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Mesa redonda de guionistas de cine de Kinótico 2024: "No soy llorona, estoy rabiosa. Tenemos que estar en la rueda de prensa"

Clara Roquet, Eduard Sola, Javier Macipe, Liliana Torres, Fernando Navarro, Valentina Viso y Amèlia Mora hablan de los desafíos del guion en el audiovisual

Madrid·Actualizado: 04.12.2024 - 05:07
Clara Roquet, Eduard Sola, Liliana Torres, Javier Macipe, Amèlia Mora, Fernando Navarro, Valentina Viso y David Martos, en la mesa redonda
Clara Roquet, Eduard Sola, Liliana Torres, Javier Macipe, Amèlia Mora, Fernando Navarro, Valentina Viso y David Martos, en la mesa redonda · Fotografía: Juan Naharro / Kinótico

Tras la sucesión de experiencias y confesiones que nos han dejado la mesa de los actores y de las actrices de cine, ha llegado la hora de que los guionistas se sienten frente al micrófono. Clara Roquet ('La virgen roja', 'Polvo serán'), Eduard Sola ('Casa en llamas', 'La virgen roja', 'El bus de la vida'), Javier Macipe ('La estrella azul'), Liliana Torres ('Mamífera'), Fernando Navarro (‘Segundo premio’), Valentina Viso ('Salve María') y Amèlia Mora ('La infiltrada') protagonizan la mesa redonda dedicada a los y las guionistas del cine español del 2024.

Los escritores debaten sobre la fama de “llorones” que persigue a la profesión, los temas que más preocupan ahora mismo en el mundo del guion, la diferencia entre el guionista que escribe para otros y los que van a dirigir su propio material, los peligros que tienen los laboratorios de desarrollo de proyectos en el cine de autor contemporáneo, el impacto del punto de vista del guionista en el proyecto resultante o por qué de la importancia de que los guionistas figuren en las alfombras rojas y las ruedas de prensa de sus proyectos.

Clara Roquet y Eduard Sola, en la Mesa Redonda de Kinótico dedicada a los guionistas de cine
Clara Roquet y Eduard Sola, en la Mesa Redonda de Kinótico dedicada a los guionistas de cine · Fotografía: Juan Naharro / Kinótico

Necesidades inmediatas. “El tema que nos preocupa siempre es la financiación y dónde va el dinero. Siempre reivindicamos que se ponga más el foco en el desarrollo. Cuando nos dan más medios, tenemos más tiempo, sale más calidad y podemos dedicarnos en profundidad a algo. Es importante no tener que estar haciendo cinco proyectos al mismo tiempo”, reivindica Clara Roquet, una guionista y directora que este año ha estrenado en streaming la miniserie ‘Las largas sombras’ y en cines ‘La virgen roja’. “Al final no das abasto, pero es que si el trabajo no está suficientemente bien pagado tienes que hacerlo. Al final la calidad de lo que sale se resiente”, añade Amèlia Mora, guionista de la película española más taquillera del año, solo por detrás de ‘Padre no hay más que uno 4’.

Liliana Torres es directora y guionista de ‘Mamífera’, pero hace hincapié en que la forma de hacer cine en Europa no le da tanta responsabilidad creativa a los guionistas. “Es una figura que aquí no ha estado tan centralizada, pero creo que es una de las máximas responsables de la película, y no lo digo solamente a nivel de la estructura, de lo bueno que sea el guion o hasta donde llegue. Es que ahí es donde está la visión moral de las cosas o el punto de vista sobre el tema de la película”. Fernando Navarro subraya los peligros de esos dos modelos que están enfrentados desde un punto de vista industrial. “Al final el damnificado siempre va a ser el proyecto, porque puede que se aprovechen de un director pidiéndole que no cobre el guión o que en un momento el guionista se sienta como la pata débil de la película y deje de acompañar el proyecto”. El granadino recuerda entonces una cita que atribuye a Luis García Berlanga o Rafael Azcona: “Todos los productores dicen que el guion es lo más importante de la película, pero cuando se les pregunta por qué no destinan más dinero no tienen respuesta”.

