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Crítica

'Alpha': a Julia Ducournau se le hace añicos su analogía de la epidemia del sida en los ochenta

La directora de 'Crudo' y ganadora de la Palma de Oro por 'Titane' vuelve al Festival de Cannes para tratar los estigmas derivados de las enfermedades

Cannes·Actualizado: 21.05.2025 - 14:55
Fotograma de 'Alpha', película dirigida por Julia Ducournau y protagonizada por Mélissa Boros
Fotograma de 'Alpha', película dirigida por Julia Ducournau y protagonizada por Mélissa Boros · Fotografía: France 3 Cinéma

El tercer largometraje de Julia Ducournau, cuatro años después de convertirse con 'Titane' en la segunda mujer en alzarse con la Palma de Oro en el Festival de Cannes -primera en solitario-, arranca con un primerísimo primer plano de las úlceras que han dejado los pinchazos en el brazo de un toxicómano. Los cráteres son leídos por una niña que lo acompaña como una de esas líneas de puntos que al unirlos van devolviendo el contorno de un elefante, de un sombrero, de un dinosaurio, pero lo que revela su rotulador no sorprende ni emociona. Es una línea frustrante por su inconcreción, un spoiler de lo que va a depararnos la película. Tras la expectativas creadas por la directora con su exploración de los desórdenes alimenticios en 'Crudo' (2016) y la maternidad no deseada en su premiada reválida, 'Alpha' parte de una premisa brillante, pero de ejecución fallida.

En una ciudad sumida en una de esas tormentas del desierto que todo lo cubren de arena, sus habitantes viven atemorizados por un extraño virus que transforma gradualmente los órganos internos en arcilla, los accesos de tos en polvo suspendido y la piel en un mármol beige veteado en negro. En esta distopía del pasado, una médico interpretada por Golshifteh Farahani se revuelve contra el trato insensible que sufren sus pacientes. Ducournau dibuja aquí una alegoría de la epidemia del sida en los ochenta y del repudio social hacia sus víctimas. Hay una secuencia en la que incluso replica un suceso real vivido por la llamada Ángel del Cementerio, una agente inmobiliaria de Arkansas llamada Ruth Coker Burks que se volcó en el cuidado de pacientes con VIH tras visitar a una amiga enfermera en el hospital. Como le sucedió a ella, el personaje al que da vida Farahani repara en un pasillo en media docena de bandejas de comida intactas, todas apiladas. Como vivió la estadounidense en 1986, al otro lado de la puerta hay enfermos pidiendo ayuda a los que nadie ha asistido, a los que nadie ha entregado comida desde hace un par de días.

"'Alpha' parte de una premisa brillante, pero de ejecución fallida"

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