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A fondo

La trampa de ‘Babylon’: qué dice el vestuario de la cinta del delirio postmoderno de Damien Chazelle

Análisis en profundidad de la arriesgada propuesta estética del director en su viaje al Hollywood de los años 20 con 'Babylon', nominada al Oscar de Mejor Vestuario

Madrid·Actualizado: 14.02.2023 - 05:10
Uno de los looks de Margot Robbie en la radical 'Babylon'
Uno de los looks de Margot Robbie en la radical 'Babylon' · Fotografía: Paramount

Todo en ‘Babylon’ son reflejos, efectos, triquiñuelas técnicas, fuegos artificiales. Todo en ‘Babylon’ suena a hueco, como el cartón piedra del grandioso decorado de ‘Intolerancia’, de D. W. Griffith, que recreaba la mítica ciudad de la Biblia. La película hace suyas las propuestas "todovalistas" de la postmodernidad sin sonrojarse -Dios mío, la vergüenza ajena que da el clip del final, con el montajillo que empieza con el caballo del zootropo y termina en ‘Avatar’-.

En palabras de Andreas Huyssen en ‘Cartografía del postmodernismo’: “Tenemos la verdadera propuesta de los años 70 de que 'cualquier cosa funciona', que es la versión cínica del capitalismo consumista del 'nada funciona', pero que al menos reconoce que las antiguas dicotomías ya no sirven”. En definitiva, la película de Damien Chazelle es manierismo cinematográfico, es el estilo estilizado. Porque ‘Babylon’ es un pastiche en fondo y forma. Y lo es porque se trata de una imitación que toma determinados elementos de la obra de diversos artistas y los combina para crear una nueva obra. Nada huele a innovador, nada suena a idea original. Es un cóctel que mezcla un mucho de ‘Boogie Nights’, un poco de ‘The Artist’, algo de ‘Showgirls’, un cierto aire de ‘Mank’, las fiestas de ‘El aviador’, la figuración de cualquier cinta de Fellini y un buen chorro de Baz Luhrmann. Y sigan ustedes, porque seguro que encuentran más similitudes

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