Mesa redonda de guionistas de cine de Kinótico 2024: "No soy llorona, estoy rabiosa. Tenemos que estar en la rueda de prensa"

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Javier Macipe, director y guionista de ‘La estrella azul’, cree que cuando es la misma persona la que se encarga de las dos labores, se minusvalora el proceso de guion. “Conozco a gente a la que no han llegado a pagar nunca un guion que ha escrito y a lo mejor le ha dedicado muchísimo tiempo. Lo que dicen es: ‘Bueno, ya cobrará como director’. Pero es que tú has podido dedicar dos o tres años a ese trabajo”. Amèlia Mora reconoce su indignación pasada al escuchar quejas de productores con los que ha trabajado por tener que pagar a los guionistas. “'Es que un guionista me pide 40.000€ por hacer una película, y aquí tengo a este director que me escribe el guion y me dirige la película por ese mismo dinero'. En ese momento no dije nada, pero creo que ahora sí lo haría. Valora el trabajo, por favor”.

Liliana Torres, Javier Macipe y Amèlia Mora, en la mesa redonda de Kinótico
Liliana Torres, Javier Macipe y Amèlia Mora, en la mesa redonda de Kinótico · Fotografía: Juan Naharro / Kinótico

La fama de llorones. “Yo podría asumir que en el mundo del capital, representado como la plataforma que te encarga algo, te aparten porque quieren realzar a la estrella o al director. Lo puedo llegar a entender porque son las normas del juego del capitalismo y yo me estoy metiendo ahí. Donde no lo entiendo, claramente, es en el sector del cine independiente y de las productoras pequeñas que hacen cine de autor. Que en esa comunidad humanista se olviden del guionista me parece de tarjeta roja. ¿No era aquí donde estábamos jugando a hacer una cosa entre todos y éramos todos autores?", pregunta al aire Eduard Sola, flamante ganador del Premio El Ojo Crítico de Cine 2024 por "ser uno de los guionistas más relevantes del cine actual" y "un creador muy versátil”.

Valentina Viso, guionista de ‘Salve María’, va más allá, denuncia que los guionistas muchas veces se queden fuera de las ruedas de prensa de las series o películas que han ayudado a levantar. “Las preguntas son de contenido y no invitan al guionista, que a lo mejor ha estado tres años desarrollando un proyecto. Y viene un actor, con todo el mérito que tienen, que ha estado a lo mejor un mes. Con suerte. En las ruedas de prensa deberían estar los guionistas defendiendo la película. Con esto a mí sí que me hierve la sangre, la verdad. Entiendo lo simbólico de la alfombra roja, pero me parece absolutamente insólito que no estén sentados los guionistas en la rueda de prensa. No lo entiendo”. “Siempre es una falta de respeto cuando no te invitan a la charla o la alfombra roja de turno. Que no piensen en eso me duele en lo personal casi. Ahora sí que parecemos los llorones”, bromea Sola, antes de que Viso zanje la cuestión: “Yo no soy llorona, yo estoy rabiosa”. La coguionista de Mar Coll en sus películas y la serie ‘Matar al padre’ confiesa que durante la promoción de su última colaboración se está “autoinvitando a todo”, independientemente de que haya sido invitada o no. “No tengo ganas de que otra persona responda por mí, básicamente. La historia es mía”.

Clara Roquet, Fernando Navarro y Valentina Viso, en la mesa redonda de Kinótico
Clara Roquet, Fernando Navarro y Valentina Viso, en la mesa redonda de Kinótico · Fotografía: Juan Naharro / Kinótico

La relación con el director. Los guionistas reivindican que se reconozca su importancia en la estructura de la película, pero también entienden que no son los últimos responsables de lo que llegue a la pantalla, a diferencia de lo que pueda pasar en la televisión con los showrunners. “En defensa de la figura del director de cine, que aquí hay varios también, hay que aceptar que hay un momento en el que la responsabilidad al final es de ellos. Todos peleamos decisiones, pero hay un momento en el que dices: ‘Es tu película’. No conozco a nadie que quiera hacer una película mala. La visión del director muchas veces va a chocar con la del guionista, el productor… Una relación se debe basar en el diálogo”, destaca Fernando Navarro, colaborador de cineastas como Jaume Balagueró (‘Venus’), Paco Plaza (‘Verónica’) o Lluís Quílez (‘Bajocero’). “Creo que aquí pocos nos podemos quejar de nuestros directores, a lo mejor alguno en concreto. Yo he trabajado con muchos directores distintos, pero algunos de vosotros tenéis colaboradores fijos”.

