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Crítica

Kleber Mendonça Filho se postula a la Palma de Oro con la vibrante e inmensa ‘Agente secreto’

El brasileño compite por tercera vez en Cannes, esta vez con un épico relato desarrollado en la época de la dictadura militar y con Wagner Moura de protagonista

Cannes·Actualizado: 19.05.2025 - 11:00
Wagner Moura en un fotograma promocional de 'Agente secreto'
Wagner Moura en un fotograma promocional de 'Agente secreto' · Fotografía: Festival de Cannes

En su tercera participación en la contienda por la Palma de Oro con ‘Agente secreto’, Kleber Mendonça Filho demuestra que los caminos de un director, si bien son infinitos, siempre tienen que ser hacia el frente, apelando a la creatividad desprovista de caprichos, contando historias desde rincones insospechados. El brasileño, también autor de la inolvidable 'Doña Clara', la aguerrida 'Bacurau' (codirigida con Juliano Dornelles, Premio del Jurado en Cannes, 2019) y de la más que entrañable ‘Retratos fantasmas’, no defrauda con su nueva película protagonizada y producida por Wagner Moura. Todo y que la trama parece ser sencilla. Sigue el recorrido de Marcelo (Moura, fuera de serie), que huye de Sao Paulo para volver a Recife. Es tiempo de carnavales, “época pirraça” ("travesura" o "desmadre"), se anuncia al inicio, en 1977, en plena dictadura militar. A cuentagotas nos enteramos a qué se debe la huida de ese profesor universitario hacia esa ciudad costera que tan bien conoce, y de su esperanza de construir con su hijo una nueva vida con muchas piedras de la recién destruída.

Sin embargo, Mendonça Filho nunca está para narraciones planas e insulsos melodramas, ni para caer en la trampa de la nostalgia. En 'Agente Secreto' opta por las capas narrativas, por una estructura a dos tiempos (pasado y presente), así como por un conjunto de personajes (todas interpretaciones de altura) que tienen sus propias historias, y por ende enriquecen la trama central. Es un filme que navega entre géneros, y el resultado es una mezcla explosiva y deliciosa de drama, policiaco, thriller y hasta 'giallo', con oportunas cápsulas de humor. El atrevimiento de Mendonça Filho no corresponde a caprichos, sino a la intención de moldear (con éxito) una película absolutamente vibrante en la que se reconocen todos y cada uno de los finos hilos con los que suele tejer sus historias.

Se siente huella de 'Retratos fantasmas' tanto en la estructura episódica (La pesadilla del niño, Instituto de Identificación, Transfusión de sangre), como en la transformación de los espacios. Volvemos a la sala de cine São Luiz, allí está el señor Alexandre, el proyeccionista (y persona real), convertido en un personaje de esta historia. El cine de los 70 está certeramente incorporado, bien como puntos de partida y referencia, tal como 'Tiburón' y 'La profecía', como también fungiendo de instrumento. Una pierna hallada en el estómago de un escualo es el detonante para el increíble relato de ‘la pierna peluda’, cuyo significado va a dos bandas: la metafórica, así como la de medida persuasiva usada por la dictadura a través de la prensa sensacionalista.

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