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Crítica

Dominga Sotomayor explora en 'Limpia' la construcción de un nexo improbable entre clases

El cuarto largometraje de la directora chilena, producido por Fábula y distribuido por Netflix, inaugura la sección Horizontes Latinos del Festival de San Sebastián

San Sebastián·
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Fotograma promocional de 'Limpia', dirigida por Dominga Sotomayor
Fotograma promocional de 'Limpia', dirigida por Dominga Sotomayor · Fotografía: Festival de San Sebastián

No parece casual que por segundo año consecutivo una directora chilena se apoye en una historia de Alia Trabucco Zerán. Maite Alberdi lo hizo con ‘Las homicidas’ para la realización de ‘El lugar de la otra’ (2024), mientras que Dominga Sotomayor se inspira en el éxito editorial ‘Limpia’ para su cuarto largometraje de ficción que inaugura la sección Horizontes Latinos de la 73 edición de Zinemaldia. Desde la literatura, Trabucco Zerán ha sabido abordar temas sobre todo relacionados con el género, haciendo al unísono una radiografía de la sociedad chilena, lo que se traduce a una sustanciosa carne para versiones, adaptaciones o inspiraciones cinematográficas. En ese sentido ‘Limpia’ pedía a gritos ser llevada al cine.

El acercamiento al complejo texto literario en manos de Dominga Sotomayor, junto a Gabriela Larralde (guionista de ‘Elena sabe’, ‘El aroma del pasto recién cortado’), entra en la esfera de la “inspiración”, siendo el resultado de esta ‘Limpia’ cinematográfica más que loable. Los conocedores de la novela se encontrarán con una lectura depurada, destilada (en el sentido de un proceso casi químico) hasta hacerla personal. Por otro lado, los espectadores que no conocen la novela en cuestión hallarán una historia narrada con temple, en la que cada detalle, gesto y frase tienen un peso narrativo, apoyada además en un acertado lenguaje cinematográfico que refuerza la trama (mención especial a la fotografía de Bárbara Álvarez). Nada parece estar puesto a la ligera en ‘Limpia’, pero dista de ser una película cerebral, al contrario, en la cinta hay emoción, sobre todo la más difícil de interpretar y narrar como lo es la (maldita) emoción contenida.

"Una lectura depurada, destilada (en el sentido de un proceso casi químico) hasta hacerla personal"

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