Entrevista

La Seminci se rinde a ECAM y ESCAC: "Si retiraras del cine español a todos los alumnos de las escuelas, quedaría poca cosa"

Gonzalo Salazar-Simpson, director de la ECAM, y Sergi Casamitjana, director de ESCAC, nos visitaron en el set de Kinótico tras recoger la Espiga de Honor

Valladolid·
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Gonzalo Salazar-Simpson (director de ECAM) y Sergi Casamitjana (director ESCAC) en el set de Kinótico de la Seminci 2025
Gonzalo Salazar-Simpson (director de ECAM) y Sergi Casamitjana (director ESCAC) en el set de Kinótico de la Seminci 2025 · Fotografía: KINÓTICO

En un movimiento que sorprendió tanto como agradó a muchos y muchas en la industria, José Luis Cienfuegos aprovechó la presentación del cine español en la Seminci para anunciar que tanto la ECAM como la ESCAC serían reconocidas con la Espiga de Honor en la 70 edición de la Seminci de Valladolid. Las dos escuelas de cine más importantes del país, aglutinadoras del talento cinematográfico en Madrid y Barcelona, respectivamente, ven así premiado el esfuerzo de tres décadas que nos ha regalado desde ganadoras del Oso de Oro hasta nominados al Oscar. Gonzalo Salazar-Simpson (director de la ECAM) y Sergi Casamitjana (director de la ESCAC) fueron los encargados de representar a sus instituciones en Pucela y, además, se pasaron por el set de Kinótico en el corazón del Teatro Calderón para hablar con David Martos. "Tanto ESCAC como ESCAM llevan haciendo una labor por la cinematografía española muy difícil de equiparar a nadie más. El cine español de hoy no se entendería. Si retiraras a todos los alumnos de la ECAM y de la ESCAC, quedaría poca cosa", comenzó afirmando Casamitjana.

"Creo que somos las dos escuelas más próximas a la industria que hay. No solo somos escuela, también industria. Llevamos 15 años lanzando iniciativas de industria y en las que Seminci ha sido cómplice. Esa cercanía nos permite ser el último paso académico y el primero profesional", apuntó Salazar-Simpson, antes de abordar la controversia que generan en ocasiones los múltiples laboratorios o el necesario contacto con la industria como ente: "Tenemos una relación muy, muy buena con la industria. Nos miran con mucho cariño y como un referente para muchas cosas. Entienden que tenemos opinión. Cuando nosotros hacemos una criba de alumnos para un máster o de proyectos para La Incubadora, confían en que esa selección se ha hecho con criterio y nos llaman constantemente para tener empleados para sus compañías. La marca ECAM está bien vista. Ser una fundación nos otorga libertad para hacer bien las cosas. No le pido nada a la industria, solo que nos sigan cogiendo el teléfono", completó el directivo.

Gonzalo Salazar-Simpson (director de ECAM) y Sergi Casamitjana (director ESCAC) recogen la Espiga de Honor en la Seminci 2025
Gonzalo Salazar-Simpson (director de ECAM) y Sergi Casamitjana (director ESCAC) recogen la Espiga de Honor en la Seminci 2025 · Fotografía: SEMINCI

Preguntado acerca de la proliferación de puestos de trabajo que han propiciado las plataformas de streaming, Casamitjana también aportó su punto de vista: "Esa es nuestra misión. Cualquier persona que viene a nuestras escuelas tiene la fundada esperanza de que acabará trabajando en esto. Por tanto, una de nuestras misiones es no decepcionarles. Antes de las escuelas de cine, el cine tenía una pátina amateur en la que solo se dedicaba a ello gente no formada o con un alto poder adquisitivo para poder hacerlo (...). La gente lo que quiere es ganarse la vida haciendo cine, y en todas las capas, porque no solo existen los directores. Las dos escuelas han formado una gran cantidad de fotógrafos, sonidistas, guionistas, montadores... Estamos muy orgullosos de ellos. En una película hay un director, diez jefes de equipo y 50 técnicos", señaló el máximo responsable del organismo catalán.

"No hay ninguno de nuestros aspirantes que se vaya a quedar fuera por motivos económicos" (Gonzalo Salazar-Simpson)

Después de bromear sobre las temáticas que más tratan hoy los alumnos y alumnas, y que pasan por sus abuelos, sus primeros romances o rupturas y el legado, a veces negativo, que heredan de sus padres, Salazar-Simpson y Casamitjana no se despidieron del set de Kinótico sin hablar del gran elefante en la habitación: la accesibilidad, en términos económicos, de las escuelas que dirigen. "No hay ninguno de nuestros aspirantes que se vaya a quedar fuera por motivos económicos. Ninguno. Tenemos tres aspirantes por cada plaza disponible, lo cual es una pena, pero ninguno se va a quedar fuera porque los vamos a becar. El problema no está ahí. Lo que más nos está costando es llegar a los estratos sociales que teóricamente no pueden optar a este dinero y que consideren el cine como una salida y una opción viable. Creo que tiene que ver más con nuestro alcance cultural", explica directo Salazar-Simpson, justo antes de que Casamitjana aporte su visión. "Nuestro caso es diferente. Somos bastante más caros. Sí se queda fuera gente por una razón de precio. Debería haber un acuerdo nacional por el que el Estado ayudara en el tema de las becas. No hay que montar una escuela nacional porque ya existen, sería ridículo. Al Estado le costaría una barbaridad montar una escuela pública que, probablemente, funcionaría bastante peor de las que ya tenemos", alcanzó a opinar el directivo, que aprovechó para pedir un fondo estatal de ayudas para que el alumnado "pueda asistir a la escuela que quiera".

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