte en un mercado único. O al menos deberíamos serlo. Desafortunadamente, las películas no siempre viajan. Garantizar que lo hagan se consigue a través de coproducciones. El hecho de buscar talento en un idioma común, lo facilita mucho. Hubo una explosión hace 25 años con 'El hijo de la novia' o 'Nueve reinas', en la que todos abrimos los ojos y empezamos a mirar hacia allí", comenzó a explicar García, presente estos días en Euskadi para recoger el Premio Donostia a toda su carrera, principalmente ligada a la producción y a la compañía El deseo. A su lado, la directora y productora argentina Dolores Fonzi aportó detalles sobre el armado de sus películas: "Yo llegué más tarde, llegué en la época en la que el cine en Argentina si no era de la mano de plataformas, era complicado. El formato del cine de coproducción fue en el que actué. Hice 'Truman' en España, gracias a estos lazos. Ahora, el INCAA no funciona, está vaciado, está ninguneado y está vapuleado. Todas esas políticas de cine con las que podíamos relacionarnos con España o con México están cortadas. Ahora se filma muy poco y lo que se filma es gracias a la financiación de las plataformas", dijo la también actriz, que concursa en San Sebastián en la Sección Oficial con 'Belén', centrada en el caso que puso la despenalización del aborto en el centro del debate político y judicial en su país.

"A mí me preocupa un poco el puente roto que tenemos en la narrativa. Podríamos hablar de cómo hacer sinergias, de cómo organizarnos, pero siento que estamos perdiéndonos de la posibilidad de contar todas las historias que tenemos en común. Me pregunto si eso sería suficiente para que las películas jalaran más", añadió en una de sus primeras intervenciones Márquez Abella, de origen español y nieta de un exiliado de la Guerra Civil, sobre una falta de historias compartidas que tienen mucho que ver con la estructura política de la industria del cine. Esa misma, por ejemplo, que provoca que la cinematografía española apenas mire hacia la población sudamericana presente en la sociedad: "No hay personajes que representen a la cantidad de latinoamericanos que están instalados en nuestra sociedad", apuntó García, algo que sí se refleja en la perspectiva contraria. "Yo recuerdo especialmente el personaje de Goya Toledo en 'Amores perros', y me acuerdo de ese momento porque era muy real. No hay demasiados, eso sí, y es injusto", apuntó Márquez Abella.

Desde los diferentes momentos de sus carreras profesionales, y desde tres perspectivas que ayudan a entender mucho mejor cómo funciona la industria del cine en España, México o Argentina, las ponentes también aportaron luz sobre la complicada relación con las plataformas o la coproducción como herramienta en sí misma, como llave de acceso a festivales de relevancia y salas de cine de más países en el cómputo global. "Primero hay que resolver qué podemos narrar en común y en conjunto (...). Siento que tampoco se han contado las historias felices que vinieron tras el exilio. Es un recuerdo borrado que no existe en la memoria, ni de España ni de México", remató Márquez Abella, para terminar de atar uno de los encuentros más interesantes que hemos alumbrado estos días en la Plaza Okendo de San Sebastián.

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