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Diseño de vestuario

'La vida breve': la comedia (y la realeza) está en los detalles

Helena Sanchís firma el vestuario de la nueva creación de Cristóbal Garrido y Adolfo Valor, una revisión en clave de humor del reinado de Luis I, hijo de Felipe V

Madrid·Actualizado: 19.02.2025 - 06:30
Fotograma de la serie 'La vida breve', de Movistar Plus+
Fotograma de la serie 'La vida breve', de Movistar Plus+ · Fotografía: Movistar Plus+

Es fácil que guste ‘La vida breve’. ¿Una comedia loca ambientada en el cortísimo reinado de Luis I, el soberano más efímero de la historia de España? Ya estamos dentro. Nos encanta que nuestra historia sirva como esqueleto para nuestras ficciones, ya sean dramas o comedias. ¿Por qué no? Ahora bien, hay algo que puede rondar la cabeza de cualquier espectador. Y, aunque esto no tenga nada que ver con la serie ni con sus creadores, puede dar un poco de rabia cierta tendencia actual que pretende una “vueltita fresca y diferente” a las ficciones de época. No es un reproche a ‘La vida breve’, pero sí la repetición de un mantra absolutamente equivocado, como el del cine español y la Guerra Civil. Listas las alforjas, y aclarados los caminos, es hora de partir hacia la serie creada por Cristóbal Garrido y Adolfo Valor.

'La vida breve' gusta más como serie que como comedia. Aunque como comedia despega a partir del final del primer capítulo y llega a tener momentos estupendos a lo largo de todos sus episodios. Nos encantan sus interpretaciones (Alicia Armenteros, menudo descubrimiento). También ayuda que se haya rodado en tantos escenarios naturales (el palacio de Fernán Núñez, el de Santoña, ambos en Madrid, el de La Granja de San Ildefonso, el de Aranjuez, la finca de la Granjilla, la Quinta de El Pardo), con apenas alguna estancia recreada en plató. Todo ello se remata con una excelente selección de música barroca a lo largo de toda la serie.

El todo refresca, porque la última gran producción, digamos seria, sobre un monarca español fue ‘Carlos, Rey Emperador’, hace ya una década. Diez años. Alguien no está haciendo los deberes. Ojalá veamos su continuación, sobre Felipe II, de la mano de Javier Olivares, que nos consta que está deseoso de llevarla a cabo. Lo que no entra tan bien es el tópico de la España cutre y grasienta frente a la Francia elegante y culta. Y más en un siglo, el XVIII, que marcó la máxima extensión territorial de la Monarquía Hispánica en América; por aquel entonces, Francia pintaba más bien poco en el Nuevo Mundo, con las excepciones de los actuales Canadá, Haití, Guadalupe, Martinica y la Guayana. Pero, bueno, parece obvio que si alguien busca rigor, ‘La vida breve’ no es el lugar.

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