Es el caso de Roquet, compañera de Carlos Marqués-Marcet en la escritura de ‘10.000 km’, ‘Los años que vendrán’ y, este año, ‘Polvo serán’: “Llevamos tantos años trabajando juntos que ya sé lo que quiere y cómo lo va a hacer después. Como guionista, yo puedo adaptarme a eso”. La catalana reconoce a Amèlia Mora, que quiere saber cómo cambia su mentalidad cuando dirige un proyecto y cuando no, que le encanta esa parte de su trabajo: “Me relajo mucho cuando estoy solo escribiendo y puedo dedicarme solo a eso. Intento no pensar en la parte de dirección. Me está pasando incluso ahora con un proyecto que espero dirigir algún día”. Macipe nunca ha escrito para otro director, pero le gustaría probarlo “para librarte de esa presión de saber que hay que convertir eso que escribes en una realidad en la que entra el mundo material con mucha fuerza”.

Liliana Torres confiesa que ella siente que como guionista es mucho menos flexible que como directora. Valentina Viso va más allá y dice que para ella es “una línea roja” que un director o directora quiera alterar la mirada del proyecto. Navarro no comparte esa idea. “En mi caso, por ejemplo, yo no tengo una mirada sobre el mundo. Ojalá no la tenga, al menos. Como guionista, lo que intento es narrar la historia que o por encargo o por un impulso mío quiero contar, pero sé que como la mirada se va contaminar, perdón, se va a alimentar de productores y directores. No tengo que primar mi mirada y sí la historia o los personajes. Yo intento diluirme, quizás porque soy un guionista de industria, de oficio y de muchos directores distintos. Si yo me impusiera, sería un sufrimiento puro. Intento estar en mis películas, pero creo que lo primero que abandono es la mirada y lo último la narrativa. A veces he formado parte de películas que tienen una mirada del mundo completamente diferente a la mía”. Viso coincide en que uno de los requisitos para ser un buen guionista es ser flexible, pero insiste en su creencia de que todo depende del tipo de proyecto en que se está trabajando. “Cuando el proyecto es personal yo creo que sí hay una mirada y que uno no se puede abstraer de ella. Siempre está aunque creas que no. Te lo digo”.

Los y las guionistas de cine de la mesa redonda de Kinótico 2024
Los y las guionistas de cine de la mesa redonda de Kinótico 2024 · Fotografía: Juan Naharro / Kinótico

Los peligros de los laboratorios. Otro de los temas que salieron a debate en la conversación fue el impacto y las secuelas que tiene el auge de los laboratorios de desarrollo en el cine de autor que se hace hoy en día. El autor de ‘La estrella azul’ acaba de participar como mentor en uno de ellos y tiene la sensación de que “como los guiones no están suficientemente desarrollados, los proyectos se escogen más por los temas. Eso hace que se cuenten historias sobre temas que sí están de moda o que parece que interesan a la sociedad, pero no acaban dando necesariamente una buena película”. Fernando Navarro ha tenido experiencias similares como las de Javier Macipe, aunque no cree que sea un sistema necesariamente peor. “Lo que pasa es que la mayoría de nosotros venimos de la escuela de escribir todo el rato diferentes guiones. No sé hasta qué punto es bueno para una persona estar obsesivamente con un guion durante tanto tiempo y tener tantas miradas ajenas. Es como tener muchos productores para una película que no se va a producir. Eso puede ser muy frustrante”.

Eduard Sola y Liliana Torres añaden que quizás sería mejor que los guionistas tuvieran la oportunidad de acceder a más dinero para trabajar, en lugar de ir de laboratorio en laboratorio. “El miedo que tengo de los laboratorios es que la dramaturgia no funciona muy bien en grises o en medias. Uno te dice esto, otro te dice aquello. Como seres humanos queremos contentar a los que nos han ayudado y al final pones cosas de uno y de otro. Lo que tengo aquí es la media de una opinión y de otra. Y las medias son una mierda, así en general”, sentencia el guionista de 'Casa en llamas' y 'La virgen roja'. Roquet cree que hay que tener cuidado, “especialmente cuando eres joven y estás empezando y tienes más inseguridades”. El ‘feedback’ puede tener un reverso tenebroso. “Estuve en un laboratorio de guion con ‘Libertad’ en el que me dijeron que ya se había visto muchas veces esa historia. ‘¿No tienes otra cosa?’. Me dijo esto y me fui a mi habitación de hotel a llorar. Ese año salió ‘Roma’ y me quedé con ganas de mandarle un mail. ¡Mira, otra película sobre el mismo tema!”.

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